Sociedad Civil y Partidos en el Siglo XXI
La Venezuela de siglo XX era de partidos políticos (PP) fuertes pero con una sociedad civil débil. La del siglo XXI es todo lo contrario.
Desde los años treinta hasta fin de siglo los PP reinaron en el ámbito político. La mayoría de las organizaciones gremiales, profesionales y locales o comunales, incluyendo algunas ONG, estaban supeditadas a ellos.
Pero ha habido un cambio fundamental. La sociedad civil organizada(SCO) ha crecido en tamaño y calidad, y se han despartidizado. Ya no se trata de organizaciones locales o comunales como las asociaciones de vecinos o las juntas pro-mejoras de los barrios. Ahora se han hecho globales, o nacionales, y se dedican a temas específicos pero de carácter societal. Como derechos humanos, medio ambiente, sistemas electorales u otros asuntos sectoriales de interés general.
Los PP creados como partidos de cuadros, para enfrentar a las dictaduras, se transformaron en partidos de masas, pero luego mezclaron esa dirección política centralista con las maquinarias electorales, creando un hibrido que terminó instaurando la dictadura de los cogollos, fomentó el anti-partidismo y la antipolítica, y los debilitó institucionalmente.
El signo de los nuevos tiempos es la presencia de una SCO más fuerte y unos PP más débiles, que no reinan en el ámbito político. Y esto ha creado confusión. Los PP se debaten entre ser partidos de masa o ser partidos de cuadros, pero no hay vuelta atrás. Por su parte algunas OSC están pensando y/o actuando como PP, pero eso no es posible. Lo cierto es que si el objetivo de los PP es la toma del poder, el de la SCO es influir en él. Si la SCO tiene una visión y una misión sectorial en la sociedad, los PP deben proveer una visión comprehensiva del país, pragmática y deslastrada de viejas ideologías. Y finalmente aunque la SCO debe organizarse y movilizar para poder ser tomada en cuenta, los PP deben entender su nuevo papel como movimientos electorales, dedicados a organizar los procesos electivos y reivindicativos, en donde competirán por la voluntad de las grandes mayorías independientes que exigen unos PP modernos en que confiar. Si los PP y sus líderes entienden que ya no son- ni serán- la única fuerza reinante en lo político y la SCO y sus líderes que no deben ser maquinarias con aspiraciones de conquistar el poder del Estado, y se fomenta la sinergia entre ambas, no habrá problemas para la integración unitaria (PP-SCO) de los candidatos democráticos para las elecciones de 2010.