¿Tenemos estado?
« Kyrie, luminis fons rerumque conditor, eleyson ».
El problema de la definición del Estado, a través de la historia,
antigua, clásica, moderna y postmoderna, ha sido realmente un
rompecabezas y, la razón, verdaderamente, no deja de ser sencilla: el
estado es un Moloc devorador, o Moloch Horridus, que no es otra cosa
que una lagartija tan fea pero tan fea que se crearon horribles mitos
por su culpa, a pesar de que el bicho en cuestión no sobrepasa los
diez centímetros.
Así surgen ideologías tanto de izquierdas como de derechas que ofrecen
destruir al Estado en beneficio de la humanidad y para hacerlo, no
encontraron mejor medio que robárselo. ¿Simple verdad? Es más simple
que un cuento de Borges…
I
Pero, en la antigua Fenicia e Israel se adoraba a Moloc, Molok,
Moloch, o como se le llame a un ángel caído, era el dios del fuego al
que se inmolaban víctimas humanas, principalmente niños, (a quienes no
se les aplicaba el nuevo silabario, ni el nuevo programa educacional,
ni la nueva constitución bolivariana revolucionaria socialista, ni la
patria pero si la muerte) y, por lo tanto, en la mitología como en la
poética, siempre ha sido un insigne representante de la maldad. Si
este Moloc tiene algo que ver con la lagartija, la verdad es que no
tengo idea y creo que poco importa para esta nota ¿verdad?
Platón, que, por si acaso, no es el perro del ratón Mickey, ahora
caído oficialmente en desgracia y que de seguro será prohibido junto a
Barbie, al Conejo de la Suerte, Superman, los gays Batman y Robin (¿se
enojará Barreto?) estimaba que la estructura del Estado y del
individuo son iguales, y con ello, analiza las partes y funciones del
Estado y posteriormente, las del ser humano, con lo cual establece el
principio de Estado anterior al hombre, porque, además, la estructura
de aquél, aún siendo igual a la de éste; es más objetiva o evidente.
Aristóteles, por su parte, es más enfático y declara que el Estado
existe por naturaleza, y por tanto, es anterior al hombre, no por ser
éste autosuficiente y solo podrá serlo respecto al todo, en cuando a
su relación con las demás partes, complementando su expresión al
decir, en base a su Zoon Politikón, que quien no convive con los demás
en una comunidad, «o es una bestia, o es un dios», que es lo mismo que
decir actualmente un «escuálido, pro yanky, pro imperialista, traidor
a la patria, etcétera.
Obviamente, como diría el inventor del espionaje por Direct TV, ambos
estaban equivocados pues ellos, aunque fueron los mayores pensadores
del siglo IV A.C., no conocieron el Estado Revolucionario,
Bolivariano, Socialista de la Patria y de la Muerte, pues en este
Estado quienes conviven con el Zoon Politikón (que me perdonen los
griegos por si lo he escrito mal) son solamente dios (dado), sus
arcángeles del gabinete no eterno, los ángeles malos (porque los
buenos están o fugados o presos, es decir: políkones reos, para
decirlo en griego. Aristóteles y Platón, nunca pensaron que la mayor
filosofía de la humanidad sería aquella creada por los rojos rojitos
de un Estado latinoamericano; y, no lo pensaron porque en ese tiempo
eso no se pensaba, lisa y llanamente porque la tierra era cuadrada y
no había aparecido el judío-italiano-español Cristóbal Colón, quien
inventó el huevo que se para (no ese de la circuncisión, por si
acaso, mal pensados) y esa vaina tan odiada por los Moloc rojos
rojitos llamada globalización y, que de paso, vino a cogerse a las
indias, a esclavizar a los indios (no a matarlos pues no era nigocio
quiridi), a meterles una religión que adora la tortura, representada
por un pobre hombre clavado en una cruz, para que de esa manera los
futuros habitantes supiéramos que sufrir y entender que ser pobre no
es malo, cuestión que repiten los rojos-rojitos como una letanía con
«Kyrie, rex genitor ingenite, vera essentia, eleyson»; Kyrie eleyson y
todo lo demás como Kyrie, patria, socialismo y muerte… Como sé que
los camaradas no fueron a misa y no saben latín, aunque escuché a J.V.
