Opinión Nacional

Venezuela Tomorrow Night

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Esta obra contiene interesantes reflexiones sobre la sociedad venezolana. El autor, a lo largo de su trabajo, realiza una crítica constructiva del papel que han jugado los dirigentes políticos, empresariales y laborales en la democracia que ya casi cumple 40 años.

Rada logra comunicar a sus lectores su preocupación en cuanto al fracaso que observa en la democracia de este país, la que en palabras del autor, en gran parte se entiende (recordando a Maritain) porque, » la tragedia de la democracia venezolana consiste en que ella misma todavía no ha logrado realizar la democracia».

El autor reflexiona sobre Venezuela en este final de siglo, y lo observa como un país que se conduce de manera tambaleante dentro de un entorno de avances tecnológicos, científicos y culturales sin parangón en la historia. Sus dirigentes han despilfarrado todo el dinero y el tiempo, sectores esenciales al desarrollo de una nación como el educativo, la salud, la alimentación y el desarrollo industrial han sido descuidados, utilizados por las dirigencias para su propio beneficio.

El autor apunta sin embargo, que a pesar de todo, percibe del resto de la sociedad un conocimiento de la realidad, y en muchos casos se percata que esa mayoría silenciosa tiene las soluciones a muchos de los problemas, sin que sus dirigentes intenten pensar más allá de su bienestar ( poder y dinero) individual; incapaces de comprender su responsabilidad histórica.

Inicia su libro imaginando dos escenarios posibles para la Venezuela del año 2.000, uno optimista donde un esfuerzo de la sociedad para erradicar la corrupción hizo que el gobierno realmente enfrentara el problema y castigó a los culpables, se reformó el poder judicial, se aprobó una Asamblea Constituyente y una nueva Constitución Nacional a fin de poder insertarse en el mundo mediante la consolidación de un Estado eficiente. Asimismo se concertó una real política de austeridad reduciendo el aparato burocrático, y lo más importante, se reestructuró el sistema educativo y de salud produciendo reformas trascendentales.

Por el contrario, define otro escenario, el pesimista en donde el año 2 .000 se ilustra cuando señala que » la luz que se ve al final del túnel es una locomotora que viene en sentido contrario», básicamente causado por el enquistamiento de todos los defectos del sistema político y económico y cuya consecuencia es el derrumbamiento del sistema democrático por medio de un golpe militar.

El autor observa la realidad de Venezuela dentro del contexto globalizante del mundo actual, cuyas tendencias para el siglo que viene no pueden ser desestimados por América Latina en general ni por Venezuela en particular (dedica algunos párrafos para definir , o no definir, al subcontinente como un bloque, en lo posible homogéneo). Señala que se han ensayado diversos modelos económicos, » sin embargo, el enigma del subdesarrollo sigue sin ser descifrado».

El Dr. Rada hace gran énfasis en la necesidad de la educación y dedica un capítulo donde explica la necesidad de empezar por «aprender a aprender». Esto es importante porque nuestra sección en Venezuela Analítica dedicada a los retos del año 2.000 parte de la premisa de que es esencial para el futuro del país erradicar en lo posible, la no educación , que viene siendo en Venezuela entre otros factores (salud, alimentación, familia responsable) , producto de una masificación de la no-formación y la utilización de nuestras futuras generaciones para intereses políticos y de reivindicaciones salariales sin casi ninguna contraparte de parte del sector que supuestamente debe dedicarse a educar. Pero mal pueden educar aquellos que no tienen mucha educación formal o de ninguna otra clase( independientemente , demás está decir, que estamos de acuerdo con que es necesario que los maestros tienen percibir salarios que les permitan vivir de manera digna, pero es primera prioridad formar a aquellos que van a formar a nuestros hijos) .

El autor, incluye en su análisis la necesidad de una recuperación económica como parte fundamental de la estabilidad y expansión del sistema democrático, cita a Ghandi diciendo que la pobreza es la peor forma de violencia ( con hambre no puede haber democracia). Considera que el desarrollo económico requiere de una visión estratégica porque la misma condición de subdesarrollo descarta la aplicación rígida de recetas de los países desarrollados, de manera que lo que se necesita es un gobierno democrático eficiente que supervise la conducta de la economía de manera de corregir las desviaciones y que pueda garantizar un tratamiento digno a todos los ciudadanos.

Finalmente considera que los gobiernos deben establecer señalamientos que tiendan a dar los lineamientos para la superación de problemas estructurales de carácter político tanto como económicos y explica que los problemas de la sociedad venezolana no pueden resolverse con planteamientos que sólo apuntan a lo coyuntural , pero no obstante, observa que «el optimismo es esencial y debe ser terco…Aún en el mejor de los casos la reforma de cualquier sistema es turbulenta».

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