Venezuela debe madurar: Inmunidad Parlamentaria debe desaparecer
La inmunidad parlamentaria tuvo su razón de ser en el pasado. Cuando los gobiernos supuestamente democráticos de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita -y los existentes a partir de 1958- aún no podían resistir la tentación de meter en la cárcel a los senadores o diputados que hiciesen acusaciones públicas contra el gobierno de turno (aunque ellas fuesen ciertas).
Pero esa protección contra el abuso del poder presidencial, ya no tiene justificación en un país moderno como Venezuela. Esto se hace mucho más evidente, cuando durante el actual régimen chavista, la inmuniad parlamentaria, ha degenerado de tal forma, que ha sido utilizada casi cotidianamente, para que los parlamentarios chavistas, monten hasta video-shows, para acusar de todo tipo de faltas y delitos a personalidades de la oposición democrática o a cualquier venezolano (sea o no sea funcionario público), sin que los diputados puedan ser acusados en los tribunales por difamación o injuria.
Más bien, LO HACEN DELIBERADAMENTE, porque saben que la inmunidad parlamentaria se transforma en IMPUNIDAD para cometer todo tipo de atropellos contra quienes los diputados -o sus jefes políticos- deseen enlodar sus reputaciones, sin que existan pruebas legales de sus acusaciones y a pesar de que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece que toda persona es inocente hasta que se pruebe lo contrario (Artículo 49, numeral segundo).
Podríamos todavía aceptar, que se mantenga la inmunidad parlamentaria para proteger las declaraciones públicas y escritos de los parlamentarios, cuando el contenido de esas declaraciones y escritos estén estrictamente relacionados con las función contralora que tienen los parlamentos sobre los despachos de los otros poderes públicos -especialmente del poder ejectutivo- pero a lo que debe ponérsele punto final, es a las declaraciones o escritos de los parlamentarios, cuando esas declaraciones y escritos tengan que ver con meros adversarios políticos o ciudadanos no investidos de autoridad pública; y aunque fueren funcionarios públicos NO SE DEBE PERMITIR las AGRESIONES PERSONALES, las AGRESIONES A LA DIGINIDAD INDIVIDUAL, pues la función contralora de los parlamentarios, NO ES SOBRE LAS PERSONAS, SINO SOBRE LOS CARGOS Y DESPACHOS PUBLICOS.
Adicionalmente, todos los parlamentarios deben ser responsables y no estar protegidos por ningún tipo de inmunidad, cuando se trate de comportamientos personales de esos parlamentarios FUERA DEL PARLAMENTO, y que constituyan faltas o delitos; porque de mantenerse la actual IMPUNIDAD que los protege en estos últimos casos, lo que ocurre de hecho, es que los parlamentarios aprueban leyes PARA LOS DEMAS. Aprueban leyes, que no les son aplicables a ellos mismos y esto constituye una grosera inmoralidad que los venezolanos no debemos seguir permitiendo.
Esto puede corregirse sin que por ello peligren la democracia o las instituciones parlamentarias. Los Estados Unidos, tienen años demostrándolo. Por ejemplo:
El Diputado estadounidense del Partido Demócrata por el estado de Arkansas, Wilbur Daigh Mills, fue arrestado por la policía de la ciudad de Washington, D.C. en octubre de 1974, por manejar bajo influencia alcohólica. Cuando la policía se acercó a su vehículo, la artista argentina del streap tease, Fanne Fox saltó del carro hacia una bahía cercana. El fue obligado a renunciar a la presidencia del muy poderoso Comité de Formas y Métodos (el equivalente a la Comisión de Legislación de la
Asamblea Nacional de Venezuela, que los diputados chavistas pretenden eliminar con su show en las escalinatas del Calvario).
El también diputado estadounidense, pero esta vez del Partido Republicano, por el estado de Florida, J. Herbert Burke, fue arrestado en 1978 por manejar bajo influencia alcohólica, conducta desordenada en el estacionamiento de un club de strip tease; y cuando fue llevado a juicio, se declaró culpable de ebriedad, conducta desordenada y de intentar manipular a los testigos.
Nuestros diputados (nacionales y estadales) y los concejales, deben ser obligados a cumplir las leyes y ordenanzas que están obligados a cumplir los demás venezolanos.
Los socialistas que nos desgobiernan, deberían ser los primeros en apoyar la eliminación de la inmunidad parlamentaria, porque ella de hecho, lo que crea es una clase social privilegiada de patricios que están exentos de cumplir la ley y que poseen una patente de corso para insultar a quienes ellos les de la gana; mientras que si los insultados por ellos les responden de igual forma, pueden ser encarcelados por difamación o injuria.