Wyston Hugh Auden
“No hay poeta que desee ser el único de la historia,
pero casi todos desean ser los únicos vivos,
y muchos sinceramente creen que su deseo les ha sido concedido.”
W.H. Auden.
LA VOZ DEL POETA DE LOS AÑOS TREINTA
Auden fue uno de los poetas más importantes de su generación y el que captó con mayor precisión el tono de su época. En su primera etapa poética está presente el caos externo como síntoma de un malestar interno que puede curarse solo por medio del psicoanálisis, derivado de Freud, o de la política, derivada de Marx. La participación en la guerra civil española en favor de los republicanos, fue su último acto político. Desde 1939 vivió en Estados Unidos y su vida en Nueva York, así como su posterior conversión al anglicanismo, le hacen cambiar de actitud: considera que la soledad es la verdadera condición del hombre y que los problemas del hombre en la edad de las máquinas pueden resolverse solo perteneciendo a una comunidad en la que todos los hombres amen a sus hermanos. Su segunda etapa poética pierde el carácter didáctico que tenía en un principio y se decanta por la búsqueda de la armonía verbal, concediendo una extraordinaria importancia a la técnica. Auden hoy día es recordado como el “poeta de los años treinta”, y, sobre todo, por sus estudios de crítica y teoría literarias.
El poeta estadounidense de origen inglés Wystan Hugh Auden nació en York el 21 de febrero de 1907 y falleció en Viena el 29 de septiembre de 1973. Hijo de un médico, al año de su nacimiento, se trasladó con su familia a Birmingham. Hizo sus estudios de secundaria en la Escuela Gresham , en Norfolk, ingresando en 1925 en el Christ Church College de Oxford. Finalizados sus estudios ejerció desarrolló la labor de maestro de escuela en Inglaterra y Escocia. Al final de la década del veinte pasó algún tiempo en Berlín. En 1935 contrajo matrimonio con Erika Mann para ayudarle a escapar de la Alemania nazi, si bien, su pareja, durante una gran parte de su vida, fue Chester Kallman. En 1937 fue uno de los numerosos brigadistas que lucharon contra los sublevados contra la República española, para defender la libertad, prestando sus servicios como camillero en una unidad sanitaria y regresando pronto a Inglaterra. En 1939 marcha a Estados Unidos. En 1972 vuelve a Inglaterra, y el resto de su vida transcurrió entre Oxford y la casa que tenía en Kirschtetten (Austria).
Entre sus obras destacan: Los oradores (1932), España (1932), poema inspirado en su experiencia como camillero en la guerra española y en el que podemos leer: “¿Qué se proponen? ¿Construir la Ciudad Ideal? Muy bien. Estoy de acuerdo. O me proponen el pacto suicida, ¿la muerte romántica? Muy bien. Lo acepto ya que soy vuestra elección, decisión: ¡sí, soy España!“, Cartas de Islandia (1937), en colaboración con L. Mac Neice, Viaje a una guerra (1939), en colaboración con su amigo Christopher William Bradshaw Isherwood con quien había viajado a China, Otra vez (1940), Carta del año nuevo (1941), Para el tiempo presente (1945), La edad de la ansiedad: égloga barroca (1947), que obtuvo en 1948 el premio Pulitzer, Hora nona (1951), El escudo de Aquiles (1955), Homenaje a Clío (1960) y Elegía para jóvenes amantes (1961). Escribió para el teatro La danza de la muerte (1933) y en colaboración con Isherwood: El perro bajo la piel (1935), La subida de FG (1936) y En la frontera (1938). Y como dijo el poeta de los años treinta: “¡Oh! Poneos, poneos junto a la ventana mientras abrasan las lágrimas y comienzan a fluir, amaréis a vuestro retorcido vecino con vuestro retorcido corazón, era tarde, tarde anochecida, los