Texto para preocupar a mis nietas
Amadas nietas, su mamá me ha plateado que entre sus tareas para la reflexión deben responder cómo debiera ser la escuela. Ella me ha escogido por su bondad y experiencia juntas. Porque sabe que he pasado mi vida queriendo ser maestro y ser un buen maestro, como presumo, por el tipo de pregunta, que debe ser quien dispuso para ustedes tan inmensa tarea. Un buen maestro es quien construye grandes interrogantes para que se busquen las respuestas, quien sabiamente formula problemas para resolverlos sin limitar ni ahogar las grandes interrogantes que cada niño, cada ser humano, lleva por dentro, que son por siempre necesarias para superar, resolver si se puede, los problemas de la vida toda. Pero si no se puede, si tenemos que caer, morir por ejemplo, al menos construir un paracaídas tan bueno que sea menos dolorosa la “derrota”, que la vida se alargue en poema, en un cuento, una pintura, un teorema, una canción, … o, en fin que podamos vivir mas largo tiempo con alegría, sin los miedos …
Solemos hacernos preguntas, interrogarnos por algunos motivos, por ejemplo, porque aspiramos que otro u otros tengan la respuesta adecuada. A veces también porque teniendo alguna información queremos completarla. Hay preguntas complejas para las cuales aún no se han encontrado respuestas y quizá no existan jamás; pero sin embargo nos seguimos interrogando siempre. Por qué morir, amar, son ejemplos. Otras veces nos integramos, además de lo dicho, porque queremos descubrir, desentrañar, poner en evidencia lo que está a obscuras y aquello que no se ve o que tantos otras ven de manera distinta. Las preguntas sobre Dios, nos las responde la fe. Otras preguntas reclaman que indaguemos para saber qué responder, la ciencia tiene la palabra…pero, muchas otras veces nos interrogamos porque aun sin mayores reflexiones vemos que algo falla. O más sencillamente porque queremos saber. Pero nunca o casi nunca nos interrogamos sobre lo obvio. Preguntar a la mamá ¿tu me quieres? Es un insulto. Preguntar al novio, tú me amas, es una prudente averiguación. Pero, en fin, toda pregunta es, pues, una manera de indagar. De averiguar… Y, desde luego, es una manera de querer llenar un vacío, una ausencia, satisfacer una necesidad. Podríamos seguir, pero, no non interrogamos sobre lo que ya sabemos por experiencia o fuerza de razón. Nadie se preguntaría si somos mortales. Pero sí nos interrogamos como vivir más y mejor.
Pues bien, interrogarnos cómo puede nuestra escuela (institución) colaborar para solventar situaciones de la comunidad y la inversa, cómo puede la comunidad contribuir en el proyecto de la institución, son dos interrogantes que evidencian una severa falla o una grave ausencia. Si la escuela y la comunidad hiciesen cuanto deben hacer conjuntamente con propósitos esencialmente idénticos, diferenciados por el rol de cada espacio, de cada uno, de cada ser que las componen, a saber la formación humana, en su amplio sentido, es decir: conocer, saber, valores, …hacer, entonces, no habría sido necesaria la pregunta.
Y aquí debemos empezar. Lo malo de la escuela, como institución, fue haber sido reducida por casi siempre a ser una casa solo para enseñar lo que está en los libros, pero no a enseñar lo que está en la vida. Se preocupó tan sólo porque, digamos, se aprendiese a leer, escribir, matemática, etc…Pero no se dedicó a ver que, cómo se había generado ese conocimientote, ese saber, mucho menos para qué servía, donde estaba su belleza, su utilidad. . Pasar un grado, para seguir al otro, y así hasta llegar a la universidad o algo así. Por su parte, la comunidad, reducida a la agente que está cerca de la escuela, que tiene sus hijos en ella, etc., le dejó a la escuela la responsabilidad inmensa de formar a los hijos, a los representados. Y ellos, por muchas razones, o por pereza también, se deshicieron de su principal obligación, la vigilancia, la orientación del hijo, del niño, de la familia como una unidad que se integra al conjunto. Los medios, la tele en especial, completó esta inmensa distancia. Se la deja al niño, al adolescente, etc… Para que se distraiga, para, en una palabra, desasearse de él, mientras los padres y las comunidades se divertían en eso u otras cosas. Pues bien, los resultados de ese modo de hacer las cosas, y que tenemos, no son buenos. El peor de todos los resultados es el aislamiento de la escuela y la familia, de la familia, la escuela y la comunidad, y el reforzamiento de los medios, que conduce a la soledad, al individuo aislado, no solidario. Hay quienes, incluso, afirman, de manera muy dura pero no sin argumentos respetables que la escuela es actor determinante en la destrucción de la familia, en vez de una unidad articulada por propósitos para la vida, bajo principio morales muy claros, pero como hecho real, empírico, la escuela es un conjunto difuso sin intereses humanos, morales, en común, sin proyectos en común para beneficio de todos, y desde luego, el propio beneficio individual.
¿Que debemos hacer? La respuesta es sencilla. Que el hogar, la comunidad, la familia, la escuela constituyan una unidad, una comunidad con intereses muy propios, en común. ..La familia es el nido, espacio nicho de unidad por nexos esenciales y por empeños, sacrificios, éxitos y sueños compartidos… el universo mas difícil donde cada uno tiene que ser lo que es y corresponde ser sin negar nada de cuanto es cada uno de sus miembros, con metas y proyectos diversos pero unidad en el empeño de hacer verdad los sueños. El centro del debate del acuerdo del consenso y del disenso para llegar a acuerdos que unen lo diverso tras lo bueno y bello. Bueno, así ha de ser.
