Opinión Nacional

Y la Clase Media sobrevive

Hace unas semanas publique un artículo en varios medios de comunicación de Venezuela bajo el titulo ¿Quién protege a la Clase Media? Me motivaron a escribir esas reflexiones poder constatar el dramático escenario a que está sometida ese sector fundamental de la población en esta parte del mundo. La Clase Media pareciera no tener suficiente resonancia política como para ser percibida y salvaguardada como el ejemplo a seguir en la búsqueda de un equilibrio en las sociedades modernas.

«Mientras que en países como Venezuela o Argentina, reconocidos por haber contado en el pasado con solidas clases medias, hoy nos encontramos con un panorama desolador»

Esto simboliza que el mundo será cada vez mejor, más justo y equilibrado en la medida que las políticas públicas de cualquiera de nuestras naciones en desarrollo busquen como centro de sus estrategias la de promover la consolidación de grandes sectores medios de la población y que sean efectivamente la mayoría. Los políticos, especialmente en Latinoamérica, ven a contingentes de pobres, como vanguardia para la generación de votos, ofreciéndoles el amparo del Estado y ellos como garantes revolucionarios del destino de millones de seres humanos. En Venezuela, Argentina, Bolivia y Nicaragua hemos visto esta tendencia durante los últimos años.

Toda sociedad moderna tiene que centrar su vocación en el desarrollo y consolidación de la clase media como protagonista del equilibrio social. Por ejemplo, el esfuerzo de Brasil a través del Presidente de Lula quien durante su mandato logro incorporar a más de 17 millones de pobres a los estratos medios de la población fue un avance extraordinario y una muestra de que ese es el camino a seguir.

Mientras que en países como Venezuela o Argentina, reconocidos por haber contado en el pasado con solidas clases medias, hoy nos encontramos con un panorama desolador, con una marcada tendencia contraria a la de Brasil y en donde se empuja a los sectores medios hacia la pobreza ¿Ello por qué?

Los estratos medios son menos manipulables

Los estratos medios de la población son menos manipulables y son cada vez más difíciles de convencer en las contiendas demagógicas electorales. Las clases medias tienen una arrogancia difícil de moldear y su capacidad de transigir ante la injusticia, la corrupción y la sumisión ante el poder es cada vez más evidente.

Cuando decimos, que la clase media lucha por sobrevivir (pensando en el contexto latinoamericano), es porque a pesar de las erradas políticas económicas, que han destruido parte de las capacidades adquisitivas de millones de personas y a pesar del discurso excluyente de muchos gobiernos, la Clase Media no entrega sus pretensiones de vivir con dignidad y libertad. Aquí en Venezuela, es fácil recordar como a pesar del enfrentamiento y el odio del Gobierno de Chávez contra éstas, muy al estilo de la visión marxista, no tardaron mucho y especialmente antes de eventos electorales, de suavizar su discurso y llamar a la clase media a unirse a la revolución. “No podemos permitir que la burguesía quite a la revolución la clase media. Esta revolución también pertenece y lucha por sus intereses. Siéntase la clase media protegida por el proyecto bolivariano”.

El Gobierno trató de neutralizar a estos sectores vendiéndoles la idea de que eran también víctimas de la burguesía apátrida, imperialista y cuanta clase de epítetos nos podamos imaginar. Para los fines prácticos las revoluciones siempre han visto a este sector en la fila de los enemigos.

«Los gobiernos mal llamados bolivarianos se empeñan en mantener una cruzada a favor de los votos de los pobres a quienes los someten a perder el sueño de vivir en una sociedad con movilidad social»

Nivelar hacia abajo

En el caso de Venezuela, por ejemplo, la Clase Media, cuenta con los votos más duros de roer. Hasta amenazaron con una guerra civil si perdían las elecciones. Era una advertencia a este sector de la población, el más frágil y temeroso ante la posibilidad de un conflicto armado.

En la desesperación por atraer los votos de estos ciudadanos crearon un movimiento bajo el nombre de “Clase media en positivo”, por supuesto, para lo único que sirvió fue para encubrir el ascenso social de nuevos ricos, quienes se arropaban en la sombra de la corrupción y del gobierno.

