Vuelta a clases
La costumbre y nuestra ubicación en el hemisferio norte hacen que el mes de septiembre sea el que marca, teóricamente, el inicio de las actividades educativas nacionales. El 16 de septiembre deberían haber comenzado las clases de primaria y bachillerato en toda la República. La realidad es diferente.
Por razones que no sabemos explicarnos, el calendario se desplaza de manera arbitraria y se fija algún lunes o cualquier otro día de la semana, posterior al 16. Un capricho del ministerio… o de la dirección del plantel… o quien sabe cual variable, pueden ser los factores que definan la fecha escogida para que los más jóvenes asistan al colegio y reanuden su preparación.
La ministro del ramo anunció que este año escolar 2013-14, habrá doscientos ocho días de clases. Podemos apostar que no se cumplirán. Además, preguntamos: ¿Son suficientes?
La educación, o mejor dicho, la instrucción de los ciudadanos venezolanos, tiene en el régimen que nos destruye, a un enemigo declarado. Varios son los frentes de lucha.
La educación debe ser la primera muestra de LIBERTAD del país. Las “autoridades” (sic) que ahora se agrupan en más de un ministerio, han dado varias demostraciones contrarias. La peor, el cerco económico a los planteles privados y cuyos afectados mayores son los maestros y profesores.
De acuerdo con lo que dispone la Constitución Nacional que la ciudadanía aprobó en 1999 y que el régimen diseñó de acuerdo con sus necesidades, la EDUCACIÓN de los ciudadanos tiene tratamiento preferencial en un Título, el sexto, que contiene los artículos desde el número 98 hasta el 111. Leerlos da tristeza pues el nivel de fallas supera al de cumplimientos.
Los redactores de la constitución que se hizo el régimen a su medida, hicieron descargar sobre los hombros del Estado un mundo de responsabilidades y potestades que resultan inviables. O mejor dicho, que no se cumplen. Además, debemos anotar que la redacción de la constitución del 99 es contraria a los dictados de la ortografía y otros dictados académicos.
Comenzaremos por destacar que, de acuerdo con lo que expresa la Carta Magna, la educación es un “Derecho Humano”. No se necesita a Diógenes para detectar su intensa violación. Se consagra la integridad y libertad del sistema educativo en la investigación y difusión de todas las corrientes del pensamiento. El régimen que nos destruye solo promueve su manera de pensar.
En el artículo 102, donde se consagra lo anterior, también se legisla sobre la participación de las actividades privadas en este derecho humano y se consagra la importancia de la familia y de la sociedad al lado de las acciones oficiales, lo que se complementa en el artículo 106.
En el artículo siguiente (103) se mencionan las condiciones de la educación enunciando la importancia de la “aptitud”, la “vocación” y las “aspiraciones” del ciudadano.
En Venezuela, es obligatoria la educación desde el maternal hasta la educación media diversificada.
También se dictan normas en el artículo 108 sobre las funciones y obligatoriedad de promoción y financiamiento por parte del Estado tanto por los medios de comunicación (radio, televisión y prensa) para que instruyan al ciudadano, como la promoción y funcionamiento de bibliotecas públicas y de medios cibernéticos.
Pensamos que la realidad es bien distinta. El Estado es el gran deudor de su ciudadanía y nos abstenemos de analizar las agresiones económicas y funcionales que el Estado antepone a todos los niveles de la educación, tanto privada como pública.
