¡ Venezolanos: aburridos de la libertad!
Cuando observamos el frenesí pro-autoritarista y pro-dictatorial que se desprende de las discusiones del proyecto de reforma constitucional, que en forma ilegal, ilegitima, amoral y repugnante se realizan en la muy perruna Asamblea Nacional, y la actitud cobardona, colaboracionista y omisiva de importantes sectores de la oposición, no podemos menos que pensar que éstos venezolanos están aburridos de vivir en democracia y en libertad. No puede entenderse de otro modo, ni llegarse a conclusión distinta cuando vemos que se permite un desaguisado tan irracional como el permitir la reelección continua, ilimitada, indefinida, perpetua o como quiera llamársele, sin que se ponga contención alguna al abuso de los recursos del poder y del gobierno, precisamente para favorecer al mandatario que en la forma más obscena que conozca nuestra historia se ha aprovechado descaradamente de los resortes del Poder Público y de los dineros del Estado para eternizarse en el ejercicio de la Presidencia de la República.
Que se elimine a los funcionarios públicos la obligación de rendir cuentas de su gestión en momentos en que cualitativamente Venezuela se ha convertido en el país más corrupto del mundo ¿Como puede interpretarse? Cuando vemos que la primera ambición de nuestros “revolucionarios” es enriquecerse, entendemos claramente el propósito de ésta modificación. Las limitaciones y los enredos legales en torno a la propiedad privada se incluyen con la única intención de seguir despojando a los venezolanos, de los pocos o muchos bienes que hayan podido labrarse con su esfuerzo. Es la lógica consecuencia de la detentación del poder por resentidos sociales que por propios medios no han sido capaces de producir nada positivo y se solazan destruyendo todo lo que funcione bien, castigando a quienes han sido exitosos. Ninguna cantidad de dinero será suficiente en las manos de quien no es capaz de producir riqueza y no tiene la menor idea de lo que es una sana y correcta administración. Ni con un precio del petróleo tres veces superior al actual un incapaz manirroto, derrochador, con ínfulas de nuevo rico ostentoso sin nociones elementales de gerencia y con una absoluta ignorancia delirante y neurótica de los temas económicos siempre terminará en la quiebra, en la bancarrota y desgraciadamente no será simplemente su fracaso personal, sino el hambre, la desesperación, la miseria de todo un país. Pronto veremos desempolvar hasta el impuesto de puertas y ventanas eliminado tras la revolución francesa.
Con una demagogia magistral hablan de un Poder Popular, al que por supuesto no le asignan ninguna atribución, ninguna competencia, solo criterios anárquicos y una dependencia absoluta al poder Ejecutivo y específicamente a la Presidencia de la República. Hablan de empoderamiento del pueblo y simultáneamente instituyen como norma constitucional que nadie podrá dedicarse a la actividad de su preferencia sino a la que le asigne el Estado. ¡Y entonces! ¿Quien tiene el poder? ¿El pueblo o el Gobierno? ¿ Los caraqueños se aburrieron de elegir a su máxima autoridad’ Entonces Chávez hará el penoso sacrificio de nombrar a dedo al gobernador que habrá de sustituir alo Alcalde Mayor. ¿Los zulianos se cansaron de elegir su Gobernador? Chávez hará el terrible sacrificio de nombrarles un vicepresidente regional, no necesariamente nacido en el Zulia, para que los releve de sus obligaciones y decida por ellos. ¿Nos aburrimos del derecho a estar informados y a ser juzgados con todas las garantías? No hay problema, Hugo Rafael se ocupará de que la policía que ha batido record en muerte de ciudadanos sin dar explicaciones se ocupe de nosotros sin ningún impedimento legal para hacernos lo que les dé la gana.
Ciertamente que necesitamos nuevas emociones, nuevas aventuras. Legalicemos la tiranía, la tortura, la dictadura, la irracionalidad, ya que los venezolanos estamos aburridos de vivir en democracia y en libertad. Esperemos no llorar luego cada vez que oigamos el refrán: “ Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.