Opinión Nacional

Se alinearon los astros en su contra

Lo astrológico es sólo para un título amable. En pleno siglo XXI, muy lejos del obscurantismo, es imposible sustentar con alguna credibilidad, que el alineamiento circunstancial y muy esporádico de planetas o estrellas, puedan tener efectos sobre la maldad o bondad humana y menos aún, que este capricho solo visual de la geometría astral, tenga algo que ver con hechos sociopolíticos de cualquier región de la tierra.

Descarto por supuesto cualquier accidente cósmico que por ejemplo alteraría drásticamente el clima terráqueo, o accidentes en las fuerzas gravitacionales, que hasta pudieran cambiar en cien por ciento todos los modelos civilizados, o aún bárbaros, de organización social de los humanos e incluso nuestra arquitectura genética, si es que sobreviviéramos o hacernos desaparecer como especie.

Querámoslo o no existen indudables diferencias entre conductas individuales y las usuales en los grandes colectivos humanos en pleno desarrollo de involuciones o evoluciones sociales, aunque es harto conocido que el impacto de lo mitológico, de los tabúes y en general de las creencias, puede terminar siendo un gran condicionante en la psiquis individual.

Para el que aún no lo admita puedo afirmar taxativamente que el totalitarismo comunista es inviable en Venezuela por el repudio innato de nuestra tradición democrática e incluso por nuestra notoria propensión al desorden y al motín libertario. El bocón puede disfrutar mucho de su poder omnímodo pero les aseguro que no duerme esperando el cimbronazo. Es lo que explica su culillo morrocotudo respecto a la “desestabilización”,

Está demostrado por otra parte, que cuando se intenta comprender las conductas colectivas de naciones, estamentos sociales, liderazgos, ideologías etc, se concluye que estas resultan ser en esencia formas jurídicas y/o políticas, de armazón institucional, de poder coercitivo sobre el todo social, que explican y moldean los acontecimientos y la incidencia social- política y militar- de estos mismos sucesos.

Estamos entonces frente a la esencia del Estado, los estados, y La Geopolítica, así con mayúsculas.

Cuando Chávez lanza su cantaleta diaria contra “el imperio” asume astutamente que su gobierno puede vivir, como en Cuba, solo de atizar el odio anti norteamericano, así nos haga pasar hambre para sostenerlo.

El detalle que olvida es que deberá primero establecer una tiranía estatista, totalitaria de tipo fascista-comunista y eso lo haremos inviable, para lo cual nos sobrarán todo tipos de ayudas, porque esta nación venezolana no es una pobre isla miserable, que fue constreñida a los dictados de conveniencias de la superada Guerra Fría, sino parte de un vasto espacio socio cultural, que vomitará con nosotros cualquier intento de llegar Chávez a los extremos que acaricia en sus delirios de antibolívar.

Dicho en breve: el problema nuestro NO es solo el de las mitologías alrededor de Chávez, el problema es también el régimen que logró construir a los sipotazos, con la ayuda de quienes creían o creen ser sus adversarios.

La imagen, la credibilidad, la legitimidad, la percepción de triunfador y la correlativa de perdedores de sus contrarios, son solo eso: MITOS, convertidos, sin embargo, en una real fuerza socio política dominante, por el coro de los partidarios de este régimen y sobre todo por el de sus detractores superficiales, que pregonan subliminalmente y a veces de forma cínica, la sumisión total al déspota, como aquel líder mediático que propuso: ¡¡¡ “ formar con Chávez un frente común contra la corrupción” !!!

He querido siempre demostrar, desde el primer minuto del inicio del régimen de Chávez hasta hoy, lo que es harto conocido por el estudio sobre las conductas repetidas de liderazgos políticos a través de la historia: estos duran el tiempo de su aparente o real legitimidad, sin que por supuesto el cosmos tenga nada que ver. Hasta los reyes durante el absolutismo inventaron, con sus aliados, que su autoridad era de origen divino y así funcionó mientras no se “descubrió” la enorme patraña. Chávez será presidente mientras la inmensa mayoría del país que lo aborrece no decida que su invencibilidad y legitimidad es solo un mito fabricado por sórdidos intereses. Quiso cogobernar a Honduras pero “ya lo habían descubierto” y lo mandaron muy largo al c…

Cuando digo legitimidad aparente, es por considerar que aquellos liderazgos que se sostienen por peso inercial de las redes institucionales que los sustentan, como lo es el régimen de fusión de poderes tras el gran bocón, quizá extraigan más bien su fortaleza ficticia, de la estupidez de sus oponentes, que con sus traspiés caen una y otra vez, resignándose a verlo desde el suelo como a un gigante, frente al cual prefirieren seguir postrados en lugar de erguirse para derrotarle, por cuanto no descubren, o prefieren ignorar, que el “Gran Líder” es solo un pedestal hecho de bosta y que es tan circunstancial y pasajero como queramos.

Declarado esto no deja de ser tragicómico constatar que tenemos un presidente que mata picures, luego de haber sacrificado decenas de gallinas negras y gallinetos -guineas- y que matará hasta tigres, si es que ya no los mató, para tratar de conjurar que ya tiene el sol en la espalda como gobernante y que no habrá “trabajo” que pueda devolverle a aquellos años, que nunca más volverán, de entusiasmo y paroxismo de muela revolucionaria, sustentados en su chequera petrolera que camina, cada vez mas renco y estropeado, por América Latina.

El sipotazo en Honduras es solo el comienzo del derrumbe, el mismo lo provocó… se creyó su propio cuento de que era invencible.

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