Soberanía en el Golfo
En los últimos dos meses el profesor Fermín Toro ha declarado públicamente, a través del semanario La Razón, temas que le competen a todos los venezolanos, sin distingo de signo ideológico, ni militancia partidista. En dos oportunidades, el domingo 7 de enero y el pasado 5 de noviembre, hizo revelaciones sobre asuntos de nuestra soberanía nacional. Asuntos que deben ser conocidos por la sociedad nacional en pleno. Particularmente por la juventud y por quienes todavía creen que los EEUU nos ven con benevolencia y solidaridad.
Las declaraciones de Toro son lectura obligada. Sus planteamientos merecen plena confianza, ya que viene de ejercer el cargo de director del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos ¨Pedro Gual¨, centro educativo para el perfeccionamiento del cuerpo diplomático de la Cancillería. Sus criterios están respaldados por el conocimiento profundo que adquirió a través de estudios e investigaciones en el área de las relaciones internacionales. Además su ponderación al emitir sus juicios, sustentados en hechos concretos, nos coloca en la situación de creer en él.
Por estar revestido de alto interés estratégico nacional, quiero destacar dos aspectos vitales que se extraen de sus declaraciones. El primero, la manifestación formal del departamento de estado norteamericano, señalando que las aguas del Golfo de Venezuela son internacionales y no de Venezuela. Postura geopolítica que insta a Colombia a asumir una nueva actitud y abandonar la tesis que reconoce como aguas territoriales venezolanas la línea que va desde Castilletes hacia abajo. Recordemos que en noviembre los buques de la armada norteamericana sí incursionaron en aguas del Golfo. Conociendo su ubicación, ignoraron recurrir al permiso que los obligaba, violando así los derechos soberanos de Venezuela. Hecho que constituye un acto de agresión inaceptable.
El otro aspecto a resaltar es que estas muestras de irrespeto a la soberanía territorial sobre el Golfo, están estrechamente relacionadas con el Plan Colombia. Se parte de la hipótesis que la guerra en Colombia es principalmente para combatir la droga y, como consecuencia de ello, erradicar la guerrilla. Por lo tanto una guerra con el apoyo directo de los EEUU, favorecería al gobierno colombiano y a los intereses de las élites nacionales. Sin embargo, más allá de los focos desestabilizadores en ese país, el Plan Colombia permite justificar la injerencia del componente militar de EEUU en América Latina. Con su presencia se impide la consolidación de cualquier proyecto nacionalista que afecte sus intereses de dominio y se le hace resistencia a los cambios en las concepciones ideológicas. Venezuela, potencial obstáculo para el control que se mantiene sobre la región, es blanco de sus prioridades. Por eso, la importancia de estudiar la evolución del Plan y las relaciones de EEUU con Venezuela. Declaraciones como la de Toro deben inquietarnos y estimularnos a indagar constantemente para saber cómo responder.
Por tal motivo, le hago una invitación al profesor Fermín Toro, para que a través del Centro de Estudios e Investigación de la democracia directa, realicemos unas jornadas de análisis geopolítico de la región. Evento que realizaríamos en Caracas o en cualquier lugar del país donde se requiera. Invitación que se extiende a los lectores de esta columna que se sientan agredidos y motivados por defender nuestra soberanía nacional.
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