Única opción para Chávez
Chávez no debe escoger entre disculpa ni excusa. Solo le queda pedir
perdón, salvo que prefiera ser ESCUSADO.
Los americanos usan la palabra «apology» porque la llevan en la sangre y
su uso es sincero y entre ellos es cuestión sagrada el ofrecerla y se
expresa normalmente mediante el verbo apologice.
El sentido de esas palabras es el de arrepentimiento, el sentir
sinceramente que se cometió un error por el cual no cabe excusas ni
disculpas, sino solo vergüenza y pedido de perdón.
Entre los venezolanos también se producen estos sentimientos y
actitudes, con otras palabras. Eso ocurre en todas partes.
Por eso a Chávez no le queda otra opción que manifestar que el -y no
digo a su pesar- también siente pesar y sabe expresarlo en palabras muy
sencillas, como la llanura de su pueblo.
El debiera aspirar a que el mismo se coloque entre los cuerdos,
sin esperar a que otros lo pongan entre las cuerdas, aunque esto fuera
deseado en virtud de una forma de autolatría generadora de algún morbo
autolacerante.
En general, todos nos sentimos libres de expresar sin regateo nuestras
emociones, pero también nos imponemos en la mejor tarea de evitar las
sinrazones.
En coronel, Chávez debiera también. Al fin y al cabo, entre lo
simplemente maduro y madurez, hay un abismo de sensatez.