Vigencia y pertinencia de la Universidad
Nadie en su sano juicio puede desconocer el rol cumplido por la Universidad venezolana como semillero, cantera y formadora de recurso humano calificado en un país como Venezuela. La vigencia y pertinencia de la Universidad venezolana hace alusión indiscutiblemente al equilibrio y correspondencia entre las demandas y las respuestas, a la correspondencia (nunca perfecta) entre la institución y alma mater y las exigencias de la sociedad venezolana.
La Universidad ha sido repito la que ha logrado formar la gran cantidad de recursos humanos exigidos por el sector productivo, además de los cuadros gerenciales, técnicos y clase política, y ser factor y eslabón como en ningún otro país de la región de ascenso y movilidad social. Es por ello que cuando no ha correspondido oír o leer a ciertos panfletarios y hoy dirigentes del proceso que despotrican de la Universidad, nos causa asombro por el grado de ignorancia de quienes procede los ataques a esta noble institución humanística que nos ha dado todo.
La Universidad venezolana ha sido calificada de “benemérita” precisamente para calificarla y distinguirla como corporación que ha dado bienestar, ha hecho el bien y beneficios al país y sus ciudadanos, cuestión que no implica el que no se observen algunas fallas o distorsiones. Lo que no podemos aceptar como “universitarios” es de un plumazo quererle atribuir a la universidad una serie de errores y faltas. Lo que no puede jamás permitirse a la Universidad como colmena, como casa de estudios, como corporación es aislarse.
La Universidad de Los Andes, no sólo es una de las casas de estudios de mayor data, sino además, ha cumplido y ahora más, un rol trascendental en lo que corresponde a las carreras tradicionales científicas, técnicas y humanísticas, sino además, la creación de nuevas carreras y su inserción a través de la docencia, la investigación y la extensión en la comunidad, en la sociedad, en el barrio, en la empresa, en el alcaldía, etc, etc.
Hoy los Universitarios somos foco de ataque y por momentos descalificación de una variada gama de sujetos y opinadores públicos que difícilmente puedan medir o tener un criterio riguroso sobre la labor cumplida por la Universidad. En la actualidad se hacen esfuerzos sobrehumanos para mantener la calidad, la excelencia de los programas de pregrado (Programa Andrés Bello), postgrado e incluso doctorado, pero además, la Universidad de Los Andes esta aperturando una gama variada de oportunidades de estudio desde carreras interactivas a distancia, pasando por diplomados hasta especializaciones, aunado a la ampliación de los cupos en casi todas las carreras de pregrado, sin que dicho esfuerzo se corresponda con mayores aumentos de presupuesto o partidas para llamar a concursos, sin contar que se no están jubilando un porcentaje importante de nuestra lata profesoral.
Esta Universidad, su Equipo Rectoral, Consejo Universitario y Decanos han asumido la bandera de sacar a la Universidad de sus muros tradicionales y reinsertarla en la comunidad, en el barrio, en las divinas instancias publicas y privadas, y de alguna manera asumir con responsabilidad el cambio y protagonismo que la ULA tiene en la actualidad y que se expresa en que ella forme un valioso recurso humano y capital social. La ULA hoy por hoy ha logrado materializar una Facultad de Arte, las carreras interactivas a distancia (Derecho – Preescolar y otras), y próximamente la apertura del Núcleo Básico de Ingeniería en el Vigía, Núcleo Básico de Medicina y Arte en Tovar, Diplomados en todas las áreas para el Páramo y el proyecto avanzado de la Facultad de Criminología.
De tal manera que la Universidad de Los Andes esta asumiendo con rigor, planificación y pertinencia su función de servicio y vinculación con los problemas y exigencias de Mérida, Los Andes y el país nacional. Ahora nos corresponde seguir profundizando el debate y las directrices que a escala global, nacional y regional apuntan a unas funciones de docencia, investigación y extensión y unos saberes más en sintonía con la competitividad, la productividad, la cooperación y la pertinencia.