Venezuela al borde
El primer mes del año ha sido terrible para el gobierno bolivariano. Después de 11 años la falta de dinero no permite tapar sus ineficiencias. La trágica cita de “inventamos o erramos” muestra que la incapacidad para crear un nuevo modelo de país sobre bases comunistas ha producido no sólo rechazo sino grandes errores, cuya solución clama por un acuerdo nacional. Pero la revolución no puede aceptar sino “socialismo o muerte”, sin importar la “patria”.
Los errores llevaron al vice-presidente Carrizales a recular y dialogar a fin de enmendarlos. Pero fue sacrificado por radicales que mandaron a cortar la yugular de RCTV. Ahora, manejan la vicepresidencia y las fuerzas públicas
Hobbes escribió el Leviatán y reivindicó la necesidad de ese monstruo que es el Estado, para evitar que los hombres se mataran entre ellos. Por esto las leyes y los parlamentos, los tribunales y las policías, y el gobierno nacional. Pero cuando el gobierno no puede controlar las fuerzas que se enfrentan en la sociedad, a través del diálogo y la negociación o, lo que es peor, se alía con una parte de la población para liquidar a la otra, estamos en una situación pre-leviatánica. “El hombre es un lobo para el hombre”.
Por ahora, el gobierno está en una fuerte crisis interna causada por su ineficiencia. Se reducen sus apoyos y, más grave aún, no tiene “gerentes” para el gobierno, ni líderes para su partido. Se está agudizando una crisis de gobernabilidad que puede desembocar en un Estado fallido o forajido. Los signos están por donde quiera y no provienen de las protestas de la oposición democrática. Es la radicalización y el uso de organizaciones para-estatales para combatir a la disidencia, sean las operadoras de cable que obligan a sacar a RCTV del aire-o las eliminamos- sean los Consejos Comunales, o sean organizaciones paramilitares, rojas, rojitas, para enfrentar pueblo contra pueblo, como el caso de los Tupamaros en Mérida y los motorizados de Lina Ron en Caracas, bandas propias del fascismo italiano y del nacional socialismo de Hitler. Por ahora estas tácticas son para amedrentar, pero se le pueden salir de las manos. Estamos al borde de que “tasponchao” torne al país en un caos de violencia. Lo acaba de advertir, no tendrá contemplaciones. La desesperación de perder el poder y su incapacitad lo llevarán a radicalizar su revolución, pero también a cometer más errores. Estamos al borde, pero una crisis es también una oportunidad, en este caso de recuperar la democracia.