Opinión Nacional

Tic, tac, algo va a pasar, tic, tac

Los funcionarios de este gobierno, desde el primer magistrado hacia abajo, se ponen nerviosos cuando los organismos de inteligencia del Estado, extranjeros todos, graban conversaciones telefónicas donde se dicen cosas que las dicen la mayoría de los que habitan esta tierra, en todas las conversaciones diarias, no solo telefónicas y en mensajes por celulares y vía Internet, sino también en oficinas, universidades, panaderías, fiestas, clubes, carritos por puestos, autobuses, metros, en cualquier esquina, pero además en oficinas públicas, ministerios, cuarteles y embajadas. En todo sitio donde se reúnen más de dos personas la conversación gira alrededor de lo que esta sucediendo en el país y de que algo va a pasar. Y los señores del gobierno, inducidos por esos cuerpos de seguridad de países totalitarios comunistas, piensan que se esta tramando una conspiración, que se quiere desestabilizar al país (supongo que más de lo que ya esta), de magnicidio, de golpe de Estado y en consecuencia salen como ecócatras a repetir lo que desde la cúpula se les ordena. En la AN los diputados forman tremendos berrinches. Mario, Carlos, Pedro, Cilia, Iris y otros cuantos se desgarran las vestiduras para ver quien esta más dispuestos a dar hasta la última gota de sangre en defensa de la revolución y de su comandante en jefe (si Luis). Igual postura asumen la Fiscal, el Contralor, la Defensora, las y los magistrados del TSJ y no se diga de los ministros y jefes políticos del PSUV. Todos a una, como fuente ovejuna, testifican, certifican, magnifican, que los oligarcas, la extrema derecha, los pitiyanquis, imperialistas y demás especies, quieren derrocar al comandante en jefe. Que no pasarán. Cárcel, juico, pena de muerte, horca y silla eléctrica (esta menos contundente porque se va a cada rato). Que todo el pueblo esta listo para repeler cualquier agresión. Yo te aviso chirulí.

Disculpen estimados conciudadanos, están pelados de bola a bola. Lo que se graba (por cierto un tanto ilegal) en esas conversaciones no tiene nada que ver con eso que les dicen que digan. No, lo que en esas conversaciones se dice es que esta vaina se esta poniendo muy mala, roja pero roja de peligro, y como señalamos arriba es un clamor popular. Tiempo ha se decía, mi mujer la primera, de que aquí no pasa nada, pero ahora lo que se corea es que algo va a pasar, y parece que puede ser muy feo. Se oye un tic tac en todos lados. Los médicos protestan, los maestros reclaman, los padres molestos con los cambios curriculares, las universidades sin presupuesto; las madres lloran sus muertos. El número de asesinatos de fin de semana es un parte de guerra. Se gastan inmensos recursos en compra de fusiles, helicópteros, tanques, barcos, mientras se recorta el presupuesto nacional para salud y educación; las calles, avenidas y carreteras en pésimo estado, sucio por doquier; los transportistas se paran por los compañeros muertos, los habitantes de los barrios y los cerros trancan las vías por los asesinatos, la falta de agua y las fallas de electricidad; linchamientos de malándros y de policías; las protestas, marchas y manifestaciones pacíficas terminan a punta de gas del bueno; los precios suben y escasean los productos de primera necesidad; cubanos, chinos e iraníes hasta en la sopa; despidos y agresiones a trabajadores y sindicalistas; arremetida contra gobernadores y alcaldes desconociendo resultados electorales; Incautaciones, confiscaciones, invasiones y decomisos de propiedad privada; modificación de leyes según el antojo del teniente coronel; cadenas insoportables, viajes innecesarios, regalos de dinero a otros países; falta de viviendas; uso y abuso de los recursos del Estado. Y corrupción, robo e ineficiencia de los funcionarios públicos. Embustes y más embustes. Farsa y más farsa. Se denuncia, se protesta, se reclama pero nadie le para. Ni la fiscalía, ni la contraloría, ni la defensoría, ni los tribunales, ni la policía, ni la guardia. Si es rojo, rojito haga lo que le venga en ganas, si no ni se le ocurra. Definitivamente no hay estado de derecho. La libertad de expresión hay que usarla con sumo cuidado. Puede decir, hablar, escribir lo que se le ocurra, pero en cualquier momento lo imputan.

Disculpen nuevamente estimados revolucionarios, pero así no se gobierna un país. La paz y tranquilidad, la tolerancia, el respeto, la convivencia, el diálogo, son esenciales para que un país progrese, trabaje, funcione. Esos son componentes de un verdadero régimen democrático. Un gobierno, un gobernante, por mas revolucionario, histriónico y encantador de serpientes y hablador de pendejadas que sea, no puede engañar, patear, ofender, burlarse, amenazar a todo el mundo todo el tiempo. Los pueblos aguantan y aguantan hasta que se cansan y parece que ya se está llegando a ese punto. El tic tac se oye en cada casa, en cada barrio, en cada cerro, en cada pueblo y caserío, en cada calle y urbanización. Ese tic tac suena en el oído de los pobres y de los ricos, de los negros y blancos, de los chavistas y de los no chavistas, de los militares y los civiles, de los religiosos y los laicos. De los pitiyanquis y los piticubanos. Los únicos sordos parecen ser el teniente coronel y algunos de sus más fieles y obnubilados seguidores. Con imputar o detener a los que hablan pendejadas por teléfono, reprimir marchas y protestas, acusar de conspiradores y desestabilizadores a otros, inventar magnicidios y cuantas otras pamplinadas se les ocurra, no se va a detener el tic tac del pueblo. Los venezolanos han dado grandes demostraciones de demócratas pero no creo que de bolsas. Paren el tic tac a tiempo. O se da un giro de 180 grados a la conducción del Estado o algo va a pasar.

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