Una carrera de obstáculos
Por supuesto, que nadie es elegible para correr en una carrera hasta que no se inscribe en ella. En todo tipo de carrera llega aquél que además de veloz, supera los obstáculos que se le presentan en el camino y se prepara y entrena a ritmo sostenido y con esmero. Sobre todo si llega a la conclusión de que la carrera no es de velocidad sino de obstáculos con expectativas de maratón.
Esta carrera requiere resistencia y paciencia Esta carrera no es como un pique de 100 metros planos. Esta es una carrera en la que hay que mantenerse porque es de fondo, es una carrera en la cual, hay que saber administrarse y hay que poder cerrar fuerte.
Al obstáculo de toda una parafernalia informática montada para votar y no elegir se suma la probada la incapacidad manifiesta de quienes adversamos al régimen de llegar a consensos que eliminen las legítimas e ilegítimas ambiciones personales y de grupo. Ojala que el tiempo desmienta mis palabras.
Se han mostrado tres cenáculos excluyentes, conformado el primero de ellos por los decisores que marcaron la historia de la coordinadora democrática y que dirige Enrique Mendoza, el segundo por todos aquellos socialistas que defenestraron del Partido Comunista que coordina Pompeyo Márquez y el tercero conformado por quienes se consideren herederos de la altísima abstención que se produjo en el último proceso de votaciones y que tiene como figura principal a Marcel Granier.
Esos tres sectores pretenden, cada uno de ellos dentro de su utopía, marcarnos el camino sin hacer una real consulta al pueblo democrático, opositor y disidente mediante unas elecciones primarias por las cuales hemos estado luchando desde que comprendimos que es el único camino real para lograr una dirigencia nacional y un pacto político que nos conduzca a una confrontación exitosa para derrotar a la anti historia.
Ya hemos visto como la exclusión ha marcado las derrotas. Si esos sectores no reaccionan y practican lo que afirman como el método mas idóneo para alcanzar la unidad que no es otro que el de unas elecciones en las cuales participe el pueblo democrático para decidir su liderazgo, nadie deberá sorprenderse si hay factores políticos que al margen de esas cúpulas toman como alternativa diferenciante la de lanzar un candidato ajeno a esos sanedrines.
Cuando se traza una estrategia y se manejan las tácticas que nos conducirán al logro del objetivo estratégico se da la necesidad de tener paciencia, perseverancia y fundamentalmente estar preparados para salir al «ruedo».
Una de las grandes preocupaciones cuando se está en un proceso político es pensar que si no se hacen las cosas «ya», «ayer», se pierden oportunidades y precisamente es todo lo contrario. Siempre va a haber oportunidades, sin embargo son muchas las variables a tener en cuenta. Desde cómo armar una plataforma organizativa, cómo presentarnos ante los electores y cuáles son nuestras mayores fortalezas.
Saber dónde pueden estar las oportunidades y cuáles son las amenazas son aspectos que son absolutamente necesarios en el momento de enfrentar el reto haciendo uso de cada una de nuestras habilidades y destrezas.
Por todo esto la búsqueda de vencer a quien se muestra realmente con todos lo hilos del poder no es una carrera de velocidad sino de obstáculos. Llegaran a la meta aquéllos que tengan claros sus objetivos, se preparen concienzudamente y sepan cuál es el camino a seguir.
Hagamos este esfuerzo todos unidos, con audacia y desprendimiento, la carrera que tenemos por delante para alcanzar la meta de una Venezuela democrática.
