Una oportunidad de oro
Si la “Oposición” logra nuclearse alrededor de candidatos únicos, y consigue formar un buen equipo para vigilar las elecciones regionales, hallará una oportunidad de oro para la disidencia venezolana y para reivindicarse frente a ésta. Sólo eso exige la sociedad civil “por ahora”.
El oficialismo vive una profunda división aún siendo muda, el chavismo ultroso, versus el chavismo sin Chávez. Esta parte “disuasiva” que ventila el PSUV le adelanta las posibilidades a la “oposición”. Especie de maniqueísmo que muchas veces nos vemos en la necesidad de enfrentar, tratando de tomar lo menos malo de ambas porciones. Las preferencias de la sociedad civil para votar, ineluctablemente serán con una “oposición” unida. Ya pasaron los tiempos de las grandes marchas para promocionar los candidatos, las movilizaciones están dirigidas a causas, y esto debe entenderlo la “oposición”. Igual sucede con el oficialismo, la diferencia es que ellos perdieron su “causa” y solamente entrevén sus sentimientos encontrados en la continuación o no de su “comandante”.
El viraje de Chávez no es auspicioso para sus amigos, ni satisface a sus más intrincados seguidores, ni a la nueva boliburguesia emergente. El socialismo del siglo XXI murió, y asimismo agonizó parte de lo que se llamó el chavismo. No es difícil para los grupos oficiales percatarse a estas alturas que aquí no hay revolución ni hubo intenciones de ella. Y la boliburguesia quiere mayores seguridades para sus propiedades y bienes. Chávez para nadie es un factor de gobernabilidad actualmente, Venezuela vive una crisis económica profunda con la erradicación de sus empresas, pronto veremos las secuelas de ello, con más parálisis y desabastecimientos. La inseguridad no permite la vida en convivencia de los ciudadanos, los muertos por el sicariato y el hampa común cada vez son superiores. El país tiene su “guerra civil” no declarada desde hace tiempo, y esta situación pudiera desbocarse en cualquier momento si no le ponen sus controles, los cuales Chávez evidentemente ya no garantiza. Todo pudiera derrumbarse en el corto plazo. La gran aspiración de la sociedad civil es lograr un cambio en armonía, reconciliación democrática, siempre y cuando la violencia no sea el arma del oficialismo. De esta premisa parten para mirar en las próximas elecciones esa oportunidad áurea, y promover los cambios gradualmente.
Los “liderazgos” nacionales no están planteados, el objetivo es ganar el mayor número de alcaldías y gobernaciones. Es allí, donde intervienen esos partidos políticos que deben unirse en torno a los candidatos únicos para que la gente salga a votar.
Si esto llega a concretarse, habiendo candidatos consenso, votantes y custodios de los votos, será más difícil la posibilidad de fraude, pudiera el PSUV entrar en desbandada, advirtiendo el ocaso de su revolución. La temporalidad de Chávez llegaría con las mismas presiones internas en su entorno, siendo el origen para su salida del poder.
El “proceso” del oficialismo, todavía sin consumarse no reviste existencia histórica, es como un bajón de voltaje en la corriente para la “revolución”. Venezuela vive momentos de desastre, una triste verdad que podría revertirse, cuando ese chavismo que no quiere más a Chávez se vuelva en su contra y éste se de cuenta que sus “reservas” y batallones ficticios nunca existieron, su destino se vería comprometido, y su sueño “sedicioso” naufragaría en un santiamén. Si la sociedad civil esta preparada para ocupar la dirección del país no permitiendo que la violencia se desborde, será un problema de orden publico restituir el vacío legal y de poderes existentes en el país. Las elecciones son una oportunidad de oro para la “oposición” siempre y cuando estén al servicio del ciudadano de a pie. Para Chávez la “adversidad” se irá agudizando entre inseguridad, inflación y desabastecimiento. ¿Será la hora de reaccionar para todos los ciudadanos decentes de esta patria en las venideras elecciones? Ojalá sea así y comencemos a construir…