Venezuela: socialismo del siglo XXI
Venezuela es una economía que depende de su principal producto de exportación: el petróleo. Para su análisis básicamente nos referimos a este producto, un commodityno renovable, cuyas características son auges y depresiones, la volatilidad.
Las exportaciones venezolanas de petróleo conforman el núcleo de su desempeño económico.
El comportamiento económico de Venezuela puede dividirse, a partir de 1950 (el mecanismo de contabilidad actual se origina en 1950), en dos grandes etapas. Una primera con un crecimiento mayor del 2% per cápita que llega aproximadamente hasta1978. Y otra posterior, con comportamiento variado, ligado en forma importante a la volatilidad del precio del petróleo, de crecimiento ligeramente negativo en términos per cápita. En 1974 se inicia un «primer gran auge» de los precios del petróleo, el cual es seguido por el derrumbe del mismo. De haber seguido creciendo como en la primera etapa, Venezuela hubiese alcanzado en 2010 un nivel del producto 4,5 veces mayor.
En los años 2000s se produce un «segundo gran auge» de los precios del petróleo. Se produce un alza que va hasta 2008, donde ocurre una caída ligada a la Gran Recesión. Luego se recupera, llegándose a la situación actual donde el precio del petróleo exportado esta en algo más de 100 dólares por barril.
UN DESASTRE Evaluada por el cociente producto/empleo el comportamiento económico de Venezuela confirma ser uno de los «desastres» del crecimiento. En la primera etapa, la productividad total del trabajo creció rápidamente, a una tasa de 4% desde 1950 hasta los años 60s. Luego se estancó y a partir de 1978 sufre una caída, hasta 2008, donde tiene cierto ritmo de recuperación. La productividad de 2008 sólo fue un 61% de la alcanzada en 1978. En forma global, se podría establecer que a partir de 19741978, a raíz de la culminación del «primer gran auge» de los precios del petróleo, Venezuela inicia su curva descendiente, transformándose en uno de los «desastres» del crecimiento, como lo califica Durlauf et al (2005), Growth Econometrics. De una economía con una tasa de crecimiento positiva y satisfactoria, de 2,2 % per cápita, a una economía con tasa de crecimiento negativa.
El «primer gran auge» de los precios del petróleo (en 1974 se triplicaron los precios del crudo) modificó el esquema venezolano. La gran afluencia de dólares permitió imaginar la «Gran Venezuela» basada en el sector público. Se produjo una expansión desmesurada del sector público, la cual repercutió negativamente en la eficacia de la gestión pública y la productividad total de toda la economía. De hecho, el gasto público paso a ser el 30% de todo el gasto en 1974.
La conformación de un contexto institucional de baja calidad, resultante de la sobre-dimensión del Estado, está en la base del comportamiento negativo.
Al desparecer el auge petrolero, declinó en forma abrupta la inversión y la productividad, aumentó la deuda pública, quedando del gasto sólo las funciones corrientes. Además, se hizo presente la inflación y la fuga de capitales.
A una Venezuela que venía ajustándose, se le inyectó el «socialismo del siglo XXI», básicamente una receta equivocada. Fue lo contrario de lo que se requería: salir del «rentismo discrecional» de un Petroestado tradicional para hacer frente a una transformación productiva de la economía. Sin embargo, la conformación de un esquema socialista, con exceso de controles en todas las áreas, con confiscaciones y expropiaciones de un buen número de propiedades agrícolas e industriales, representó la nueva realidad.
Semejante a los residuos del «socialismo real», Cuba y Corea del Norte.
Desde 2001 la producción de crudo ha caído un cuarto y la exportación ha bajado por el incremento del consumo interno y la baja inversión. La producción está alrededor de 2,47 millones de barriles diarios, de los cuales aproximadamente 2,24 son de crudo y el resto de condensados y NGL. Las exportaciones a EEUU son alrededor de 951.000 barriles diarios, o aun menos. El resto de sus exportaciones se destinan a China, el Caribe, Europa y otros. Las que van a China son el pago de un préstamo y las del Caribe están en condiciones preferenciales (no se perciben pagos), especialmente las que van a Cuba.
El esquema que tiene Venezuela no es sostenible, sobre todo si se toma en cuenta la dimensión fiscal de su gasto. En 2012 el déficit fiscal alcanzó alrededor del 15% y buena parte de este déficit se financió monetariamente, el Banco Central emitiendo dinero.
En general, pareciera que nos encaminamos a una inflación alta con reducción del producto. Esta es, en resumen, la triste situación en la que nos ha colocado el gobierno. La herencia que recibimos de un gobierno que quiso implantar «el socialismo del siglo XXI».