Sembrar Uslar Pietri
Venezuela rinde homenaje a uno de sus más lúcidos hijos, cuya vasta obra literaria y cuyas ejecutorias como hombre público lo han convertido en uno de los principales héroes cívicos del siglo XX. Dotado de una inteligencia superior, de una cultura universal y de una penetrante formación humanística, Arturo Uslar Pietri (1906-2001) fue por encima de todo un ciudadano ejemplar. Su espada fue la pluma y su ejército la palabra. Fue un maestro de la civilidad, la convivencia y la tolerancia. Descendiente de inmigrantes alemanes y corsos, pocos como él representaron de manera tan intensa e integral la venezolanidad que todos sus conciudadanos podemos y debemos ser.
Uslar Pietri es para Venezuela y para la literatura universal lo que Goethe es para Alemania, Víctor Hugo para Francia o Shakespeare para Inglaterra. No es posible entender a Venezuela sin leer las novelas El Camino de El Dorado, Las Lanzas Coloradas, Oficio de Difuntos, La Isla de Robinson o La Visita en el Tiempo. La búsqueda perenne de los orígenes y avatares de lo venezolano y lo hispanoamericano estimuló su fecunda creatividad literaria y su apasionada vocación de educador. Venezuela e Ibero América tienen una razón y un destino de progreso cuya realización es sólo posible mediante la formación de ciudadanos ilustrados a través de la educación, dentro de un Estado democrático de Derecho garante de las libertades civiles e individuales.
Jugó un papel destacado en los albores de la democracia venezolana, a partir de 1935, al concluir la larga pesadilla de la dictadura gomecista. El presidente Eleazar López Contreras, general civilista, tuvo la audacia y el acierto de designar a Uslar Ministro de Educación a los 33 años. Su Ley de Educación sentó las bases para la modernización y universalización del sistema educativo del país, haciendo énfasis en la educación primaria y secundaria.
Como Secretario de la Presidencia a los 35 y más tarde Ministro del Interior del presidente Isaías Medina Angarita, el humanista caraqueño contribuyó a gestar el más amplio sistema de libertades ciudadanas que Venezuela había disfrutado jamás en su historia republicana. Se fundaron los principales partidos democráticos de Venezuela, como Acción Democrática, y se legalizó el Partido Comunista de Venezuela.
La política internacional del gobierno de Medina, dirigida por el eminente jurista e historiador Caracciolo Parra Pérez, tuvo como ejes fundamentales el apoyo de Venezuela a la lucha contra el totalitarismo nazi, el aumento de la producción petrolera para abastecer a los países aliados durante la Segunda Guerra Mundial y la realización de una reforma petrolera de gran alcance que permitió regularizar el régimen de concesiones, incrementar la participación fiscal y proteger a su vez a los inversionistas internacionales con la seguridad jurídica que brindó la nueva Ley de Hidrocarburos de 1943. Con gran amplitud de pensamiento, el presidente Medina no vaciló en establecer relaciones diplomáticas con la Unión Soviética.
Colaborador de Alberto Adriani en el Ministerio de Hacienda, Uslar asimiló las ideas y propició los planes de modernización económica y financiera conducidos por el economista merideño durante su corta pero fructífera actuación como ministro del presidente López Contreras. Fundó la Revista de Hacienda, fue miembro de la comisión presidencial redactora de la emblemática Ley de Hidrocarburos de 1943 y auspició la promulgación de la primera Ley de Impuesto sobre la Renta del país, en 1942.
Su virtuosa oratoria y su acendrada vocación pedagógica le hicieron fundador de los estudios de Economía en la Universidad Central de Venezuela. Su frase Sembrar el Petróleo, título del célebre editorial publicado en el diario Ahora, el 14 de julio de 1936, continúa retando hoy la conciencia de los venezolanos.
Los venezolanos no hemos sembrado el petróleo porque no hemos podido sembrar a Uslar Pietri.