Opinión Nacional

Venezuela 2007

Las reiteradas declaraciones y mensajes de presidente Chávez en los primeros días de enero de 2007, nos han hecho casi atorar el biscochuelo y el vino de las paraduras del niño, por la desmesura y desproporción de tales anuncios no consustanciados con este inmenso país que es Venezuela. Una cosa es asumir legítimamente un proyecto, una propuesta y programa de país, sociedad y/o gobierno y que el poder es para ejercerlo, y otra muy distinta es querer manejar al país de acuerdo a los caprichos y gustos del presidente y seguidores.

La desmesura ha sido una constante en el quehacer revolucionario quintorepublicano, recuerden como el presidente se encapricho con lo de República Bolivariana de Venezuela, con transformar el congreso nacional bicameral en asamblea nacional unicameral, la octava estrella de la bandera, la mirada del caballo, establecer prácticamente a la cooperativa como tipo de organización societal, ahora son los consejos comunales, la reelección indefinida, el partido único, el socialismo del siglo XXI, etc, etc.

Repetimos este es un gran país que jamás se ha conducido por los canones tan informales y al mismo tiempo tan radicales, por no decir autoritarios, como se ha venido manejando y configurando desde 1998. El problema no es ligero, es de fondo, esta referido a una visión de sociedad, país, economía y política no correspondida con los cambios que a escala mundial se registran. La democracia es un valor aceptado y un tipo de ordenamiento jurídico – político a escala planetaria, consustanciado con unos valores “universales” como la tolerancia, el pluralismo, la alternabilidad, la diversidad, la disidencia, el Estado de derecho, el respeto de reglas de juego y de las minorías, por señalar algunos rasgos.

El presidente Chávez esta empeñado en llevar al país por un sendero muy inseguro, poco halagador, espinoso, contra histórico. Basta con hacer un examen panorámico del país, de mirar las cifras de desplome de la inversión, productividad, calidad de la salud, educación, alimentación acompañado del crecimiento de la inflación, desempleo, inseguridad, violencia, pobreza en estos ocho años de revolución. No se necesita ser economista para demostrar que Chávez esta reprobado en su gestión, este gobierno tiene las arcas a reventar de recursos y tal situación no se corresponde con el deterioro de la infraestructura del país, con la pobreza y miseria, con la pérdida de poder adquisitivo. Estamos enfrente de un gobierno rico y una sociedad radicalmente empobrecida a pesar de las misiones.

Creo que el mayor dislate y aberración esta en no entender que en democracia las cosas se solventan con más y mejor democracia, que en democracia se delibera, se debate y en el mejor de los términos se negocia. En la democracia se busca el consenso frente al disenso, no se atropella, no se imponen los puntos de vistas, más todavía si los análisis económicos, la historia, la teoría política señala la inviabilidad de tales puntos de vista y decisiones. Este país no perdonará jamás que se dilapiden los recursos como ha pasado. Hay plata para toda América Latina, algunos países del Oriente medio, África y demás y no para los venezolanos.

La única revolución quiéralo aceptar Chávez o no, es una educación de calidad, es más calles y autopistas de asfalto, son más hospitales dotados, más fabricas y empresas abiertas, mejores condiciones y seguridad para invertir, es un país anclado en esquemas de integración que lo beneficien y no perjudiquen, es apoyar a mejorar las universidades públicas y no improvisar esquemas de estudios infames y paralelos, es promover el reencuentro de los venezolanos a partir de atraerlos con verdaderas propuestas de país, de sociedad y no imponiendo a porrazo limpio las “ideas” y “caprichos”.

Los derechos y las libertades se deben proteger y no conculcar. Otro gallo cantaría si este gobierno frenara la corrupción campante que lo define, incrementara la eficiencia de sus ministerios, institutos, dependencias y servidores públicos, hiciese y fiscalizara con criterios serios las inversiones, créditos y demás. Muchos venezolanos legítimamente discrepamos como se quieren hacer las cosas y creemos asimismo que el gobierno tiene poder, petróleo y plata pero no visión, probidad y pertinencia. Este país no quiere misiones, quiere políticas de Estado que acaban con la pobreza, que construyan un millón de viviendas, que tengamos una justicia expedita, que abunde el empleo y la inversión. La revolución no es una cuestión de subir la voz o más aún, firmar un decreto. Que tragedia la de los venezolanos o más bien la de ustedes que tienen el poder para nada. Veremos

(*) Profesor – Investigador – Centro de Investigaciones de Política Comparada (CIPCOM) Postgrado de Ciencia Política – Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas – Edificio de Posgrado – 1er Nivel. Conjunto La Liria Universidad de Los Andes. Mérida / Venezuela. Telefax (58) 02742402033 Movil (58) 04149790784 – 04149740234

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