Se alborotó la cloacocracia
Al escuchar el discurso brutal del diputado Vuiton – aquel de la capacidad bidireccional de DIRECTV – en la Asamblea del PSUV, descalificando, con un lenguaje intestinal – no hay mejor cuña que la del mismo palo ¿verdad diputado? – derivado de la proyección de sus propias purulencias morales a los adversarios más conspicuos del entreguismo de la patria al fidelismo, que no reconoce la victoria ceenetista ni les da cuartel nacional e internacional ni se arredra ante sus amenazas de cárcel, de demandas, o atentados de bandas delictivas, y amenaza seriamente en deshuesarlos el 8D, me dio la impresión de estar ya en la presencia de un régimen agonizante, que prescindió de las formas convencionales ante la convicción de su inexorable desaparición del escenario político nacional. Es la actitud de quien conoce su destino y le importa un comino su historia, pues la imagen de la cuerda le afloja los esfínteres. La prostituta ebria que, iracunda, devela su condición en sociedad. Triste epígrafe para una aventura golpista con aspiraciones de revolución, llevada al paroxismo popular por la manipulación del resentimiento mutado en discurso político por un mortal elemental que se creyó su propio mito y que, una vez desaparecido, el dinero petrolero proveyó de cátedras para el estudio – o búsqueda – de su, y que, pensamiento, cuando en todos sus discursos lo que priva es esa creencia basal, infantil, que aspira la inmortalidad por la irresponsabilidad. Pero, por el pueblo que tenemos, esperanzado por la ignorancia, fue gallo, pero no hay gallo con dos cabezas. Y muerto el gallo, que era “el gallo” único, se acabó el moquillo. Lo que queda lo vimos el martes 13 – que coincidencia – en la gallera nacional. Empapados en sus propias excrecencias – 20 mil millones de dólares de sobreprecio en la compra de plantas eléctricas es apenas una minúscula muestra – demostraron a relevo de pruebas lo que tanto definí y por tantos años: con aguacates no salen batidos de fresa. Y el extinto lo sabía: – “que será de ustedes cuando yo falte” solía decirles en actitud de resignación ante aquel rebaño de salvajes opulentos, sin un solo talento para disfrutar los beneficios de poder sin enlodarse, y menos para insertarse en la civilización que los sobrepasa a velocidad alucinante. Fieras huyendo hacia adelante con el testuz sumido en el barrial. Desorbitadas apetencias de reconocimiento social sin una sola aptitud para el liderazgo. ¿O es que el diputado Luis Vuiton hasta los pies vestido es líder en algún algo? Y el presidente de la AN solo es líder en la imaginación de Rafael Poleo, que solía ver “político” en un inescrupuloso con un fusil en una mano y un saco de real en la otra. Político es Eduardo Fernández que apostó su futuro en la defensa de sus convicciones democráticas, al salir solo, conduciendo su carro, para ponerse al lado del presidente constitucional durante el golpe chavista. En situación similar, Diosdado, según se cuenta, se disfrazó de monja el 11A y así se apareció en una ambulancia a Miraflores, muchas horas después.
La descalificación como síntesis
Descalificar a los adversarios que no pueden reducir es una vieja maña de la secta de asesinos, que en la realidad es el comunismo, para desvalorizarlos ante la masa imbécil, cuya ignorancia es la cruz de su miseria, y poder así deshacerse de rivales de cuidado sin protesta popular, Por ello estas tiranías adjudican cognomentos infamantes para señalar a sus opositores y despojarlos de su condición humana. Esta jauría que se apoderó del poder por malas artes en Venezuela, cuenta con un extenso aparato comunicacional al servicio del sicariato moral, asquerosa canalla que calumnia por la paga, sin recibir contundencia retributiva alguna por la parte afectada, por aquello de que “somos diferentes”, obviando que Bolívar sentenció que en la lucha contra las tiranías es lícito usar las mismas armas que ellas utilizan, por ello es saludable recordarles a estos exponentes del escupir pa´rriba que si algo abunda en sus altos predios son corruptos asquerosos y conspicuos “maricones” – se dice que en sus tiempos de cadete no se sabía cuando “Tribilín era hombre o mujer” – para usar la expresión del diputado de la fiesta de quince años más opulenta que recuerden los caraqueños, pagada con su pensión de capitán y cuyo sueldito de diputado le permite, según los entendidos, lucir en TV una chaqueta marca “Brioni”, valorada en 3 mil 150 dólares. ¿Con qué culo se sienta la cucaracha? Lo cierto es que jamás había sido tan certero el ejemplo del ladrón que cuando huye distrae la atención simulando perseguir en lugar de huir, al grito ¡al ladrón al ladrón!
Y concluyo
Llevo 20 años, seis meses y 15 días adversando radical e intolerantemente – no tengo ombligo “chavista” y a estas alturas chavista es sinónimo, por lo menos, de complicidad – esta farsa corrupta, mentirosa y retrógrada, y este síndrome de colocación final se veía venir, ya que no existe chavismo sin el extinto, y está más claro que el vodka lo que le espera al país en el poco tiempo que le queda en el poder a esta cloacocracia que perdió la bolsita de la vergüenza, reflejando ante el mundo su auténtica naturaleza neandertálica.
Raúl Castro, otro sospechoso de “diversidad sexual”, titiritero de la revolución pacífica, pareciera, por la viajadera a Cuba en los último días, que ha dado la orden de enseriar el asunto y con la excusa del combate a la corrupción del gobierno anterior, después de 14 años viendo para otro lado, perseguir uno a uno a los líderes democráticos – recuerden el homicidio de Oswaldo Payá – hasta descabezar totalmente el movimiento opositor, que no ha cesado de crecer, a pesar de las trampas electoreras, para el espanto cubano. Lo que Castro ignora es que Venezuela sigue siendo un cuero seco, como la consideraba Guzmán Blanco, que si lo pisan por un lado por el otro se levanta. Sale pa´llá.