SuperPolicía Revolucionario
Cada día que vivimos bajo el mandato de la Administración Chávez los venezolanos perdemos una fracción de la democracia conquistada con el pacto de Punto Fijo. Hasta ahora, a punta de billete, el gobierno ha logrado montar una coreografía de apoyo a los más necesitados. Muchos aplauden el espectáculo de transferencia de recursos y aún salivan ante la cercanía de las dádivas del teniente coronel. Por supuesto, ya nadie puede negar lo cerca que se siente el cosquilleo de muerte que viene anexo a los regalos del Presidente.
Socavados los tribunales, fiscalía y defensoría del pueblo, la policía oficialista asume el meta rol de Administrador y Ejecutor de Justicia. No hay otra Ley que el acting out, el impulso irracional que, si el daño es muy grande, siempre contará con la complicidad de los funcionarios afines al “proceso”.
Así se mueve el sistema de justicia en Venezuela, como un apéndice más del Poder Ejecutivo. Que un alto funcionario conduzca imprudentemente y mate a su acompañante o que un escuadrón mixto de policía militar y civil acribillen a estudiantes universitarios cuando regresan a sus casas, son apenas un punto y seguido en el devenir diario de la debacle del país.
Ya no importa que tan terribles sean las faltas cometidas, sino de que lado ideológico se está parado. Chavista o demócrata puntofijista. Si se es revolucionario, se puede extorsionar a un país con una lista electoral o encarcelar sin por qué a los disidentes políticos. Temas abstractos, quizá, para el 80% de venezolanos pobres que no pueden soñar con otra cosa que su supervivencia. Pero cuando el poder del chavismo fulmina la vida de jóvenes (%=Link(«http://usm.edu.ve/noticia_full.php?ID=173″,»universitarios»)%) como Leonardo Enrique González Lárez, Edgar Quintero Torrealba y Erick Miguel Montenegro Sánchez, el asunto le quita el sueño no sólo a los venezolanos de las clases A,B y C sino a los D y E.
El gobierno se esfuerza en someter al Sistema Educativo con una ley adoctrinadora, devorar las reservas internacionales de la nación y adaptar el Código Penal para encarcelar a quienes expresen opiniones contrarias a sus intereses, pero la paradoja es que “el enemigo” le crece por todos los flancos, se vuelve ubicuo a través de las madres, abuelas y compañeros de estudio de los jóvenes asesinados; de los hijos de los presos políticos; de las familias de los comerciantes arruinados o secuestrados o de los sobrevivientes de los 6082 venezolanos que se han suicidado, según (%=Link(«http://www.ine.gov.ve/registrosvitales/Suicidios.asp»,»cifras oficiales»)%), en los últimos seis años de revolución bolivariana.