Rangel, a William Lara y a Mary Pili, pontificando sobre el
catolicismo y declarándose católicos y, además, ya se engulleron
todas las ostias ¡Ostia! Y se tomaron todo el vino ¡Salud!, Para ellos
la traducción en Castellano de Castilla y no en español pues en España
se hablan varios dialectos, hasta el coa, sería: «Señor, Rey y Padre
no engendrado, Verdadera Esencia de Dios, ten piedad de nosotros».
II
En la Edad Media, es cuando por primera vez surge el nombre statí,
estado, término usado por Maquiavelo. Los elementos del Estado para
Maquiavelo, hombre tan insultado y despreciado por los políticos de
pacotilla, son: Pueblo, Territorio, Poder, lo que significa que el
Estado es una sociedad humana (pueblo), asentada de manera permanente
en el territorio que le corresponde, sujeta a un poder soberano que
crea, define y aplica un orden jurídico que estructura la sociedad
estatal para obtener el bien público temporal (porque no viven
eternamente como creen hacerlo los dictadores) de sus componentes.
Muchos creen que el poder y el gobierno son sinónimos, que Estado y
gobierno son sinónimos, que democracia y poder son sinónimo, que
mierda y pipí son sinónimos. No, absolutamente no. Sin embargo, el
poder significa ser ley, ser total, y el gobierno no lo es, el
gobierno es regido por el pueblo y para el pueblo, por lo que el poder
es un elemento del Estado. Por lo tanto, de aquí se concluye por los
filósofos de la ilustración de que la soberanía reside en el pueblo.
Claro, pero ellos, Montesquieu, Rausseau, el mismo Napoleón, que no es
el don Napo de Cantinflas, no contaban con la astucia de los rojos
rojitos que comenzaron a inventar constituciones de troche a moche,
tan enredadas ellas que ni siquiera Mary Pili o Willian, las
entienden. O será que Herman Escarrá habla muy difícil y enreda las
cosas como Calderón de la Barca en su gran obra «El Titanic se Hunde,
salven a Venezuela».
III
La cuestión, en definitiva, es que a las luces de estos grandes
constitucionalistas y filósofos de la política ¿deberíamos nosotros
preocuparnos por si hay o no hay Estado en Venezuela?
Fíjense, para que haya o exista Estado debe haber pueblo y aquí lo que
tenemos son marcianos, porque de acuerdo al gobierno que se cree
Estado todos son rojos-rojitos ya que alguien dijo por ahí que en
diciembre la votación a favor de la nueva Constitución será del 90% de
los votos; en otras palabras ya nos acercamos a las votaciones
obtenidas invariablemente por castro en Cuba, por el carnicero Mugawe
en la ex Rhodesia o actual Zimbawe cuna de elefantes y de cadáveres de
humanos contrarios al antropófago, y por Sadam Al Hussein (QNDP) en
Iraq durante su satrapía sangrienta. Todos estos «iluminatis» llegaron
a obtener el 99,9% de los votos; por cierto, Mubarak de Egipto es más
democrático pues gana con sólo el 80% de los votos. Si hasta Pinochet
no se atrevía a ganar por más de un 57%. Debe haber territorio y este
se achica (se enaniza) cada día más pues se le da un pedazo a Guyana,
otro a Colombia y talvez después a Brasil, ¿quién sabe? Y, hay que
tener Poder y ésta es la cuestión más grave: ¿dónde está el Poder? ¿En
manos del hampa? ¿De los corruptos? ¿De los acaparadores? ¿De los
politiqueros? ¿En manos de quién está el Poder? Tenemos un país
totalmente anárquico en donde las instituciones no funcionan, por lo
tanto ¿dónde está el Poder?
Estado moderno significaría división de poderes, Estado de Seguridad
Social, Estado de derecho, igualdad de condiciones, cero exclusión,
pero si el Estado se declara socialista se transforma en excluyente y
yo como socialista no creo que el Estado deba ser excluyente pues al
declararlo socialista es lo mismo que declararlo capitalista y no
conozco a ninguna constitución que así lo haya hecho.
El Estado debe ser imparcial, neutral y arbitral y no un Moloc que se
devore a quienes viven en sus entrañas. ¿Será por eso que tanto el
liberalismo como el comunismo están de acuerdo en destruirlo?