Tema de angustia y sueños
De tantas cosas que he vivido en estos tiempos, la que mas angustia, horror incluso, terror es más exacto y dolor sin límites es despertarme todos los días y carecer de patria, vivir en una país del cual creí ser genuinamente hijo, si con orgullo y honra asumimos la mágica noción de madre patria, en donde mis antepasados nacieron, crecieron, murieron y los suyos llegaron antes que ellos, como de esperar era, y se encontraron mas que con la tierra, con ellos mismos, en estas nuevas tierras. Mi pánico crece hasta lo insondable cuando pienso que, por alguna desgracia, fatalidad, tragedia, quien sabe qué, dejaré igualmente al estricote a mis hijos, a mis nietos, a los hijos de ellos, a los hijos de los seres que ganado han mi amor, como en una sabana en donde ni los pasos que cubren los suelos dejan huella, como echarlos al mar sin salvavidas, como dejados al arbitrio de los tiburones y sin tierra a la vista. O, iluso, enclaustrándolos, encapsulándolos para que la realidad macabra a ellos no llegue.
Pero si es terrible esta soledad, esta ingrimitud, mayor es no poder ir a ninguna parte, porque uno es, como ser, de donde es y si uno no tiene de donde ser uno, como que no existe, como que no es. Es ser sin ser. Es extranjero de sí mismo y es extraño en cada lugar porque no son suyos los espacios del suelo donde andan y desandan sus pasos y ni sombras dejan sus huellas y ni huellas quedan de sus sombras. Ni siquiera tiene uno un pedazo de tierra par vivir muerto, porque en los cementerios no tendremos memoria. No habrá memoria nuestra. Así es uno por ahí. Dolor, tristeza. Más que eso, tristura, que es pesar, es dolor de nostalgia y peso de amargura, soledad repleta de añoranzas de lo que no se tiene ni evocar puede. Mirar y no tocar. Ver al emperador es permitido, obedecerlo, venerarlo, obligación es, más todo lo demás está prohibido. Todo porque tampoco se es dueño de la dignidad, la pisotean, y se hace hiel el alma, el amo de uno es otro y uno es dueño de nada. Solo nada se es o se es la nada. O se llega a ser un miserable mercenario que en la vida inmediata sin vivir resuelve su existencia. Un pobre diablo que ni lástima da o da tan poca, que incapaz se vuelve de recibir una mirada. Qué responder, por allá afuera, cuando me digan, ¿nacionalidad? Antes podía dar la mía y alzar la voz, ¡venezolano soy! y me reconocían; unos, por las gestas de los libertadores, para muchos, padres de la patria, otros, por la ingesta de petróleo, y demás minerales que servían para dar de comer a sus máquinas y alimentar sus avaricias. Era así, pero también yo era. Pero, ah!, de pronto llegó la justicia que dijo traer traje de revolución y concedió valor originario a los indios. Mas luego, dieron relevancia excepcional a eso que llaman afrovenezolanos… En la Constitución se dejaron derechos especiales a los aborígenes y la conmemoración del día de la raza dejó de ser la fiesta de la unidad profunda, y se convierte en el día de la reivindicación de la negritud, la venganza de los oprimidos y casi extinguidos indios…y la denuncia contra esos miserables, malditos tratantes de esclavos, violadores de indias… desmadrados que trajeron los males, la muerte, la sífilis, la esclavitud, la gripe, las gonorreas para sembrarlas como destino trágico en estas tierras…. El presidente constantemente acude a su condición de Mulato y bendice las razas originarias, las afro y las amerindias y canta y maldice y refunfuña y cita y cita a blancos para avalar la verdad de sus discursos… En castellano, desde luego!
