Tú: El Oportunista
Como soy El Meritorio a toda prueba y circunstancia, quiero dejar claras mis motivaciones, conductas e intenciones en relación con todo lo que merecidamente hago, pienso, ejecuto, dispongo. Nada mejor que contrastar mis méritos con los alegados por los demás, por los otros, esos, mis enemigos naturales. Veamos:
• Si yo me postulo y hago lobby para el cargo o dignidad que sea me lo merezco; si tú lo intentas eres un conspirador insensato.
• Si salgo en la TV es porque soy un notable; si tú apareces en cámara eres por pescuezeador.
• Si me ves en la páginas sociales es debido a mi casta, a mi clase; si te reseñan eres un recién vestido.
• Si hablo de mis apellidos es que me sobra escudo y linaje, si tú lo mencionas eres un arribista.
• Si me dan el premio es porque lo valgo; si te lo otorgan es porque lo compraste.
• Si me condecoran es fruto de mis logros; si a ti te honran es porque eres un complaciente.
• Si en armas me alzo soy un revolucionario; si tú lo haces eres un golpista.
• Si no asisto al trabajo ni me importa la gente es que estoy llamado a más altos destinos; si tú no vas ni saludas eres un antigerente.
• Si me paso de palos es que soy un epicúreo; si tú te rascas eres un borracho.
• Si todo lo decido y lo sé es que soy un Sabio Iluminado; si tú lo haces eres un autócrata ignorante.
• Si la gente incondicionalmente me sigue es porque me respetan; si a ti te paran es porque te tienen miedo.
• Si yo saludo y elogio a mis superiores soy cortés, si tú lo haces eres un jalabolas.
• Si hablo mal de los demás es porque soy muy crítico y exigente, si tú te atreves eres un chismoso deslenguado.
• Si comento favorablemente un acto ajeno soy un solidario generoso; si tú lo haces eres un aprovechador, algo estás buscando.
En fin, no hay más méritos sino los cuantiosos míos, los insignificantes ajenos no llegan ni a la suela de mis zapatos de marca.
¡Yo, mí, me, conmigo!
¡Imbéciles, Escuálidos: me dan asco!