¿Y la libreta de racionamiento?
Resulta peregrino a estas alturas que a la “revolución” no se le haya ocurrido implementar una libreta de racionamiento, o mejor dicho tratándose de Venezuela país rico y de inmensas reservas petroleras, una libreta de abastecimiento. Que les garantice a todos los venezolanos por lo menos la buena alimentación para poder soportar el resto de los martirios vivenciales con las limitaciones de luz, agua, escasez de comida e inseguridad resultado de causas “indeterminadas”. De esta manera nos resolverían el inconveniente alimentario con las redes de supermercados que le fueron expropiados a las industrias privadas. Esa libreta de abastecimiento nos salvaría para obtener los productos de primera necesidad y medicinas con o sin dinero, y tratándose de una sociedad “socialista” la distribución se haría de acuerdo a las necesidades de cada uno. Así se alejarían de los cestatickets originarios de la cuarta republica y de denominación “burguesa”. Siempre me ha llamado la atención que tras once años del “proceso” el Estado “revolucionario” no nos pueda garantizar el abastecimiento de los alimentos. Habiendo tanta gente talentosa involucrada en la “revolución” parece raro, entendemos que los grandes problemas de Venezuela son endógenos y nada tienen que ver con el resto del mundo, nuestra economía decrece y cae el PIB no por la recesión mundial que empieza a ver su final, sino por otras razones que a lo mejor pudieran ser esotéricas. Aquí lo que ocurre es distinto a los inconvenientes del resto del mundo actual, nada tenemos que ver con ellos, la “revolución” en prodiga en ideas, capaz de superar cualquier coyuntura adversa.
Tenemos un Presidente a la vanguardia del pensamiento del siglo XXI, hombre de probadas reservas morales y hondamente identificado con su pueblo. Idóneo si es necesario para socorrer a toda América latina, aportándole recursos para su liberación a los pueblos oprimidos, preservando las libertades tan pisoteada durante décadas por el imperialismo burgués. Tocándole un turno adverso que a veces se hace hasta incompresible para su sapiencia, con sus innovaciones y maravillosos planes en marcha que, han llevado al florecimiento de nuestra patria en su conjunto con colosales glorias deportivas y musicales que pasean el tricolor y sus ocho estrellas por todos los rincones del orbe.
País que se salió de la orbita capitalista para generar sus propias riquezas y nunca abandonar a nuestros hermanos del continente. Por qué no entender este temperamento de un innovador de la política, de la diplomacia y con una reflexión que cada vez nos queda más grande. Acompañado de sus aprovechados discípulos ha emprendido el cambio imbatible del siglo XXI. Hemos comenzado el período no como ocurriera en el siglo XX con veintisiete años de atraso, sino a la delantera del progreso, sin que haya escasez en tan firmes propósitos. Todo lo hemos duplicado, poseemos dos ejércitos uno regular y otro paralelo llamado milicias que sirven para proteger a nuestros militares y salvarle la vida a nuestro Presidente en casos de excepción. Así somos los venezolanos de previsivos, así aprendemos cada vez más de nuestro esmerado conductor, enseñándonos buenas costumbres y haciéndonos respetar ante la ignominia extranjera. Pronto todo se solucionará radicalizando la “revolución,” el paraíso descrito en quimeras le quedará pequeño a la patria de Bolívar – por cierto frase asaz de trillada- pero de encomiable evocación cada vez que tratamos acontecimientos patrióticos y ceñidos a la moral “revolucionaria”. Vamos bien enrumbados hacia donde no sabemos, dirigidos por regios prohombres hechos para la grandeza “revolucionaria”. Entonces mi señor, no podemos sucumbir por la escasez de alimentos, este país necesita del arresto de todos y debemos estar bien comidos, por qué no se le ha ocurrido implementar una libreta de racionamiento, perdón de abastecimiento, observados los buenos resultados obtenidos por nuestros hermanos cubanos, quienes viven en ese mundo superior que usted ha denominado el mar de la felicidad; qué espera para darnos esa satisfacción, lo demás, poco a poco, lo veremos cuando sus designios se cumplan y Venezuela será grande, henchida en la América, alborozada con sus honores y su nueva historia . Qué bueno es ser venezolano y contar con un segundo Libertador que cortó el cordón umbilical con ese imperialismo opresor. Qué viva la “revolución”, con nuestra libertad explayada en el continente, por instantes nos hace sentirnos tan soberbios como usted, aunque sean los delirios, padre de la “revolución”.