Traidor
Antes bien, todos ellos, o casi todos, en cierto modo han confirmado las acusaciones que este les hizo. Se ve queno tuvieron tiempo de urdir las nuevas mentiras con que tratarían de desmentirlas. No les quedó más alternativaque recurrir al expediente que siempre ha sido su favorito, el insulto y el intento de descalificación personal delacusador.
Todos han coincidido en achacarle al exmagistrado el calificativo de traidor. Este, con el de fascista, ha estadosiempre en boca de Chávez y de los chavistas para referirse a quienes no compartan su pensamiento ni avalensus actitudes. Son epítetos emitidos sin respaldo alguno, sin el más leve argumento que justifique su aplicación.
El problema es que la calificación de traidor endilgada a quien antes estuvo de su lado presupone que estecompartió las ideas, el comportamiento y hasta los sentimientos del calificador, y luego se fue al campo contrario. Es decir, el traidor estuvo de nuestro lado, fue de los nuestros, hasta que, por re o por fa, dejó de acompañarnos y se ubicó en el lado opuesto. Pero si, en virtud de la presunta traición, se pone de manifiesto que el traidor era un ser execrable, capaz de cometer las más viles acciones en el cumplimiento de las actividades que tenía encomendadas, ¿no significa eso que tales vilezas eran parte de su comportamiento como nuestro aliado y compañero de ruta? La traición es, pues, la decisión de no seguir actuando como nosotros, en cumplimiento de los principios y designios que hasta entonces nos fueron comunes.
La traición, en casos como este, es una más de las tropelías propias del traidor. Por ello reconocer que se es traidor no lo exime de sus pasadas malas acciones. El hecho de confesar Aponte Aponte sus más bajos y oscuros procederes no lo libra de ser mala persona. La conducta indecente de este crapuloso personaje no era ignoradapor Chávez y sus adláteres.
Todo lo contrario, lo sabían desde hace mucho tiempo, tanto porque eran acciones dentro de la línea de ellos,muchas pedidas por el propio Chávez y otras prominentes figuras de su entorno, como porque numerosas veces tales acciones fueron denunciadas por la oposición ante organismos como la Fiscalía General de la República, e incluso públicamente, a través de los medios de comunicación.
Cuando se denuncia una traición es obvio que se lamenta el cambio experimentado por el traidor. En este casohabría que preguntarse si lo que se lamenta es que ya no se puede contar con un aliado que antes prestó servicios invalorables.