¿Una nueva derecha?
Varios grupos, grupos aún, están tomando forma en el panorama político venezolano. Sin hipócritas posiciones se clasifican como derechistas, asumiendo así la estigmatización diseñada por una intelectualidad izquierdista que ha logrado imponer sus equívocos principios a partir de la década de los cuarenta. En Venezuela, ricos de cuna como lo fueron los hermanos Gustavo y Alberto Machado y Miguel Otero Silva nacido en el seno de una familia acomodada, tenían la mano izquierda en el corazón y la mano derecha en la cartera. También estaban los nacidos en pesebres como lo fue el ilustre periodista caroreño Héctor Mujica que se vanagloriaba con burgués gustillo de ser uno de los hombres que más “trajes de vestir” (fluxes en el argot popular) y zapatos tenía en Venezuela. Ser intelectual o rico y al mismo tiempo de pregonar ideas izquierdistas era estar “in”
El concepto de izquierda y derecha surge con la Revolución Francesa, refiriéndose al espacio que ocupaban los miembros de la asamblea. El concepto se fue criminalizando hasta confundir al nazismo o al fascismo con la derecha. Derecha e izquierda son conceptos obsoletos de los cuales ya debería haber surgido una síntesis. Derechista es sinónimo de enemigo de los pobres, conservador de principios victorianos y explotador de las clases necesitadas. Izquierdista es una especie de Robin Hood justiciero. Un irreverente gracioso convertido en paradigma de cualquier estudiante de bachillerato que nunca se dignó leer El Capital o El Manifiesto Comunista o lo hizo sin leer las obras de los pensadores de tendencia liberal o social cristiana a fin de establecer parámetros de comparación. Simplemente era lo elegante, aunque el padre fuese un alto funcionario del gobierno como en el caso del “chema Saher” o se condujese un lujoso Thunderbird como en el caso del “negro Zamora”. Para ellos Rusia era la madre patria y Stalin el padre, aún cuando el poder de tal psicópata se sostuvo con millones de asesinatos justificados con el proceso de “la revolución”. Muertos estos progenitores, no porque los asesinaron, sino por muerte natural y ampliamente anunciada, al igual que cualquier hijo de mujer promiscua los izquierdistas buscaron otra madre y otro padre: Fidel y Cuba.
La derecha renacentista venezolana está representada actualmente por un grupo de personas aparentemente dignas. Escribo “aparentes”no porque crea lo contrario sino porque ni son mis amigos ni tan siquiera los conozco, razón por la cual no puedo garantizar la verdad de su dignidad. Pero en todo caso, no he oído hablar mal de ellos ni se les ha calificado de deshonestos. Uno de sus tantos voceros es Aníbal Romero, quien sostiene la existencia de dos derechas: “Una reaccionaria y autoritaria, que mira el pasado; y una moderna e ilustrada, que ve hacia el futuro” Discrepo de esta opinión. Esa derecha reaccionaria y autoritaria no fue una derecha. Fue un fascismo o una dictadura donde los principios básicos de una derecha real no se practicaban porque tal como lo afirma Romero, los parámetros de la derecha son la libertad bajo un esquema de derechos y deberes, con una garantía de la propiedad privada y con una protección del débil sin entrar en paternalismo, todo encerrado en un estado rector pero no interventor actuando económicamente bajo una orientación capitalista.
Pareciera ser que los izquierdistas tuviesen fundamentalmente una formación cristiana. Indudablemente fue populismo expresar que primero entraba un camello por el ojo de una aguja que un rico al reino de los cielos. Populismo lógico que criminalizando a la minoría, hace adepta a la mayoría. Dignifica la pobreza y el asunto se ha llevado a tal extremo que muchos pobres admiten su condición dignificándola con un adverbio: “Pobre pero honrado”. ¿Es que acaso no hay ricos honrados? ¿Acaso algún pobre no ha soñado con ganarse un buen premio en juegos de azar? ¿Y de ganárselo se transforma automáticamente en un ladrón? También se ha convertido en expresión común el calificativo de origen humilde para aquellos que nacieron dentro de familias con poco poder adquisitivo. Confundir humildad con pobreza es desconocer los términos. Humildad es el comportamiento que resulta del conocimiento de nuestras incapacidades. Pobreza es la carencia de lo necesario. Se puede ser pobre por diversas razones las cuales desconozco porque de lo contrario sería rico. Es posible especular señalando a la incompetencia o a la incapacidad pero es entrar en temas económicos sobre los cuales no tengo dominio.
Basta de criminalizar a la derecha. Hasta cuando ser izquierdista es estar en lo correcto, cuando históricamente la gran corriente izquierdista, el marxismo o el comunismo –que yo en mi ignorancia confundo – ha tenido el más estrepitoso fracaso amén de haber sido uno de las tantas ideologías que ha sembrado de muerte y terror la humanidad. Creo que debemos luchar por aquellos derechos logrados con la revolución francesa: la igualdad de los hombres con relación a sus derechos; la soberanía nacional en cuanto a que la nación es esencialmente la fuente de toda soberanía y nadie puede ser revestido de autoridad si la misma no emana de ella, siendo el sufragio la forma en la cual ejerce su derecho: la concepción de la Ley como expresión de la voluntad común y la consagración de la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión