Tiranía doméstica
Según la R.A.E. la palabra tiranía queda definida de la siguiente manera: “Abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad”.
La naturaleza del régimen chavista es antidemocrática. Bajo la máscara de un supuesto socialismo bolivariano se han dedicado en estos ya largos 15 años ha socavar la legalidad preexistente y a imponer bajo el designio de la arbitrariedad y la fuerza una legalidad “revolucionaria” paralela. Confiscan la propiedad privada, allanan domicilios, les disminuyen las competencias a los alcaldes y gobernadores opositores, criminalizan la disidencia, cierran canales de televisión y radio, imponen la censura, allanan la inmunidad de los diputados opositores y persiguen y encarcelan a sus propios “traidores”. Las leyes las interpretan a capricho y siempre de acuerdo a su conveniencia bajo la premisa: “Para mis amigos la ley, para mis enemigos todo el peso de la ley”.
Han intervenido todas las instituciones del Estado quitándoles las competencias y autonomías que por ley les corresponde. Al Ejército lo han convertido en guardia pretoriana junto a unas milicias y colectivos armados que la vigente Constitución ignora. La Asamblea es un chiquero vergonzoso donde la trifulca violenta aplasta toda posibilidad civilizada de diálogo y entendimiento. El Tribunal Supremo de Justicia junto a la Fiscalía se han convertido en una sucursal del PSUV, y el Poder Electoral está diseñado alrededor del ventajismo más descarado para que el chavismo gane todas las contiendas electorales. El Estado ha sido usurpado por el Gobierno chavista y éste a su vez ha terminado por aplastar a la sociedad y ciudadanía.
El objetivo es uno sólo: la imposición de una hegemonía política, la chavista, sin apenas contrapesos, inspirada en el modelo cubano y chino. En el ínterin se han cargado a Venezuela, la han destruido y estigmatizado. Hoy la crisis económica devora los sueldos y acrecienta la pobreza. La corrupción gubernamental es impúdica como impune.
Las protestas estudiantiles y de la sociedad civil gozan del amparo constitucional y por lo tanto son legítimas, sólo que la arbitrariedad como actualmente se maneja el Poder en Venezuela las reprime y criminaliza. La violencia del Estado junto a las “fuerzas de choque” chavistas son los principales responsables de los estudiantes muertos y el centenar de presos por el delito de protestar.
Los canales de la protesta cívica deben activarse para resistir la tentación totalitaria del régimen. Que hayan sido los estudiantes con toda su espontaneidad los protagonistas de éstas protestas habla bien de una juventud que no se resigna a confiscar su futuro. Y si el Gobierno terminara prevaleciendo, y ahonda en la política represiva, los pocos espacios de libertad que aún quedan serán clausurados: el Internet y las Universidades. No queda más. Ya está visto que la realidad se pinta de un sólo color a través de los medios de comunicación.
Hoy vivir en Venezuela es hacerlo bajo un clima de hostilidad cada vez más opresivo. El sistema de libertades, los derechos humanos y civiles más elementales se encuentran amenazados, y por ello hay que resistir bajo la impronta de la paciencia y el optimismo. Acompañando a nuestros estudiantes y líderes cívicos en ésta lucha por no perder a Venezuela.
DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS DE LUZ
http://angelrafaellombardiboscan.wordpress.com/