Triki Azpiritxaga
En septiembre de 1939, hace setenta años, llegan a Venezuela, primero a las costas de Río Caribe y luego a La Guaira, diecisiete hombres vascos que por una parte huían de las consecuencias de la guerra española y por la otra, se escapaban de lo que resultó ser la Segunda Guerra Mundial.
Partieron de Bayona en dos naves pesqueras, El Bigarrena y el Donibane II. Estas naves eran dedicadas a la pesca de arrastre y medían, cada una, catorce metros de eslora, tres metros y medio de manga y menos de dos metros de calado. Su propulsión la suministraban sendos motores de cincuenta caballos de fuerza alimentados con gasoil. En el primero de los barcos venían José María de Burgaña como capitán, Antonio López Altonaga, Antonio de Egurbide, Emilio de Lahoz, Cosme de Goitiz, José de Zabaleta, Ricardo Azpiritxaga, Joseba de Arriandiaga y el polizón Miguel Marina Barredo. En el segundo vinieron Pedro Ruiz de Loizaga como capitán, León de Aguirregomezkorta, José de Bedialauneta, Silvestre de Isasti, Francisco Balbibieso, Fernando de Etxegoyen, Ramón de Koshorrotza y Pedro de Bernedo.
Partieron de Bayona el 6 de agosto y llegaron a Venezuela el 8 de septiembre, treinta y tres días de navegación para recorrer más de cuatro mil millas náuticas con solo una escala en Dakar. Venían con pasaportes de la nación vasca y su bandera era la ikurriña.
El gobierno del general Eleazar López Contreras, al igual de lo que hizo con los judíos que vinieron en esas mismas fechas en los barcos Caribea y Königstein, les brindó cobijo, ellos se dedicaron a fundar la primera empresa pesquera que operó en Venezuela y los marinos más avezados contribuyeron a fundar la Escuela de Marina Mercante Venezolana.
Triki Azpiritxaga, que había nacido el 29 de julio de 1912, inició sus labores en Río Chico donde se dedicó a la electricidad y muy pronto pasó a Caracas, al Colegio San Ignacio, donde fue, primero, el más brillante portero del equipo loyaltarra y luego, por muchísimos años, entrenador de todos los equipos de esa divisa. Ya había jugado futbol en la primera división del Zaragoza.
José María de Burgaña se dedicó no solo a la pesca sino que rindió valiosos esfuerzos en el desarrollo de la marina mercante y fue factor fundamental en la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, acompañando al Hermano Ginés (Pablo Mandazain).
Muchos de los diecisiete viajantes vascos formaron valiosas familias que hoy están distribuidas en la geografía nacional.
El 27 de enero de este año, a los noventa y siete años de edad, Triki entregó su alma al Señor y todos los loyaltarras, los jesuitas, sus familiares y amigos tienen fe en que lo encontrarán, jugando futbol, con Jaungoikua, en los campos del cielo. Vayan estas líneas como tributo a todos esos marinos y muy especialmente a Triki. Un gran venezolano.