Para reafirmar esa selección (puedo decir fragmentación, división, discriminación racial…) se crea el ministerio de asuntos indígenas…y según me cuentan está in pectore crear el ministerio de asuntos africanos, o algo así. ¿Cómo oponerse a esto? ¿Cómo no ver en esto un acto de consciencia histórica y justicia revolucionaria?. ¿Es justicia?; pero hay justicias que provocan preocupación. Yo siempre creí que éramos un solo país, siempre creí que éramos una cultura de síntesis, como bien la define el Libertador. Una gente nueva probablemente con genes novedosos, que se reinventaron en estas latitudes, en catres, hamacas, playas, conventos, en fugas y en encuentros. Supe por todos y por mi propia vida que no sólo vivíamos juntos, sino que nos amábamos los unos a las otras, las otras a los unos, uno a otra, uno a uno, también en tantos casos. Que de allí salieron, en este largo tiempo, esos seres únicos del planeta en donde un catirito brinca con el mágico placer de un tambor en un baile de San Benito, mejor tal vez decir, con San Benito, y un negro da clases de danza con la más alta perfección que Stravinski reclama para echar a volar su Pájaro de Fuego. Hijos de pelo “malo” que se plancha cada vez para estirarlo, y a toda prisa corre para enviar que el agua destruya su peinado, blancos que se dejan el “afro” para mejor lucir. Morenas de ojos claros, tan claros como el sueño que mirando los cielos descubría de los mares sus misterios. Mujeres infinititas con caderas de guerra y culos de balcón, para mirar y ver al mundo de la mejor manera y saber cómo es la primavera, según sabios describen los poetas. La manta, que llaman guajira, no se conoció nunca en esas tierras y desde hace ya tiempo se lleva con orgullo de distinción y de mercado, también según es la sabiduría que por esos lugares anda suelta.. Vivíamos juntos, andábamos juntos y revueltos. Y era tan verdad este modo de ser que los nombres que llevan nuestros indios son del santoral cristiano muy completo y testigo soy que de María, madre de Dios y su prima Isabel se junta su pureza en el nombre de una sola mujer que encarna en ella sus virtudes y engrandece su divina belleza. Sara, Abraham, Moisés, nos topamos con ellos, cuando en tertulias sin teologías o cosas de esas, conversan con Bartola, con Rufina, George, Wilhelm o Guillermo en una fiesta y se completan su identidad según los más genuinos apellidos españoles, uno que otro alemán, portugués, italiano, gallegos y no faltan, aun cuando un tanto escasos, los nombres de los antiguos griegos y de algún que otro chino. Por si fuera poco, que es tanto y mucho más, para no perder el habla del guajiro, no se si a otras lenguas indígenas habrá ocurrido, se recurre a la grafía y fonética castellana y uno, profundamente ignorante, se alegra de que podamos leer el mas puro guajiro en castellano…
Con los negros y las negras, más que en las batallas por la independencia, en la generosidad de algún militar o luchador para conquistar su libertad, sus grandes combates fueron duelos de amor en batallas y campos de flores para germinar esta “nueva raza”, que es y que no es raza, que a esas cosas es ajena. Luego, saber en mano, en el alma, las piernas, logró posiciones y ejercen con legitimidad humana un gran papel, no por ser negros ni envidiar a los blancos, sino por ser que son lo que ellos son. El maestro Prieto vive entre todos nosotros, digo mejor vive en sus poemas mas allá de nosotros con nosotros, también científicos, escritores, .… y muchos atletas eran parte de la familia, mas que ello con todos éramos la familia, y entre todos, que bueno era, hablábamos castellano con orgullo y no sabíamos ni nos interesaban las lenguas ancestrales que jamás conocieron…y para asegurarnos la igualdad entre nos, asumimos a Cristo, a la Virgen…descendientes de David, hasta llegar a Abraham y de allí al mismísimo Dios Padre, también extraño a estas tierras, como el eje central de nuestra creencias y si Changó y los demás se aparecen, lo hacen siempre no por oposición, sino que, su esencial fe y su habla, son la cristiandad y el castellano. Los brujos nos exorcizan tabaco y camándula en mano, mientras Guacaipuro consume un excelente ron y si hay mucho calor una cerveza alemana o un vino francés de la mejor cepa.
