Transdiciplinariedad
La ciencia política actual no puede olvidar algunas de las enseñanzas fundamentales del pensamiento político clásico, en especial para analizar la génesis y evolución de las estructuras, para comprender sintéticamente el todo social y, sobre todo, para examinar críticamente las bases económicas y sociales de nuestros sistemas políticos. Ciertamente, sin estos conceptos y criterios generales no pueden abordarse fructíferamente y con un sentido adecuado las investigaciones concretas que postula la ciencia política del fin del siglo. Sin embargo, la politología de hoy asume enormes desafíos y una tendencia indetenible como empresa transdisciplinaria.
La ciencia política latinoamericana ha sido fructífera y no puede por ningún concepto agotarse en la repeticiones y elogios de las formulas y autores clásicos y consagrados, son un referente obligatorio, pero nuestro quehacer y demandas objetivas, exigen más. De manera que nuestras realidades lo hemos dicho y repetido, requieren de una nueva y elaborada tematización y conceptualización, tanto en sus fundamentos como en los métodos de diagnosis, reclamando un nuevo y reelaborado aparato conceptual teórico – conceptual, acompañado naturalmente de una vigilancia epistemológica que nos permita la ruptura y distinción entre la opinión y sentido común y el discurso científico, sin caer en cientificismos.
La orientación reciente del carácter transdisciplinario que asume la ciencia política de nuestros días, ciertamente en buena medida es producto de haber superado los cercos estrictamente de tipo académico y disciplinario que nos impusimos décadas atrás. Dentro de los principales retos que la ciencia política latinoamericana se plantea están el hecho de que la investigación y la teoría se desplacen más allá de la descripción de los fenómenos políticos y se sitúen más en la focalización de modelos predictivos acerca del desarrollo del mundo real.
La politología contemporánea demanda una reorientación constante de sus propuestas, tematizaciones y planteos, a fin de lograr explicaciones que aparte de aproximarse a nuestras realidades sociales y políticas, den cuenta de las mismas, particularmente fenómenos como la globalización, la crisis institucional de la democracia y del Estado, pasando por el resurgimiento de liderazgos altamente personalizados (neopopulismo) hasta el desencanto generalizado hacia los partidos y la política tradicional, acompañado del desplazamiento (quiebre) de las identidades tradicionales.
La tendencia creciente en estos últimos años se orienta a una necesaria transdisciplinariedad en el sentido de establecer puentes entre los diversos campos especializados de varias ciencias sociales. Ciertamente estaríamos de acuerdo con Mattei Dogan cuando señala que las relaciones entre la ciencia política y las otras ciencias sociales son en realidad relaciones entre sectores de distintas disciplinas, no entre disciplinas enteras. No es una empresa ´interdisciplinar´ dado que no hay progreso sin especialización, los intercambios creativos tienen lugar entre subcampos especializados, que la mayor parte del tiempo se encuentran en los márgenes de las disciplinas formales.
La travesía actual demuestra el desarrollo de una sólida empresa con una clara orientación y vocación transdisciplinaria con campos interconectados y un tanto más flexibles, que persiguen además de un encuentro y cierto consenso entre disciplinas y escuelas, contribuir a producir propuestas y enfoques (explicaciones) que se aproximen con un alto nivel de rigurosidad (independientemente de su origen y procedencia) a las diversa realidades.
Es pertinente establecer y precisar metodológicamente hablando que las disciplinas de hoy se orientan a romper la discusión intra muros en aras de establecer una necesaria discusión y debate de carácter transdisciplinario y no interdisciplinario como sucedió anteriormente. Lo cierto del caso es que la propia complejidad de los procesos y de los fenómenos observados a partir de la transformación de la política, el declive de algunas organizaciones, el desarrollo de nuevas actitudes políticas, la perdida de protagonismo del Estado – nación, paralelo al creciente proceso de globalización, junto al desarrollo de nuevas desigualdades y riesgos, conforman parte de los tópicos y debates que en líneas generales están demandando nuevas explicaciones y propuestas que sólo pueden ser concebidas a partir de una perspectiva transdisciplinaria.
(*): Politólogo – Magíster en Ciencia Política