Tolerancia cero
“Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.” – Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.
¿Es el pueblo venezolano intolerante? – ¿Lo son sus líderes? ¿Son las revoluciones intolerantes? Estas preguntas nos las hacemos a pocos días de un proceso electoral que ya ha cobrado tres mártires de parte de la oposición. No sería raro que el gobierno o sus lacayos asesinen a tres de sus partidarios para empatar lo que ellos consideran un juego político.
Esperamos que Jesús Valero, Omar Fernández y Víctor Rojas no hayan caído en balde. Esperamos que Capriles presidente los coloque en el Mausoleo de la Patria. La oposición debe estar atenta y no caer en provocaciones. Lenin decía no hay que caer en la trampa de la provocación política: “hay que tener la mente fría y el corazón ardiente”.
Lo del Puente Llaguno aún parece que fue ayer; hay policías presos, sin derecho a la defensa, acusados de una masacre que fue ordenada por el actual gobierno. Diecinueve venezolanos cayeron el día 11 de abril del 2002 abatidos por las balas de los asesinos del régimen. No sería raro, que para el día de las elecciones el siete de octubre (7’O) crearan algún tipo de caos para no reconocer la derrota. Es de esperar que sean tolerantes y eso no ocurra. La historia contemporánea no miente. Si ha existido un gobierno intolerante en América Latina, además del de los Castro y Nicaragua, este ha sido el de Hugo Chávez Frías.
El presidente Chávez es un ser que se caracteriza, desde que tomó el poder, por dejar los buenos modales de lado. Que diferente al Chávez que conocimos cuando quería ser candidato del MVR y luego cuando fue candidato. Su comportamiento era modosito, era una seda. Un carácter de hombre bueno y santo que convencía a las viejitas del barrio y a los no tan viejitos. El papel de malo, lo hacía el Coronel Dávila hoy cuidando sus 30 mil vaquitas en su hato de 70 mil hectáreas y hablando pestes contra su discípulo. ¿Cómo nos cambia la vida Dávila?
Para Edmon Burke (citado por Herman, 1998, p.-32) “los modales son más importantes que las leyes”, en la consolidación de la sociedad.. Pues éstos, “contribuyen a la moral, pues la suministra o la destruye por completo”. Y, este es el problema: doce años de continuo gobierno gestionado inmoralmente, ha demostrado que la sociedad venezolana se está destruyendo. Esto significa que si la oposición no logra llegar al poder (o se le arrebata este) Venezuela terminará en el abismo total.
Para Voltaire, el buen uso de los modales, los buenos modales, generan tolerancia hacia quienes tienen otros puntos de vista políticos y religiosos y si esta existe no hay más guerras ni inquisiciones.
Chávez, lamentablemente, ha demostrado ser intolerante, groseramente intolerante con sus adversarios políticos; cobardemente intolerante. Y, sin embargo, cuando lo embarga el miedo, porque es miedoso, agacha la cerviz y pide a Dios le perdone sus pecados para pecar 100 veces más cuando se siente liberado de su atormentada conciencia.
Chávez es tan intolerante que sólo tiene como amigos a dictadores tan intolerantes como él y, a candidatos a dictadores como Correa en Ecuador y C. Fernández en Argentina. Es un hombre prejuicioso y por lo tanto mentiroso. Maneja el arte de la mentira como el mejor de los seres hamárticos y es creído por quienes son sus cercanos en inmoralidad. Ha creado, sin duda, el círculo inmoral más grande de la historia de Venezuela y costará mucho sacarlo de allí. Es más, para borrar este infernal Círculo de Tiza Caucasiano creado por los horrores de la cero intolerancia de Chávez, esperemos que aparezca un juez con valor y solucione el conflicto. Por ahora, ese juez es Capriles Radonsky…
