Snowden; venezolano
Para infortunio del país, el proclamado por el CNE carece de la pericia necesaria para ejercer el cargo que orondamente exhibe y entender las complejidades del poder. Si se detuviese a reflexionar aunque fuere un instante sobre su difusa gestión, se daría cuenta de la brutal discordancia que existe entre la creciente cifra de problemas vitales del país y el tiempo que dedica a merodearse viajando por el mundo en aeronaves cubanas. Muchos días haciendo gala de una legitimidad que no tiene. Ha estado en el exterior un tercio de los 3 meses que lleva en el poder. Para colmo ahora le cayó del cielo el caso Snowden.
Al régimen no le conviene historiar sobre un balance comparativo entre lo necesario y lo superfluo. Por ahora Snowden es lo relevante. Si nuestras instituciones persisten en omitir los problemas sociales primordiales, mucho menos lo hará el proclamado desde un estrado al que llegó por azar. Tan no tiene conciencia de ello que desde el púlpito facilitado por el CNE se dedica no a gobernar sino a prescribir clases de moral republicana que supone trascienden a nivel intercontinental. Veamos.
«El mundo tiene que ser libre: hay que proteger a Edward Snowden. Él merece la protección del derecho humanitario internacional como joven que ha dicho una gran verdad. Hay que proteger a la juventud que dice verdades ante el intento del imperio estadounidense de controlar el mundo. Este joven es perseguido sin ninguna razón». Entretanto ningún derecho de los exiliados políticos venezolanos es respetado. Por contrario, son humillados desde su propia patria.
¿Quién protege a nuestros jóvenes que a diario caen por balas de bandas armadas incontroladas? ¿Y a los estudiantes de apellidos criollos como Pérez, Albarracín, Urdaneta, Mogollón, no Snowden, que están en huelga de hambre exigiendo presupuestos justos para continuar sus respetivas carreras? Ello no lo reflejan los numerosos diarios y medios oficiales que están consagrados a enfatizar «la maldad imperialista» que niega a Snowden el derecho a expresar lo que quiera. Entretanto los venezolanos viven desamparados por las declinadas e intervenidas instituciones.
La insignia del cinismo nunca estuvo mejor encarnada como lo está en este régimen. Mientras Maduro se rasga la cerviz defendiendo a Snowden como ciudadano del mundo, el ministro de Información en dupla con el alcalde de Caracas se deleitaba impúdicamente a través de múltiples medios oficialistas con una grabación que los «cuerpos de seguridad» hicieran de un diálogo privado entre una diputada y un acreditado historiador. ¿Derecho a la privacidad?
Pero la trama es aún más embarazosa. La camarilla cubana ha instruido a los conspicuos discípulos del modelo comunista para que se esmeren en rastrear a las «fuerzas de la revolución» con el designio de reforzar los procesos de adaptación y sumisión «a lo menos» como única fórmula para preservar el poder. El mensaje es: «los procesos de producción de entes privados provocan conductas desviadas por lo cual deben quedar bajo la égida gubernamental». Mientras ello ocurre Nicolás cobija a Snowden ofreciéndole asilo cuando lo solicite.
Dios también le envió el caso Evo para desviarlo de deberes que juró cumplir cuando fue dudosamente proclamado por las intervenidas instituciones. Enseguida inició un periplo a Cochabamba convocando a Unasur, OEA, ALBA, ONU, Unión Interplanetaria, buscando condenar a los países que atentaron contra su par de Bolivia, quien paseaba por el mundo en misión particular; no oficial.
¿Entretanto qué ocurre en Venezuela? Mientras Samán hace de las suyas contra toda prestación de servicio particular, la delincuencia actúa a la libre. ¿Quién se ocupa de casos tétricos como el del joven que tenía 2 años cuando Chávez asumió el poder, que degolló a dos niños y violó a otra de 11 en repetidas ocasiones? ¡No!. Hay que defender a Evo de la iniquidad e insolencia de aquellos países europeos que no se hicieron la vista gorda ante el aterrizaje en sus respectivos territorios del avión que trasportaba a este infractor de las leyes norteamericanas. ¡Viva Snowden y Evo! Lo demás poco importa.
@MiguelBM29