Tú también eres corrupto
Creo que fue Jean Baudrillard quien propuso que se adelantara el año 2000. En efecto, tal vez si las (%=Link(«http://www.un.org»,»Naciones Unidas»)%), ponle, hubiesen decretado oficialmente desde 1995 que ya estábamos en 2001, digamos, nos hubiésemos ahorrado ese océano de tinta con toda clase de boludeces, sin hablar de la polémica sobre si estamos o no ya en el Tercer Milenio o si hay que esperar todavía a 2001. Como si eso fuese importante. Y el (%=Link(«/bitblioteca/roberto/chiflados.asp»,»Y2K»)%), que fue un fracaso.
Por eso estoy en radical desacuerdo con eso de que las elecciones se están precipitando y que debieran celebrarse en agosto. ¡NO! Todo lo contrario. Ya que no pudimos realizarlas hoy domingo de carnaval, fecha adecuadísima para elecciones, propongo formalmente que se celebren el domingo que viene. Ese día no me toca escribir esta columna, lo que no me obligará a disertar sobre la vida sexual de los jejenes del sur del Orinoco, a fin de evitar el tema que todo el mundo tiene en mente. El adelanto de las elecciones tendría como enorme ventaja ahorrarnos toda esta polémica de quién es más corrupto. Los chavistas, los ex chavistas, los ya no tan chavistas y los quién sabe si ahora antichavistas andan vociferando unos contra otros, llamándose mutuamente corruptos, traidores e hijos de mala madre (esto último es literal), en el más puro, genuino, ortodoxo, escrupuloso, bestial y escandaloso estilo de las «cúpulas podridas del puntofijismo». Hasta se matan a tiros (esto también es literal). Hay que ver las infamias que intercambiaron los adecos en trance de pelearse «puestos salidores» en las planchas. Todavía están peleándose las sobras, porque no aprenden. Si se adelantan las megaelecciones, además, los inversionistas sabrán por fin cuál es el panorama. (Ya lo saben, no son tontos, solo que hay que adularles mucho y todo el tiempo como a las niñas bonitas. Pero ya no tendrán ese pretexto).
Mientras se resuelve la planchitis dentro del Polo Patriótico, vamos a presenciar varias telenovelas. Les recomiendo el artículo de Jorge Luis Borges sobre el arte de injuriar. Es como esas casadas que conocieron al marido en una taberna y al primer pleito «descubren» que es un borracho. Pleitos de pareja en que uno no debe meterse.
Pasada la planchitis patriótica, arreciarán los improperios contra los demás y de parte de los demás. Amén de huelgas casi siempre oportunistas, se dirán cada día peores cosas del gobierno. Igual el gobierno dirá cada día cosas peores de la oposición. Ya empezaron hace tiempo, pero como esta polémica se va a poner cada vez más histérica, ayer compré un paraguas bien anchote, de encerado reforzado. Lo malo es que cuando no te metes en el pleito, los chavistas histéricos te llaman puntofijista y los otros te llaman chavista. Para todos eres corrupto. Obvio.
¡Tan buena oportunidad que tiene el Polo Patriótico de demostrar que es diferente del puntofijismo! Pero es que el poder tiene lógicas tal vez imposibles de vencer. Pasa hasta en los mejores países. Será por eso que nunca me he metido a político. Curioso método de discusión: un político tiene una posición distinta a la de otro y el otro lo llama corrupto en vez de intentar demostrar que su posición es errónea.
Pensar que, votemos por quien votemos, vamos a elegir gente así.
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