Sin miedo
En la búsqueda de una explicación a los actuales sucesos de Venezuela, es pertinente leer – y releer – Redes de Indignación y Esperanza, libro del sociólogo urbano Manuel Castells que trata sobre los movimientos sociales actuales apoyados en las redes de Internet.
Su investigación parte de la teoría del poder que asocia a los movimientos sociales generados en Túnez, Islandia, Egipto, España, Siria y otros países (no solo la denominada Primavera Árabe), deteniéndose en una explicación sobre la raíz generadora de sucesivas protestas ciudadanas extendidas y fortalecidas gracias al apoyo de Internet y sus diversas redes: el miedo.
Es la pérdida del miedo de la gente el factor provocador de los movimientos sociales contra gobiernos autoritarios, dictatoriales, corruptos o ineficaces que se une a otro elemento interesante como es la esperanza.
En Venezuela observamos como la sociedad logró vencer el miedo de enfrentar al gobierno autoritario e ineficaz de Nicolás Maduro y tomar las calles mediante la participación de los jóvenes, principales protagonistas de las actuales protestas.
El pasado 12 de febrero el gobierno nacional empleó la sabida estrategia de la dictadura cubana de agredir a los opositores, de usar la violencia directa o indirecta a través de grupos para militares, para intentar contener las exigencias sociales expresadas por la juventud venezolana.
Dejaron que asesinaran vilmente a 3 muchachos en ese desesperado intento de pretender incentivar el miedo colectivo para detener la ola de protestas que ya se avizoraba ante la cruel situación que vivimos todos los venezolanos, resumida en escasez alimentaria, inseguridad personal y autoritarismo gubernamental.
Pero la estrategia cubana aplicada por el régimen de Nicolás Maduro no contó con una firme posición de los jóvenes y de la sociedad venezolana en general, reveladora de que se había perdido el miedo al gobierno nacional.
Es así, la gente está actuando sin miedo.
Y una de las principales razones es porque los jóvenes observan que el gobierno de Maduro está destrozándoles su futuro con sus políticas públicas a favor de Cuba, Nicaragua y demás “naciones amigas” en desmedro de los intereses nacionales, al punto que existe una evidente dominación cubana en los diversos sectores, sobre todo los cuarteles, en el sector militar, signo de invasión permitida por el régimen e inaceptable constitucional y moralmente.
“Cubanos go home” es la pinta que esta semana apareció en Fuerte Tiuna, el centro del poder militar venezolano y constituye un indicador de que hay militares molestos con la injerencia cubana en los cuarteles donde los extranjeros mandan a oficiales y tropas venezolanas, un hecho vergonzoso y repudiable.
Volviendo a los jóvenes, saben que tienen su futuro perdido de continuar todas estas políticas públicas nefastas y orientadas a destruir el aparato económico del país, sector donde aspiran laborar próximamente.
La tesis gubernamental de “vigilar y castigar” – asumiendo el planteamiento de Michell Foucault – y apretar al máximo a una sociedad para someterla y dominarla, fracasa ante la ruptura del miedo y el surgimiento de la esperanza que coexisten en las acciones de los movimientos sociales venezolanos.
He visto como en Maracaibo la gente de los barrios más pobres ha salido el 18 de febrero a protestar en las calles de su sector con ollas y demás implementos para hacer ruido, para hacerse sentir, hecho revelador de que el actual movimiento social venezolano tiene sintonía en la gente de abajo, que se siente identificada con las acciones de la juventud.
La sociedad venezolana está expresándose en toda su magnitud. Está venciendo el miedo y ubicándose en el estadio de la esperanza de un mejor mañana. No aceptará más autoritarismo gubernamental con relación a detenciones arbitrarias de líderes como Leopoldo López, ni tampoco aceptará que le sigan bloqueando el futuro al corazón de la sociedad como son los jóvenes.
@exequiades