Sin estudiantes no hay protesta
Nicolás Maduro proclama con bombos y platillos la suspensión de instrucción en Venezuela a todos los niveles a partir del 13 de diciembre, a escasos días de celebradas las elecciones municipales. Al hacerlo, alborozado pide a los estudiantes dirigirse a sus casas a disfrutar junto a los seres queridos las fechas decembrinas, para finalizar: “Vamos a entrarle con todo a las Navidades”.
Quienes sorprendidos por la decisión gubernamental analizan tal pronunciamiento con ligereza creerán que esto obedece al carácter festivo del venezolano, y es una demostración de agradecimiento del mandatario hacia las rectoras del CNE por la pronta proclamación de victoria del “PSUV y sus aliados” en la elecciones urbanas.
Mas no es así. Mientras pasan los días son más las voces y medios que muestran la verdad al mostrar resultados matemáticos sobre los votos prorrumpidos el 8 de diciembre.
Un cerco establecido por las autoridades nacionales a los medios de comunicación social no fue suficiente para dejar de informar verazmente los comunicadores sobre los hechos irregulares acontecidos durante la campaña. El voto asistido se convirtió en el mayor robo de la voluntad electoral en los impedidos y personas de la tercera edad en el sitio del sufragio.
El Nuevo País, medio independiente impreso de Venezuela, ratifica aritméticamente la tendencia; el triunfo de la oposición actuante en la escogencia de los cuerpos edilicios a nivel regional, 51.75% los oponentes, 49.24% el gobierno.
Teme el régimen una masiva protesta en las calzadas y para ello la participación estudiantil juega un importante papel. Aislando estos de sus centros educacionales y facilitándoles su traslado al lugar de origen con acertado bono o segundo aguinaldo familiar los distancian de una convocatoria para tomar con prontitud las arterias del país.
Aun así Maduro sabe que en los cuarteles se habla de la necesidad de corregir su desdeñada autoridad como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas; el diálogo cívico militar da sus frutos a favor de la venezolanidad.
La esperanza de un triunfo estaba en el ambiente y así lo reflejaron las empresas de investigación. Los robos de mercancía electrónica ordenada por Maduro enrarece la muestra escogida.
Sectores oposicionistas defraudados piden rectificación de estrategias y hasta sugieren un relevo de liderazgo. En su mayoría y con mucha razón solicitan un proceso de evaluación de lo surgido para reconducir lo que sea pertinente. Creo conveniente actuar con prudencia ya que está comprobado el triunfo de Capriles Radonski. Las bien fundamentadas denuncias a nivel internacional han convencido a dignatarios y voceros de instituciones, antes incrédulos, sobre el desconocimiento perpetrado al gobernador Capriles.
Existe la percepción del engaño de Maduro, hecho que no deja dormir al otrora diputado, lo cual sumado a esta patraña local, lo aísla aún más del mundo libre para ubicarlo en el grupúsculo de déspotas caribeños.
Venezuela tiene una alternativa democrática y así lo ha proyectado mundialmente; ello es un invalorable caudal. Deben observar con cuidado aquellas voces agoreras llamar a soslayar un duelo con los asaltantes-invasores de la institucionalidad con la excusa de una guerra civil.
Por igual sortear un quintacolumnista cual lobo vestido de oveja prefabricado en los laboratorios de la maldad, nos brinden como “el hombre de la transición”.
Leopoldo López, en la visita que realizó al sur de Florida, expuso ocupar las vías para hacer valer la libre escogencia y respeto a tal decisión por parte de los árbitros. El joven cabecilla expresa no tener por qué esperar elección tras elección para ver obedecida la persistencia de los nativos, cuando el soberano ya había dictado su parecer. Esta alternativa hay que evaluarla, claro con los convocadores al frente.
A la hora de la realidad y el sincero intercambio sobre antiguos azares, observo que la vieja consideración partidista de escogencia a dedo de sus concejales incluyendo solo la militancia, hizo huir como en el pasado al sector independiente, el cual es mayoritario políticamente en la nación.
También los partidos políticos de la MUD se hicieron de la vista gorda ante las minorías. Estos aparentes olvidos involuntarios llevaron al voto nulo, el óvalo traición y a no votar. Los abstencionistas además de calarse al gobierno con todos sus desmanes, tenían que sortear las bandas de terroristas electorales, evitar el brutal trato de la milicia, y encima votar con una camisa de fuerza llamada MUD por un “cogollo” o mínima regente que a los de su no beligerante pero mayoritaria manera de pensar no tomaron en cuenta. La unidad es de todos, no de unos pocos.
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