Venezuela: el fantasma de una crisis
Los países latinoamericanos fueron capaces de enfrentar con medidas prudentes la crisis que se originó en las naciones desarrolladas a partir del año 2007. La ortodoxia económica rindió frutos adecuados y estos países lograron sortear la situación y salir fortalecidos. No todos los países obtuvieron sin embargo iguales resultados.
Algunas amenazas se ciernen nuevamente en el horizonte. Los países de la Unión Europea no han logrado solucionar sus problemas ya que las necesarias medidas de austeridad terminan por producir un severo impacto social sobre la población que ve con alarma las recetas que se aplican. El mapa político de Europa está cambiando.
Nos dice Alicia Bárcenas -secretaria ejecutiva de la Cepal-: «existe una probabilidad no menor de una crisis profunda en la Eurozona». Al verse afectadas España e Italia el impacto económico podría ser mayor. Por ello, según la secretaria ejecutiva de la Cepal, las consecuencias «afectarían a nuestra región sobre todo a través del canal real (exportaciones, precios, inversión extranjera, remesas y turismo) y financiero».
La economía de EEUU, la mayor del mundo, viene mostrando signos de recuperación; sin embargo el crecimiento que evidencia no ha sido capaz de resolver satisfactoriamente el desempleo que aún persiste.
China, cuya vitalidad a lo largo de casi dos décadas la ha llevado a transformarse en la segunda mayor economía del mundo, presenta también signos de tensión. Algunos analistas temen que allí podría producirse una versión asiática de una «burbuja inmobiliaria». El endeudamiento de los gobiernos regionales contribuiría también a alimentar el problema. En términos generales, los analistas no esperan que en China se produzca una recesión, pero sí consideran que pueda presentarse una desaceleración que sin duda alguna repercutiría en Latinoamérica. Si el crecimiento de la economía china cae por debajo del 8,1%, lo más probable es que el precio de la materias primas -entre ellas el petróleo- se vea afectado y, por tanto, las economías de América Latina se verían golpeadas.
Durante los años de la crisis (2007-2009) y recurriendo a medidas contracíclicas ortodoxas, la mayoría de los países latinoamericanos fueron capaces de mejorar su ahorro fiscal e incrementar sus reservas internacionales, lo cual los pone en mejor situación de afrontar una eventual nueva crisis. También estarán en mejor posición porque han sido capaces de fortalecer sus instituciones. Países como Brasil, Colombia, México, Chile o Perú, por citar algunos, estarían pues en una condición de mucho mayor fortaleza en caso de una desaceleración de la economía china cuyas consecuencias vendrían a sumarse al impacto de los problemas que aún persisten en el mundo desarrollado
El caso de Venezuela es completamente diferente. Durante los años de bonanza de los precios petroleros el gobernante ha recurrido a todas las medidas procíclicas imaginables. A pesar de contar con fuertes excedentes en su Cuenta Corriente, terminó siempre con una Balanza de Pagos Global fuertemente negativa. No fue capaz de ahorrar en las cuentas fiscales, presentando años tras año el más importante déficit fiscal de la región; fue el país que porcentualmente más se endeudó y a la vez fue -entre las siete mayores economías latinoamericanas- la que llegó al 2011 con menores Reservas Internacionales. Fue de paso Venezuela el país con más inflación del Hemisferio Occidental y el segundo país con mayor inflación en el mundo entero, sólo superado por Bielorrusia donde alcanzó el 53,2%.
Venezuela es penalizada con la mayor prima de riesgo de incumplimiento de crédito entre los países mencionados. De hecho, nuestra prima de riesgo es 16 veces más alta que la de Chile, 11 veces mayor a la de Colombia, 10 veces mayor a la de México y Brasil y 8 veces mayor que del Perú, todo lo cual encarece enormemente nuestro endeudamiento.
Después del Perú tenemos la tasa más alta de pobreza entre las siete mayores economías de la región, puesto que el 19,8% de nuestra población percibe menos de $ 2,50 por día. El salario medio real y el salario mínimo real en el sector formal en Venezuela experimentó la mayor caída entre todas esas naciones.
Somos, según la Cepal y el Banco Mundial, el país peor preparado en la región para afrontar una nueva crisis como la que ellos temen se avecina.
Cara… mba, me pregunto, cómo es que esta gente ni siquiera figura en las encuestas.