Una izquierda de pacotilla y su líder que en 130 meses despilfarra todo
“… El pasado siempre está presente…”
Maurice Maeterlinck (1862-1949)
Seis generaciones completas, unas han pasado otras subsiguientes aún moran en este territorio de Venezuela que con una población que en el año 1.850 apenas si alcanzaba a 1.325.600 almas, hoy, 160 años después, alberga cerca de 26.815.000 habitantes.
Crimen de lesa patria
Seis generaciones cuya organización y desarrollo social y político no sólo pareciera haberse estancado en el tiempo, sino que, por obra de una desbordada y dinamizada piratería que impone y disfruta del pillaje de unos resentidos sociales, quienes en apenas algo más de 130 meses se han enseñoreados por sobre la ignorancia de unos, prevalidos y sustentados en la incompetencia de otros.
Y, especialmente apuntalados, en la brutal cobardía de quienes llamándose o haciéndose llamar dirigentes, carentes ya de argumentos y del coraje para salirle al paso a la destrucción de un país y a la sostenida aniquilación de su heredad humana, su patrimonio económico y en suma su capital social, sólo pueden jugar y aceptan seguir jugando sus oportunidades en el “quítate tu para ponerme yo” de siempre, sobre el mismo entrampado tablero de los oportunistas, con las mismas amañadas piezas y desempeños en colectivo, y con el mismo y absoluto fin privado que les anima a unos y a otros individualmente: El botín.
Gatopardismo a la venezolana</b<
Pareciera quedar ello al descubierto con sólo remontarse al pasado y releer cortos pasajes de la historia conocida, jamás refutada, mas hoy, se dice, en proceso de ser reformulada.
Si no fuere así para algunos sensibles exponentes del hoy malogrado Pacto de Punto Fijo, que lo niegue o confirme en su propia sintaxis uno de los más reconocidos estudiosos y destacado historiador venezolano del Siglo XX:
“… Uno de los aspectos característicos del período… es la confusión. Todo parece turbio en el panorama de la política nacional. El comportamiento del gobierno, la descomposición social, el riesgo ciudadano, la inmoralidad administrativa, la inseguridad y la división de los partidos, son elementos que agitan el fermento de la inquietud colectiva…”
Lo escrito, escrito queda
Así quedó registrado para siempre en el texto redactado por Manuel Vicente Magallanes, en el primer párrafo de la introducción al capítulo 15 de la Historia Política de Venezuela, “La Dinastía Monagógica”; publicado en 1975 por la editorial Monte Ávila.
160 años han pasado y letra sobre letra, palabra por palabra, oración tras oración, modulación, comas y puntos incluidos, reflejada queda perfectamente la situación en la cual –después de esa fecha y en sólo el 6,7% del lapso histórico que ha transcurrido de 1850 hasta el momento–, hoy se encuentra la sociedad venezolana.
Frente y por obra de un gobierno que en su aparatoso y descalabrado desempeño, ha ignorado en expreso el pasado, ha dilapidado el presente y ha malversado el futuro del país y de las generaciones futuras.
Han sido más de 900 mil millones de dólares americanos que han entraron y salido de las arcas del país, a cuya cifra ha de agregarse el monto de la deuda pública acumulada: Más de un millón de millones de dólares; un billón, 112.
Son enormes las sumas de riqueza venezolana que la mentecatez militante diluyó en las pretensiones revolucionarias recopiladas y compendiadas en un texto ya muy conocido: “El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano”
¡¡ Y entonces Ayer como hoy…
“… Nada bueno puede esperarse de… [este] azaroso vivir de expectativas…” (J.V. Magallanes, dixit)
Decisivo
Bien lo afirmó de viva voz Adolfo Hitler en 1923, en el calabozo y mientras se escribía Mein Kampf : “… A nadie le gusta pensar, le gusta que le den todo pensado…”.
Pensar duele, pensar angustia, pensar consume tiempo, y eso, precisamente, en los seleccionados decursos del azar, para la rapiña y la devastación, el tiempo y las oportunidades para el saqueo de un país, eso, es oro.
Y en definitiva, como bien lo afirmó el filósofo George Ruiz de Santayana: “… Los que no pueden recordar el pasado, están condenados a repetirlo…”.
Queda sustentada la dinámica coyuntural que han transitado los venezolanos en los últimos 130 meses de pillaje y de despilfarro, obra de una izquierda de pacotilla, y de sus fracasados líderes: Intentando cambiar todo, para que todo siga igual.