Y qué decir sin que no dé tristeza esta odiosa exclusión donde quedamos fuera quienes, por cosas de las cuales no somos responsables, no llegamos desde el África Negra ni descendemos de los guajiros, timotocuicas, guaraos… La negra Hipólita alimentó con sus tetas a Bolívar que era, como todos los mantuanos, español, vasca su familia por mayores detalles, dicen que era, servidora del rey y sus ejércitos… De Andrés Bello y…tanto miles y miles y miles muchos más… Cierto que Páez, yo le creo todo al Presidente, de manera especial sus lecciones de historia, donde el vasco Bolívar se reencarna en él que bien mulato suena, era traidor de siete suelas, pero por algo lo llaman el Catire y que no por catire era traidor… No se como era Maisanta, tampoco sé como era Zamora, pero los retratos o cosas de ésas que las leyendas dejan y que de Zamora yo he visto, lo pintan perfilado en exceso al mas puro modelo europeo, como si fuera un señor Giordani, sabio puro italiano de quien me cuentan orienta los pasos del Señor Presidente en los asuntos graves de la ciencia, la planificación socialista…y mas cosas de esas que los blancos, mezclados trajeron a estas tierras.
¿Pero, por qué? ¿Qué hacer con el poeta Arvelo, el maestro Antonio Estévez, y la Cantata Criolla?.¿Con Gerbasi, Andrés Eloy, Montejo, Palomares, que hacer con los Rodríguez Iturbe, con Fernández Morán, con Irene y que con todos, yo he visto a muchos de ellos y sin vergüenza digo, los envidio, no por blancos ni por finos modales de la mejor cosecha de la Francia o de la España perversas, según vociferan algunos blancos que sobre la negritud, la indianidad, y otras virtudes, mal teorizan?.¿Qué hacer con esta lengua, que con esa manera de mirar hacia atrás, se pudiera decir impuso en estas tierras el imperio español, o no sería mas bien, como yo digo, que esa gente nueva, lo asumió para mejor entenderse, obrar, y amarse?… Y qué religión asumiremos, distinta a la cristiana, una de las características que da el Sr. Presidente a su socialismo es ser cristiano, pues si hay algo que define a occidente y estas tierras quedan allí enclavadas en todos los sentidos, es esta religión que padece Cristo colgado de su Cruz, en su empeño inconcluso de redimir y salvar al hombre.
Podría llenar de mas preguntas este texto, pero quiero confesar que la destrucción del municipio, por ejemplo, porque lo trajeron los españoles, o no consumir más aspirina porque es del “imperio” germánico, solo me resultan simpáticas si es una ironía de algún gitano con su violín a cuestas y el cante jondo en mano. Se que se podría cortar los dedos a los virtuosos ejecutantes de instrumentos europeos o árabes o…pero no es posible sacar del alma de cada venezolano la sublimidad de la música europea, y su presencia en las diversas formas, para la creación de una nueva belleza tal cual es nuestro arte, sea música, literatura, que hace brotar en cada espacio suyo, esa alma nueva en donde se realiza el nuevo hombre que no es blanco, ni indio, ni negro, ni… es ni quiere ser racista, sencillamente es un ser nuevo que ni en su piel, ni en su alma excluye o privilegia razas, envidias, mezquindades, complejos … Ayer fui a las fiestas de la Divina Pastora, venía de haber compartido la de la Chinita, la Feria del Sol, la de San Sebastián, la Candelaria, y recordaba con intensa alegría al grupo de Chimbangles, Ajé, creación de Juan de Dios Martínez, negro él, fraterno con los blancos, hermano en el encuentro de un ron seco o en la ficción de un cuento sobre los encuentros de todos los colores y sexos que corren libres en la piel de las negras y los negros, que hizo meditar hasta los suecos para redimensionar su convencional pornografía, y en ese ir y venir por esos suelos, descubrí que estos teóricos que hicieron eso de las exclusiones, además de ser ciegos nada ven. Son embusteros, farsantes charlatanes, mercaderes del templo. Tan verdad fue tanto y todo eso, que sin delatar a nadie en serio, vi en una esquina, a un blanco tan blanco como un oso polar, asido a una negra, hermosa como la luz del azul cielo. Allí estábamos todos y cuan hermosas las voluptuosidades espontáneas colmadas de pureza, de belleza, de fe: la misma en todos. Y fijé mis ojos en una mujer inmensa en su belleza, trasero de ficciones, copas suaves de senos para la evocación de lo perfecto, con agua miel su ojos para de sueño. De Simón Díaz Caetano Veloso cantaba Tonada de Luna Llena…