¡Toma tu tomate ! Mundo Unipolar
Ahora sí es verdad que se compuso la cosa. Llegó la solución a todos los males de este mundo traidor y unipolar. ¿Para qué seguir buscando a Dios por los rincones? Si lo hemos tenido allí, frente a nosotros, visitándonos todos los días con sus cadenas televisivas, presente en miles de vallas publicitarias en carreteras y avenidas; omnipresente en todas las radioemisoras.
Da hasta vergüenza confesar que no nos habíamos dado cuenta de que el líder y la senda estaban allí, en nuestras propias narices, y fuimos incapaces de siquiera percibirlos, sentirlos. ¡Cómo es posible que no hayamos visto en el preclaro juicio de este gobernante venezolano la salida a nuestros problemas nacionales, planetarios y universales¡ ¿Qué pudo mantenernos sumidos en las tinieblas por tanto tiempo? Nunca es tarde para rectificar.
Definitivamente, nadie es profeta en su tierra; pero a pesar de ser demoníaca, la globalización nos ha revelado cuán equivocados estábamos. Tuvimos que verlo visitar a tantos estadistas de gobiernos prósperos, modernos y democráticos para convencernos y aceptar que estábamos ciegos a la realidad.
Uno nunca sabe lo que tiene hasta lo que pierde, y menos mal que no lo hemos perdido. Pero estuvimos a punto, si tal gira internacional por los centros que marcan el paso en el mundo de hoy no se hubiera dado.
Ya salieron algunos por ahí a hablar tonterías en contra de nuestro amado Chacumbele; son unos cochinos envidiosos, mal hablados. No les da la cabeza para comprender la significación histórica-universal -como acostumbra decir ese traidor a la Patria, el viejo Pompeyo Márquez- que tiene reunirse con Kaddafy, Mugabe o el injustamente perseguido por la INTERPOL, Al Bashir.
Su obsesión anti-chacumbeliana no los deja pensar en los grandes beneficios económicos y sociales que nos reportarán esas ilustres amistades.
Difamadores los que los llaman lo peor de cada casa. Mentiras burdas son ésas, de que financian terroristas o que tienen a sus pueblos en la peor miseria y bajo las tiranías más férreas.
Ya verán, y no sé dónde se meterán, cuando comiencen a ver los resultados de estos viajes y los cientos de tratados que hemos firmado con ellos.
No pasará mucho tiempo antes de veamos ponerse “finos” los hospitales con las tecnologías siria o libia. Al lado de los aportes científicos que recibiremos del gobierno sudanés, que asombrarán a todos, el MIT y Harvard parecerán unos guateperros.
Con los automóviles y bicicletas iraníes, la Toyota o la Hyundai tendrán que bajar sus santamarías. Olvidémonos de la Airbus o de MACK, ahora podremos gozar de los incomparables aviones rusos, o de los inmejorables tractores bielorusos.
Ése y no otro es el destino del demoníaco capitalismo salvaje y el imperialismo, que ya hemos comenzado a derrumbar.
Si no, pregúntenselo al lider: “El mundo unipolar ha sido destruido y el nuevo sistema mundial será construido por Venezuela, Siria, Irán, Belarús, Italia y Rusia». ¡Na’ guarà¡ ¡Toma tu tomate¡ Mundo unipolar. Sal pa’ fuera pa’ darte un par de carajazos. Aquí estoy yo y mis amigos Muamarito, Lukanshekito y Mugadito, pa’ los que salgan.
¿Se podía pedir más? Esto es el non plus ultra. ¡La berraquera, avemaría, vea¡
Ah, se me olvidaba mencionar la recibida triunfal de mi líder en la bella Venecia, alfombra roja y todo, de la mano de ese gran cineasta, el pana Oliver.
No me negarán que eso fue, como diría el compañero Timochenko, supremamente apoteósico. Ahí fue donde más me convencí de que estaba viviendo en la oscuridad y de que los caminos se me abrían a la verdad.
Pero como siempre, no faltan quienes pretenden tapar el dedo con un sol, y hasta hubo uno que dijo a propósito de la visita: L’Italia è diventata terra di conquista per i dittatori”. (Italia se ha vuelto tierra de conquista de los dictadores)
¿Qué falta de respeto es ésa? ¿Acusar de dictador a mi fuhrer?
Que se vayan preparando los imperialismos, los capitalismos, los burgueses y, de paso, ése Uribe que no lo paso. ¡Oligarcas temblad¡ Ríndanse antes de que sea muy tarde. ¡Forajidos del mundo, Uníos¡ Putin y yo, yo y Putin, a que no me quitas la pajita.
Ahora cuéntame una de Oliver Stone.