Tipos de lenguaje (3)
En el artículo anterior decía que el lenguaje periodístico varía de acuerdo con diversos criterios, entre ellos el tipo de periódico de que se trate. Hay variables entre el lenguaje de un periódico estándar y un tabloide. En el estándar hay más espacio, mientras que en el tabloide se impone la brevedad. Además, por regla general entre un periódico estándar y un tabloide hay diferencias de conceptos que se manifiestan en las líneas editorial e informativa, a las cuales tiene que responder el tipo de lenguaje que se emplee en cada caso.
En el lenguaje periodístico hay también diferencias importantes según se trate del periodismo impreso o del periodismo radiofónico o audiovisual. El lenguaje en el periódico impreso es para ser leído, mientras que el radiofónico es para ser escuchado y el audiovisual para ser leído y escuchado al mismo tiempo.
Hay otros tipos de lenguaje, según quiénes lo empleen y según en qué se emplee. El lenguaje científico, por ejemplo, es el que usan los científicos en su actividad profesional, bien sea oralmente o por escrito. Fuera de esa actividad los científicos usan, o deben usar el lenguaje común y corriente. Nada hay más detestable que el empleo por los científicos de los tecnicismos propios de su lenguaje profesional en su relación corriente con las personas ajenas a su actividad. Los diversos tipos de ciencia, además, tienen en su lenguaje específico sus modalidades propias.
Son muy importantes, como tipos de lenguaje, las llamadas jergas. Estas son los lenguajes propios de ciertos grupos de personas relacionadas entre sí por una determinada actividad. Son muy notorias, por ejemplo, las jergas de los abogados, los médicos, los ingenieros, los telegrafistas, los economistas, los sacerdotes, los deportistas, los políticos, los sindicalistas, los militares, etc.
Particular interés tiene la jerga de los jóvenes. Este es un lenguaje muy variable, porque cada generación tiene el suyo propio, y aun suelen variar dentro de una misma generación. Son palabras y frases que los jóvenes emplean en su lenguaje cotidiano, y que muchas veces los adultos no conocen o no entienden, pues se trata precisamente de un lenguaje con el cual los jóvenes buscan diferenciarse de los mayores.