Se destapó la caja de Pandora
Según la mitología, Prometeo creó la raza humana. Otro de los titanes, Zeus, sintió celos ante tal hazaña, Zeus le ordenó a Hefesto que le diera forma a una mujer, con la intención aparente de premiar a Prometeo pero, en verdad para mostrarse superior a él. Hefesto dio vida a una mujer sumamente bella, a quien se dio el nombre de Pandora. Los Dioses la colmaron de regalos. Así, Atenea le concedió sabiduría, Hermes le dio elocuencia y Apolo dotes para la música. Zeus, por su parte, añadió a todos estos presentes una hermosa caja, que se suponía contenía inmensos bienes y presentes para Prometeo, pero, con todo, ordenó a (%=Link(«http://susurros.metropoliglobal.com/mitologia/griega/mitos/pandora.html/»,»Pandora»)%) que no la abriera bajo ningún concepto, lo que ello prometió a pesar de su curiosidad. Zeus quiso regalarle Pandora y su caja a Prometeo, pero éste, desconfiado, no la aceptó. El hermano de prometeo, Epimeteo, aceptó los dones, tomó a Pandora como esposa y, no pudiendo vencer la curiosidad, destapó la caja, a pesar de las serias advertencias. De la caja salieron horribles males como las enfermedades, las guerras, hambrunas y muchas calamidades. Horrorizado, Epimeteo intentó cerrar la caja pero sólo logró retener dentro de la misma a la esperanza, que, desde esos tiempos ayuda a la humanidad a soportar los males de la caja, regados a través de toda la tierra.
La Quinta República me hace recordar la historia de la Caja de Pandora. Chávez contrajo nupcias con lo más bello: Venezuela. En su proyecto “bolivariano”, con el proceso constituyente en una caja, llamada la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, – con la ayuda de muchos que ahora se han hecho adversarios suyos – metió toda clase de ideas, proyectos, instituciones, normas que iban a convertir a Venezuela, según él pensaba, en una especie de paraíso terrenal. Pero, como en la historia de Pandora, se destapó la caja, y el desgobierno de Chávez ha regado los más horribles males sobre Venezuela, que hoy está sumida en el odio y la violencia.
Afortunadamente, en la caja aún nos queda la esperanza y todo parece indicar que pronto se materializará en un nuevo país donde imperen la libertad la democracia, los derechos humanos y donde no tengan cabida ni el odio ni la violencia.