Universitarios dignos o indignos
La historia contemporánea de Venezuela está escrita de muy buenos ejemplos, aciertos y logros que tienen que ver no sólo con producir de alguna manera profesionales en todas las áreas del saber y del hacer, generar mejores expectativas y calidad de vida, ya sea por descubrir una vacuna, producir una determinada técnica, protocolo, metodología o dispositivo en todos los campos, en lo humano, lo medico, lo social, la económico, en la ingeniería, en el hábitat y para usted de contar, siempre interviniendo en los problemas cotidianos de los venezolanos como la salud, la educación, la seguridad y otras áreas, y decididamente formando ciudadanos comprometidos con la democracia, la sociedad, los valores y la ética. No existe en la Venezuela moderna un área o rincón donde la universidad no ha llegado, desde un puente, un tratamiento médico, una clínica jurídica, un diagnóstico, una vacuna, un paisajismo, una estructura o maquinaria, una autopista, una radiografía y miles y miles de cuestiones más donde actuamos e intervenimos con eficiencia y con una enorme vocación de servicio.
Nadie le puede arrebatar a la universidad y a los universitarios los enormes logros y éxitos alcanzados, y no se le puede dañar a la universidad y por ende a los universitarios por alguna falla o error cometido de forma aislada. La universidad ha sido siempre un factor de progreso, mejora y desarrollo humano, espiritual, material e inmaterial para quienes hacemos vida dentro de ella y para quienes de una u otra manera son afectados repito por el papel que ella cumple. En la universidad hemos tenido modelos de universitarios que han entregado su vida al servicio público, a la docencia, investigación y extensión, han sido realmente hombres y mujeres dignos que han puesto en lo más alto del mundo, en nuestro caso el nombre de la Universidad de Los Andes, por su trabajos, sus clases, sus descubrimientos y su servicio.
Pero la universidad ha tenido también una serie de anti universitarios y seres indignos que la dañan, son una variedad de almas atormentadas que la exponen cuando la asaltan, cuando no se preparan, cuando no son idóneos, cuando se prestan a las bajezas y canalladas, cuando le aplauden al gobierno y a los propios egresados de nuestras casas de estudios las intervenciones de nuestras casas de estudio, cuando celebran los recortes presupuestarios o el cierre de programas que impactan positivamente no a la comunidad universitaria sino en general. Esas hienas que están adentro y afuera de la universidad, esas manzanas podridas son muy pocos y la excepción, son aquellos que en la actual coyuntura política y económica venden el alma al diablo como Mefistófeles, por un sueldo, prebenda, comisión, o cargo, olvidando de donde vienen y cómo paradójicamente estas universidades que hoy atacan y descalifican son las que les dieron estudio, trabajo, estabilidad y un nivel de vida digno que se volvió indigno por lo ruin de ustedes mismos. Somos y seguiremos siendo la fuente y reserva moral, intelectual, académica, humana y espiritual más grande que el país tiene.