Venezuela Redefinida
La era de Chávez intenta redefinir a Venezuela como país de una utopía socialista que proclama la libertad y la justicia mientras practica desde el poder, la exclusión, el apartheid y las condenas sin pruebas; un socialismo que privilegia a los miembros del partido frente a los obreros, empresarios y consumidores; donde el desarrollo económico y social se decreta para ser ejecutado por una burocracia incompetente.
Gracias a la cultura democrática, hoy el 85 % de los venezolanos rechaza la idea de convertirnos en una Cuba y más del 60% está convencido que el objetivo del caudillo y sus huestes es la instauración de un fracasado régimen comunista en pleno siglo XXI.
La propaganda del régimen intenta convencer a campesinos y trabajadores que tierras y fábricas pasarán a sus manos en esta loquera de confiscaciones ilegales con las que los activos pierden valor.
Pero los títulos de tierra otorgados, dan al campesino el usufructo mientras la propiedad queda en manos del estado. La promesa que los procesos fabriles serían gerenciados por los trabajadores queda desmentida cuando los sindicatos son desplazados por la burocracia partidista en las empresas estatizadas. Las viviendas se entregan sin títulos de propiedad y con la prohibición expresa de venderla a terceros o traspasarla a herederos.
Para estos gobernantes, ineficaces y mentirosos, la inflación es fruto de la especulación de intermediarios; el desabastecimiento de bienes es el resultado de una conspiración adelantada por los empresarios; las interrupciones del servicio eléctrico son producto de fenómenos naturales o de sabotaje interno; la inseguridad y las enfermedades son inventos mediáticos y los banqueros son los responsables del deterioro del bolívar frente al dólar. La culpa siempre es de otros.
El momento ha llegado de pasar factura al gobierno chavista, para acabar definitivamente con los cuentos rojitos de un país inexistente.