Contrariamente a lo que muchos se imaginan en otras latitudes, incluyendo a España, y a pesar del discurso demagógico, lo que han hecho con su modelo de supuesta inclusión es hacer más pobres a los pobres, postrar a la Clase Media y vigorizar una nueva casta de ricos que viven a dispensas del Estado, mientras que un discurso de corte reivindicativo o socialista radical, le cierran las opciones al sector medio de la población. En otras palabras, se proponen nivelar hacia abajo en vez de hacerlo hacia arriba, mientras las elites burocráticas se aprovecha de las riquezas del estado o se sumergen en la corrupción sin límites. En Venezuela se les denomina los “boliburgueses”.

La tragedia en Venezuela es evidente. Los cuadros medios de la población, profesionales, médicos, profesores universitarios, funcionarios del estado y militares, por ejemplo, luchan por sobrevivir y mantener los niveles de vida a que se acostumbraron cuando existía un poder adquisitivo respetable en comparación al resto de la mayoría de los países de la región, mientras que el gobierno actual los postra en una de las mayores inflaciones del mundo y con salarios cada vez más malogrados.

Los gobiernos mal llamados bolivarianos se empeñan en mantener una cruzada a favor de los votos de los pobres a quienes los someten a perder el sueño de vivir en una sociedad con movilidad social, como lo fue por décadas, mientras estos deben conformarse con la triste realidad de depender de un estado paternal que les migajas a través de programas alimenticios como MERCAL, ayudas económicas, dadivas, etc.

«Son muchos los venezolanos que se encuentran situados en la periferia de la sociedad y sin embargo tienen mayores salarios que los trabajadores que pertenecen a la propia Clase Media»

La inflación golpea sin tregua

Pareciera que quisieran inculcar en los sectores más humildes, la visión según la cual están destinados por la historia a una suerte de maldición en la que deben vivir con carencias el resto de sus vidas porque así nacieron, mientras se margina a quienes se sitúan en los estratos medios, que cada día son más golpeados por la delincuencia, la inflación, el deterioro de los servicios públicos, y quienes luchan a diario por mantener a sus hijos dentro de la mejor educación posible, y se niegan a pasar horas en una cola buscado alimentos subsidiados de los que ofrece el Estado todo redentor, enemigo de la libertad y de la vocación de emprendimiento que tienen quienes logran lo que poseen a través del trabajo y no de la dádiva gubernamental.

Es por ello, que en la nota a que me refería al principio de este artículo, afirmaba que la inflación golpea sin tregua a los venezolanos y que es precisamente la Clase Media la que más ha recibido el impacto del aumento de los precios, dada la naturaleza de su lucha por mantener una calidad de vida en el más alto nivel posible. Los sueldos medios del país, que incluye toda suerte de profesionales, están en el mercado real de divisas entre doscientos y trescientos dólares. El salario mínimo equivale al momento de escribir esta nota a unos sesenta dólares mensuales. Convierta estos montos a donde quiera que este amigo lector y me dice si se parece a la Venezuela rica y petrolera de la que han hablado.

Cuando el gobierno en Venezuela, por ejemplo, se propone dar reivindicaciones lo hace pensando en lo sectores populares toda vez el botín electoral que representan. Poca atención coloca en las necesidades del sector medio de la ciudadanía. El potencial electoral está en la pobreza que son mayoría y es por ello que vale la pena mantenerla, acariciarla pero controlarla porque al salir del gueto se revelan como pasó recientemente en Brasil, en donde la mayoría de las protestas que tanto dolores de cabeza le dieron a la Sra. Vilma Rousef provenían precisamente de gente que recién se incorporaba a la clase media.

Ellos fueron el motor de las protestas que sorprendió el mundo y le terminó la luna de miel a la Presidenta. Una clase media que antepuso la copa mundial a los servicios públicos. Todo lo resumió una pancarta que recorrió las pantallas de televisión de todo el mundo, we dont need a worldcup.

