Te vas, sin haber venido
Ahora tenemos un presidente-comandante a la cubana. Nos lo enseñan de vez en cuando para certificar que está vivo, tal como hacen con Fidel. A veces ni siquiera eso. Como vino, se va otra vez.
Este es un país folklórico, donde los presos que se escapan, no se escapan, pero los persiguen, el presidente está muy bien –curado- pero no se deja ver porqué está enfermo de lo que se curó, y se vuelve a Cuba para seguir mejorando de lo que dice haber vencido. Este es el país que mejora, pero se hunde cada vez más. Este es el país del presidente que se va de nuevo sin “haber venido”.
La misma Venezuela que dejaste -un poco más deteriorada- es la que encontraste a tu regreso furtivo un par de semanas después. El Hotel que se construye en el Aeropuerto de Maiquetía, desde hace casi una década, sigue allí, sin terminarse. Ese es el propio monumento a la ineficiencia de tú incapaz gobierno, que no puede manejar nada en tiempos y costos razonables. Ese, comandante, es la muestra clara de la clase de potencia mundial en que nos está convirtiendo la revolución. Quiero que sepas, pues tal vez no te dio tiempo de enterarte, que la crisis eléctrica sigue igual o peor, el Bus que debería estar trabajando en la Avenida Fuerzas Armadas no lo está, el Guaire sigue más sucio que nunca, y el famoso tren que hacían los chinos y los italianos por el medio del llano se paró del todo y estamos debiéndoles unos dineritos.
A la hora que escribo, lunes temprano, se escucha el plomo parejo en La Planta, de donde “no se fugaron” los presos y tu gobierno tenía todo bajo control. Otro caso indignante de mal manejo gubernamental que se les escapa de las manos. Todas las vías que conducen al penal incluyendo la autopista amanecieron cerradas al tránsito, pero allí no está pasando nada. La información que hace daño se esconde debajo de la alfombra. Cuanto nos estamos pareciendo a Cuba.
Quiero felicitarte por tu afán para permanecer vivo, pero debo expresar a viva voz que tu desmedida carrera para estirar la muerte de esta revolución nos está haciendo un daño terrible. No caes en cuenta que tú incalculable capacidad para producir mentiras, que tú sabes que son mentiras, le hacen daño al país que tú dices amar. Si tú eres sincero ¿porqué permitiste que se cerrara el juicio que se le hacía a unos “poquiticos” funcionarios que dejaron podrir la comida que importaban? ¿Si tú nos hablas con la verdad, porqué no nos muestras las cuentas de los dólares que entrega nuestra compañía petrolera sin control presupuestario alguno? Mejor no sigo haciéndote preguntas difíciles, entiendo que no tienes la voluntad para responderme, así que lo único que me queda es construir las respuestas a mi mejor manera.
Te vas de nuevo, sin haber venido. Tal vez la construcción gramatical no es apropiada, o de elegante estilo, pero es la única que encuentro para ponerle nombre a esta corta visita que nos dispensaras. Mejórate, para que te de dolor de barriga verte perdiendo las elecciones.