Opinión Nacional

Shabbat en Jerusalén

Viernes en la noche en Jerusalén. Comienza el Shabbat y hoy se puede transitar por las vías que durante el resto de la semana solo están habilitadas para el transporte publico, pero no en los vecindarios de los judíos ortodoxos, en donde cercos policiales cierran sus calles para respetar la absoluta devoción con que se entregan al descanso bíblico que no les permite ese día – erradamente o no – disponer de la tecnología.

Jerusalén es una ciudad de tensiones, pero también de sobreentendidos, y a muchos les sorprende la tolerancia cotidiana de la ciudad, perturbada por algunas protestas de ortodoxos exigiendo que no se excave en lugares en donde se pueden profanar tumbas antiguas, o de musulmanes pidiendo mayores beneficios de la alcaldía, o de judíos, quejándose de que – a diferencia de árabes y ortodoxos en sus vecindarios – ellos no pueden pasear con total libertad o sin temor por sus barrios.

Deambulo por la ciudad antigua, la amurallada, y visito el Muro Occidental – mal llamado “de los Lamentos”. Me abro paso entre unos doscientos ortodoxos y unos pocos seculares como yo, para apoyarme un poco sobre sus rocas y reflexionar y entregarme unos minutos a sentir algo de paz interna. Luego camino sin dirección especial del barrio judío al armenio y respiro el fuerte olor de las narguilas (pipas de agua orientales), emanando de bares repletos de mosaicos muy ornamentados.

Llego a la Puerta de Yafo, y me topo con tres turistas canadienses perdidos en las callejuelas de la ciudadela. Como en «viejos tiempos», contesto algunas de sus preguntas sobre lugares históricos. Uno de ellos se me interesa en saber por que es tan difícil para Israel entregar ciertos territorios a los palestinos. Le hago notar que más allá de ideologías y religiones, en unos metros pasamos del barrio judío al armenio, y de este al cristiano latino. También le indico los pocos metros que nos separan del barrio musulmán. Entonces, uno de sus compañeros advierte que ciertamente, los medios no muestran lo cerca y mezclados que están judíos y palestinos en Jerusalén, Me alegro que perciben la realidad y le confirmo que si bien para los israelíes el asunto principal es el de la seguridad, lamentablemente si hay unos pocos extremistas de lado y lado, que con un ataque violento, cambian la agenda del dialogo.

Regreso al Monte Sion (origen del termino “sionismo”, usada despectivamente por muchos que ignoran el orgullo que representa esta palabra para los israelíes, hoy con una patria gracias a movimiento nacional judío por tener un estado). Manejo por y contemplo parajes de la Jerusalén moderna, corroborando la diversidad étnica y religiosa de una ciudad fascinante, no solo por su historia, sino por su mezcolanza presente: religiosos y liberales; musulmanes judíos y cristianos; israelíes, armenios, griegos, inmigrantes de todos los colores e idiomas, turistas.

Shabbat en Jerusalén. Una experiencia cotidiana y trascendente en plena cotidianidad. Al fin y al cabo, la diversidad y la tensión, en dosis adecuadas, pueden ser el secreto de lo que hace a un lugar, y al ser humano, especial.

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