Una Hoja de Ruta Democrática
Vamos a comenzar por el principio, y en el principio fue el verbo; verbo que se requiere pues en él que se encarnarán las esperanzas democráticas. Por eso son imprescindibles las definiciones previas y esta es ineludible: ¿Qué es una Hoja de Ruta? Una Hoja de Ruta es un documento que se suscribe en un escenario de conflicto (y el nuestro, en Venezuela, es uno de los más relevantes en América) y está redactado con base a una jerarquización de las acciones que conducirán a las metas perseguidas, que suele llamarse ‘destino compartido’. Estas acciones se redactan de tal modo que para cada destino suscrito se precisan fases claras, con calendarios de ‘fechas límite’ y objetivos a alcanzar, dirigidos al desarrollo de un compromiso previo que se evidencia a través de pasos recíprocos por todas las partes involucradas, unos pasos que se ejecutarán en los campos político, de la seguridad, económico, social y de construcción institucional.
Las fases, y los lapsos inter-fases jerarquizan las urgencias procurando soluciones articuladas que partan desde lo fundamental y evidente, que son las primeras acciones, también llamadas acciones de impacto y que trascienden hacia la solución de las urgencias más profundas, como lo son las acciones estructurales. Por lo tanto, una Hoja de Ruta no es otra cosa que un compromiso previo a la acción, que compromete la gestión de los actores y que puede auditarse mientras se ejecuta, pues para ‘eso’ es que se contemplan fases con calendarios.
Y allí, en la frase ‘compromiso previo’ es donde radica la importancia vital de una Hoja de Ruta Democrática, una importancia que trasciende nombres, partidos y los compromisos regionales, que no dudo sean la base de la oferta electoral en la venidera campaña, porque lo que está en juego es si el país se desbarranca por el precipicio harto conocido de un socialismo falaz, o si por el contrario retoma la ruta de los valores democráticos. Por eso resulta preocupante que la Mesa de la Unidad Democrática, que las Organizaciones No Gubernamentales, que los Estudiantes (así, con ‘E’ mayúscula) y que otros actores vitales de la oposición democrática venezolana no hayan establecido, de manera pública y notoria, con claridad conceptual de acciones, fases y calendarios, una Hoja de Ruta Democrática, compartida y aceptada previamente por precandidatos, organizaciones y gremios, como una plataforma ideológica, de estricto cumplimiento por quienes resulten elegidos a representar la esperanza democrática, indistintamente la orientación partidista personal.
La Hoja de Ruta Democrática es la garantía de un cumplimiento mínimo de metas que debe darse a los ciudadanos, y simultáneamente es el único instrumento que tenemos los ciudadanos para realizar una contraloría política permanente sobre las acciones de nuestros representantes democráticos, en función del cumplimiento de un conjunto de metas sobre el retorno de la democracia, y con la fiscalización permanente de quienes votaremos por ellos.