Un reto a la vida o a la muerte
Quienes me conocen pensarán que me voy a lanzar con uno de mis poemas, pero no se trata de eso en esta oportunidad, sino de breves observaciones sobre el nuevo presidente de los Estados Unidos. Barack Obama, quizá tenga un precario record de trabajo para “emplearlo” como presidente de su país, pero de fructífera resonancia. Ciertamente no se trata de un individuo inasible y está perfectamente consustanciado con su tiempo del gaseoso y necesario Internet. Llega a la cima en momentos sombríos para la humanidad, de valores inversos, con cambios climáticos abrasivos, economía mundial en quiebra, acunando en EUA la mayor recesión, los “terroristas” alborotados –como siempre- y los que no lo son cansados de calárselos. Es un reto a la vida o a la muerte, lo que se le explaya a Obama, quien ha dado demostraciones de saberse enmendar y posiblemente serán muchas las veces que tendrá que hacerlo como presidente de Norteamérica. Sabemos de la profundidad de esa democracia que no perdona a nadie, y favorece a quienes se la merecen, lo que significa una garantía dignificante para ese pueblo, que se da el lujo de escoger como presidente al “negro” Obama. Él pudiera resultar siendo lo que fuera para el boxeo su paisano, también de “color”, Sugar Ray Robinson; considerado por la critica y aficionados el más grande boxeador “libra por libra” de todos los tiempos.
Las comparaciones siempre resultan chocantes, ya lo decía el amigo Cervantes, pero las hay fotográficas y de inmediata reflexión. En días pasados fueron muchas las que rodaron por la red en concordancia con nuestro desbocado presidente. Que si Obama utilizó sólo veinte minutos en su discurso de juramentación, que si Obama es un negro inteligente, etc. Pudieran ser incontables y zahorí los disímiles, tratando de equiparar a un fracasado con quien todavía no conocemos sino de vista. Quizá, sería mejor establecer parecidos entre ambos, viendo que a Chávez le salió uno de su talla y color como representante del “imperio”. Se sucederá del reino de los blancos al reino de los negros, no lo sabemos. Pero será un reto para nuestro conductor “socialista” populista y demagogo, a quien se le terminan las dianas para lanzar sus dardos, echándole la culpa de sus fiascos a los demás, teniendo de frente la mayor recesión económica de la historia. Ojalá, no lo sea.
Venezuela en tensa calma, está conmovida, irresoluta pero dispuesta a dar un paso al frente contra la “enmienda” Chávez. Estamos en la víspera de lo que pudiera ser el abstruso cambio hacia una autocracia indefinida y total. Hacia un “socialismo” come yuca y salvaje. Hacia la ruina. Son ciclos de retos para Obama y para Chávez , para las individualidades como usted, para todo el orbe. Cuando tendremos que escoger entre la destrucción del país o su reconstrucción, además de compartir problemas comunes con el resto de la humanidad. Sintiendo cómo el frío y el calor nos afectan igual que en zonas boreales, y llegarán los tiempos de paz para los que quieran paz y los de guerras para quienes las busquen. Son instantes de andar juntos, cimentando algo nuevo y creativo. Ya no se podrán tapar las grietas con mastique, las hendiduras son de fondo, estructurales; o inducimos un cambio o pereceremos. Es el desafío para todos los credos, es el desafío de hoy.
No hay mujer bonita que valga, si no hay quien la piropee. Venezuela dolorida necesita de requiebros, de trabajo, necesita de conducción o alcanzaremos los detestables enfrentamientos. Obama en sus primeros pasos es un ejemplo de amplitud, el pueblo norteamericano también lo es, cuando lo miramos unidos en torno a su presidente. Amplitud para vivir, amplitud para respirar, amplitud para trabajar es lo que demandamos de la misma manera los venezolanos.
Estamos frente a un reto a la vida o a la muerte, cualquier traspiés costará caro para volvernos a levantar. A lo bueno se le dice si, a lo malo se le dice no, sea negro o blanco, por ello, no podemos equivocarnos en esta oportunidad electoral, rectifiquemos saliendo masivamente a votar NO, o estaremos retando a la muerte.
