Venezuela país sin Formas
Quienes recorren el camino de la Diplomacia aprenden desde el principio la importancia de las formas. Las escuelas de relaciones internacionales recalcan con especial atención la importancia que tiene el respeto a las formas en las relaciones entre las naciones y especialmente para conseguir mantener la cohesión que produce en los propios países el cumplimiento de los procedimientos y las normas nacionales e internacionales.
Para muchos políticos, la formalidad en el trato de emisarios internacionales o el cumplimiento del protocolo pertenecen a lo que en estos días un alto funcionario del gobierno refería con relación a la juramentación presidencial como “simples formalidades”. Los principios protocolares en las relaciones sean internas o externas son fundamentales para el equilibrio y el respeto .Nos ha tocado observar como muchos de los adversarios de las normas y las formas son los mismos que les encantan que se las apliquen cuando estas son para su beneficio personal . En esta Venezuela se nota con facilidad como a los altos funcionarios ,por ejemplo, les encanta beneficiarse de la prerrogativas de los cargos. Cuando les corresponden y cuando no se las inventan . Vemos funcionarios exigiendo que se les reconozca sus envestiduras y rangos. Les encanta un chofer y un guarda espaldas y con gran desfachatez, mas que en cualquier otro tiempo, abusan de los privilegios que en términos reales no son sino algunas facilidades que se otorgan para su mejor actuación burocrática. Por supuesto, cuando se trata de una foto publica de vez en cuando se sientan frente al volante de un vehículo para dar la sensación que conducen y demostrar humildad.
Nunca en la historia de Venezuela hubo tanto abuso en los cargos públicos como en estos tiempos.
En días pasados, fui testigo de cómo una alcaldesa de una de nuestras capitales era exageradamente escoltada ante los ojos de un sin numero de ciudadanos que solo veían en el hecho una tremenda arbitrariedad. La gente se percata del uso y abuso de los bienes del estado para beneficio propio con cólera.
Es por ello, que esta mentalidad facilista y poco respetuosa de las formas, permite que en estos tiempos se pueda violar con facilidad no solo la norma constitucional sino procedimientos que son obligatorios y que en pocos países del mundo seria inimaginable no cumplir. En los próximos tiempos seremos testigos del abuso del poder en su máxima expresión. Sin órganos supervisores y sistema judicial que sancione, la burocracia “revolucionaria” violara normas y formas a su antojo.