Formar parte de la clase media va más allá de los ingresos

Este sector muy numeroso no se puntualiza exclusivamente por sus niveles de ingreso, sino por su condición de estrato que lucha por superarse tanto económica como culturalmente. Son muchos los venezolanos que se encuentran situados en la periferia de la sociedad y sin embargo tienen mayores salarios que los trabajadores que pertenecen a la propia Clase Media. Entonces, la identificación no se refiere solo al lugar de residencia o a los ingresos, sino a la aspiración de superación y la esperanza de descollar los cercos mentales y económicos que limitan la superación de las personas en los sectores más populares. Porque precisamente, la condición de formar parte de la Clase Media va más allá de un tema de ingresos, está relacionado con una visión de mundo, de la justicia y la libertad que solo se conquista de aquellos grupos sociales capaces de dar una contribución al equilibrio social sin formar parte de la rapiña que consciente o inconscientemente ven al Estado como un pote del que vale la pena aprovecharse.

De allí, que afirmamos, que la clase media está hoy más golpeada que nunca, toda vez la mala praxis económica que los administradores del Gobierno insisten en mantener. En vez de ayudar a superar la crisis y sumar más venezolanos a niveles superiores de vida, hunden precisamente a quienes más han hecho y contribuido al desarrollo del país. Estos tienen conciencia de sus aspiraciones y de su lugar en la sociedad. Son por ello tan difíciles de arrastrar electoralmente como desesperadamente intenta los gobiernos de corte totalitarios y estatistas que en estos tiempos tan cómodamente navegan las aguas de la política suramericana.

«Tarde o temprano el país entenderá que el equilibrio de la sociedad está en una clase media fuerte, que se convierta en el imán que incentive a los más rezagados y pobres a la superación como objetivo de vida»

El Gobierno no logra convencer a las mayorías urbanas

El uso de distintas artimañas, como rostros de artistas y caras “bonitas” tratando de conquistar a este sector medio de la población tendrá poco éxito toda vez que los ciudadanos de los centros urbanos están conscientes de la estrategia y son las principales víctimas del deterioro económico del país. Por ello es que en los últimos procesos electorales no logran el Gobierno convencer a las mayorías urbanas de sus ofertas electorales engañosas.

Hay quienes creen que la clase media se arrodillara ante la prepotencia del Gobierno. Con austeridad, paciencia y con emprendimiento seguirá superándose y dando lo mejor de sí para sus las grandes dificultades que la apremian. La Clase Media en cualquier país del mundo es la mejor cara de la globalización.

Por ejemplo, el Indepabis una suerte de organismo fiscalizador de precio, cuya misión es mantener a raya al capitalismo malvado y tenebroso culpable de todos los males de la humanidad, persigue a los comerciantes inescrupulosos en supuesta defensa del consumidor de la avaricia y el sabotaje de los empresarios.

Pero uno se preguntaba, quién protege a la clase media cuando requiere un servicio y los precios se indexan al dólar sin contemplación. Cualquier trabajador de servicios residenciales; plomeros, electricistas, albañiles, cobra fortunas sin que nadie regulen su actividad, y que tanto afecta el ingreso de tantas familias venezolanas.

No hay duda de que estos son tiempos difíciles para la mayoría. El Gobierno erróneamente quiere nivelar hacia abajo, una manera de mantener arrodillados a los ciudadanos que dependerán cada vez más de la oferta del Estado para sobrevivir. Si en este país no estuviéramos inmersos en una tragedia no hubiesen abandonado la nación más de 800 mil venezolanos en los últimos 14 años. Entre los millones de dólares dilapidados en manos de la corrupción y el capital humano de alto nivel académico que se ha ido, Venezuela se sumerge en una tragedia.

La Clase Media se resiste y su lucha por la superación y el trabajo son incuestionables. No basta llenarse los bolsillos para formar parte de este sector del país. Hay que tener conciencia de que la única de manera de sobreponerse es con el trabajo y la generación de riqueza con honestidad. Tarde o temprano el país entenderá que el equilibrio de la sociedad está en una clase media fuerte, que se convierta en el imán que incentive a los más rezagados y pobres a la superación como objetivo de vida.

Publicado en The Economy Journal,Barcelona, España.

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