A la escuela, en primer lugar, compete la formación integral (científica, ciudadana, de arte, de juego). Formación integral es el modo de hacerse uno un ser completo, y ello se logra si ese proceso se hace parte viva en cada niño. Si se alcanza por esa vía saber qué somos y porque reconocemos lo que es el otro, cuales los limites de cada quien y los nuestros, cuales sus capacidades y ejercerlas. La formación humana, a la familia. No es la escuela el sustituto de los padres para la formación del niño, en general, ni es la casa, el hogar, domicilio, sin la familia. La escuela es la casa donde habitan todos en su diversidad de seres, intereses, que tiene en común la formación humana, solidaria, el inicio en la formación científica, humanística, artística, del juego y deportes. El espacio para descubrir las cualidades y potencialidades de cada niño; pero la comunidad es el espacio donde se vive y se debe vivir con propósitos comunes, resolver problemas de la violencia, de la inseguridad, de aseo, de arte, de cultura, de salud, etc., L a familia, lo dije mas arriba.
Para hacer esto no hay que ser asalariado del gobierno ni de empresa alguna. Los primeros recursos de ese proceso son los niños, los maestros, los padres representantes, etc.., pero también, los policías que allí viven, los ingenieros que allí viven, los artistas que hacen música, pintura, los médicos, atletas, escultores, chóferes, albañiles, sastres, zapateros, etc.… Y la escuela, el espacio exacto para discutir esos problemas y allí en común tomar las decisiones pertinentes para el bienestar total de la comunidad.
Esta nueva manera de integrase, en el sentido usual de esta palabra, sin ser una UNIDAD monolítica, hace que la escuela, es decir sus maestros, los niños, chamos, representantes, padres, madres, tíos, etc., sean quienes con alta propiedad definen lo que hay que hacer, lo prioritario, lo que debe hacerse, también. La escuela, entonces, no se cierra nuca. Es la casa del debate perenne para dar respuesta a los problemas de la comunidad, para hacer las exigencias responsables, para el control de la calidad de la institución, para la toma de decisiones fundamentales de todos…La escuela se transforma en el club, en el cine club, en el salón de las tertulias, de conferencias, de estudios sobre los problemas esenciales de la comunidad y qué respuestas se proponen y qué acciones han de ejecutarse. Pero también del país que sirve de marco y referencia y este en el mundo con igual, con la significación que le corresponde.
Si se pude ejemplificar sería más o menos así: un censo de todos los habitantes de la comunidad. Pero no un censo para saber que partido tiene cada uno, si es del gobierno, chavista o lo que fuere. Eso jamás. Eso destruye tanto a la escuela, a la comunidad como a cada uno de los niños, etc… sino el inventario de todos para que por decisión propia, se pueda contar con su saber, su experiencia, so conocimiento, su responsabilidad para buscar y dar las respuestas adecuadas y tomar la acciones necesarias. Problemas como el Agua, aseo, electricidad, inseguridad, cultura, ciencia deben ser abordados en común y tomas las decisiones en común. Así todos los problemas deben ser analizados, buscado la respuesta adecuada. Pero, además la escuela debe ser el centro “nocturno” por excelencia. foros, cine-club, “actos culturales!, salón de competencias de modos diversos de cocinar, de hacer deporte, carnaval, celebraciones culturales, religiosas, etc. Como decían los maestros de antes, la escuela es el núcleo de la vida de un pueblo. Y como se ve: NI UN SOLO DIA DE VACACIONES pero sin que ello sacrifique a nadie., por el contrario, así la comunidad vive mejor consigo misma y supera todos segregacionismo, todo partidismo, todo dogmatismo, todo sectarismo. Resolver problemas que nos afectan y evitar lo que pueden hacernos daño, es tarea de todos en la comunidad de la escuela, pues así se hace el centro, centro como espacio vivo, porque así, es el ser humano que habita la comunidad, se convierte y será el verdadero actor para superar sus problemas en escala y niveles pertinentes y se formularán también las exigencias, conscientes, a las instancias del estado e instituciones a las que competa decidir, ejecutar la resolución de los problemas.
Si desarrollamos y ponemos en práctica estas ideas, son una unidad, donde el núcleo es el hombre, lo humano, la vida y donde todos los actores viven para hacerla crecer sana, digna, libre, buena, solidaria, justa. ¿Y saben cuanto cuesta? Sólo la decisión para emprenderla, Lo demás viene luego.
De esta conversa, como decía mi abuela, toca a ustedes inventar su propio texto, puede ser un cuento, un poema, un planteamiento según son los caminos del conocimiento. Porque es verdad, he querido ser maestro, y ahora repito lo que dije arriba: Un buen maestro es quien construye grandes interrogantes para que se busquen las respuestas, quien sabiamente formula problemas para resolverlos sin limitar ni ahogar las grandes interrogantes que cada niño, cada ser humano, lleva por dentro, que son por siempre necesarias para superar, resolver si se puede, los problemas de la vida toda. Pero si no se puede, si tenemos que caer, morir por ejemplo, al menos construir un paracaídas tan bueno que sea menos dolorosa la “derrota”, que la vida se alargue en poema, en un cuento, una pintura, un teorema, una canción, … o, en fin que podamos vivir más. Hoy no se si logré ser maestro, pero estoy aprendiendo a ser abuelo y qué difícil es atender las interrogantes de los buenos nietos, de las buenas nietas.