Venezuela maltrecha

Una cosa es sentir la polarización, la tensión y el descalabro socioeconómico con todas sus consecuencias e implicaciones en el interior del país, y otra muy distinta, es estar en la ciudad capital y percibir directamente el retroceso que el país y la propia sociedad venezolana ha experimentado. En treinta y pico de años jamás experimente la tensión, la inseguridad y el desconcierto que un ciudadano de a pie común y corriente, ha sentido, y lo peor de todo radica en que indiscutiblemente, nuestra sociedad siempre registro algunas distorsiones y fallas, la presencia de desempleo e inseguridad fueron una constante en el funcionamiento de la democracia en Venezuela. Sin embargo, los niveles de retroceso económico, social, educacional, societal, humano nunca habían llegado a lo observado en estos años, y lo más paradójico es que el retroceso que manifiesta Venezuela sucede precisamente cuando el país registra su segundo boom petrolero. Si alguien duda del descalabro que padecemos los venezolanos le sugiero hacer una encuesta que es gratuita, basta transitar las avenidas, calles y semáforos de la capital y principales ciudades para corroborar lo señalado.

Si bien es cierto, nadie puede señalar que los problemas que tenemos los venezolanos lo creo el presidente Chávez, no es menos cierto, que durante estos 8 años los problemas, desequilibrios y déficit que teníamos se han agravado de forma sostenida. Muchos nos sorprende cómo Venezuela en algo más de una década pasó de la estabilidad a la inestabilidad, del florecimiento a la crisis, de la institucionalidad democrática a la personalización autoritaria y desinstitucionalización de la política.

Si embargo, no podemos negar que también hemos registrado positivamente, que transitamos de un estado casi generalizado de desencanto, escepticismo y rechazo de la política y de sus actores, a un momento estelar de recuperación, interés y revalorización de la política en el seno de nuestra sociedad civil, profundamente influida por el fenómeno Chávez. Tal vez ello explica porque las proyecciones de la abstención indican una tendencia a bajar y un incremento por ende en los niveles de interés, movilización y participación política de los venezolanos.

Este país es grande en todos sus órdenes. Su gente, sus recursos y sus esperanzas. Lo cierto del caso es que paralelamente a la situación de descrédito y rechazo hacia los partidos políticos como tipo de organización (particularmente en Venezuela), junto a otros factores, como el descontento generalizado, problemas de gobernabilidad, reproducción de vicios y distorsiones en el seno del sistema político en su conjunto, surgen en las democracias un conjunto de fuerzas o alternativas, con características muy propias, que constituyen en algunos casos, ejemplos de organización de la sociedad civil fuera del ámbito de los partidos políticos, en otros casos, se trata de organizaciones, liderazgos y prácticas que no sólo atentan con los principios democráticos, sino que se estructuran al margen de la sociedad civil.

Venezuela incuestionablemente ha madurado en estas últimas dos décadas en las que hemos registrado y visto de todo. Hoy Venezuela luche maltrecha pero con esperanzas de cambio, esos mismos deseos y anhelos de cambio están tan o más vivos que en 1998, cuando precisamente un grupo considerable de venezolanos optaron por apoyar la propuesta de cambio de Hugo Chávez Frías, después de 8 años muchos que no votamos por Chávez y muchos que si lo hicieron, manifestamos la necesidad de producir en un corto y mediano plazo una etapa de recuperación de la institucionalidad, del Estado de Derecho, del poder de las instituciones, de acabar con el flagelo de la corrupción y fundamentalmente iniciar una gestión y gobierno que verdaderamente se aboque a la solución de los graves problemas que nos aquejan a todos los venezolanos. Venezuela esta maltrecha es cierto, pero llena de esperanzas y voluntad, y deseos de cambio que tarde o temprano tendrán que ser encausados en unas instituciones, en un programa y opción. Por ahora muchos venezolanos optaremos por la candidatura de Manuel Rosales.

Veremos…

(*) Profesor de la Universidad de Los Andes