¡Vamos Venezuela, no te rindas!
Catorce años con todos sus días y sus noches alimentando la esperanza de que este país se manejara de mejores formas. Catorce años de engaños que llegaron a suponer hasta la modificación de las estadísticas para vendernos una realidad que no existe. La revolución puso la torta. Toneladas, kilos, porcentajes de pobreza, de producción agrícola y desempleo inexistentes. Mentiras a sacos construidas para engañarnos como niños.
Catorce años tapando huecos y escurriendo el bulto, desapareciendo la mayor cantidad de dinero que nación Latinoamericana haya visto pasar por sus arcas, sin que nos quedara nada en las manos. No tenemos autopistas, ni trenes, ni túneles ni un Metro que aguante dos pedidas. Acabaron con los puertos, con los hospitales y con los principios de ordenación urbana. La industria básica que sostenía a Guayana ahora clama por el pago de las nominas que no pueden pagar. Pasaron a formar parte de los que viven de la teta del papá estado.
Dejaron -eso sí- motorizados anárquicos, violencia imparable, colas para comprar lo que se come. Pintaron el país de rojo y lo llenaron de franelitas y gorras. Regalaron neveras. Cocinas, televisores y aires acondicionados para comprar los votos que necesitaban.
Ahora quieren más. Quieren seguir la fiesta. Esperan heredar la conducción del desastre. Estiran el agónico final buscando un milagro que los ayude a sostener esta farsa.
Casi la mitad del país no está de acuerdo con este gobierno y me atrevo a asegurar que la gran mayoría no ve con buenos ojos nuestra conversión acelerada a colonia cubana. Ahora comenzamos a entender lo que significa socialismo del siglo veintiuno: pagarle las facturas y aceptar los mandatos de los cubanos. Nuestros padres no perdonaran nuestra actitud pasiva ante el robo descarado de la patria que nos entregaron. Nuestro hijos se preguntarán por siempre porqué lo permitimos.
Invoco la participación de cada venezolano que aspira un futuro mejor, para que organice sus ideas, su tiempo y sus acciones en la construcción de un nuevo país.
El país estará pronto de regreso, tendremos que trabajar duro para llevarlo a un lugar que nos produzca orgullo. No será nada fácil, tenemos una generación completa de juventudes que se formaron bajo la sombra de preceptos que no contribuyen a formar ciudadanos de orden.
Comencemos, para mañana es tarde, hagamos la tarea que nos corresponde para recibir el premio que todos nos merecemos, una gran patria de regreso a nuestras vidas
Vamos adelante Venezuela, no arrugues, no te rindas.