¿Se acabo el mundo?
Leyendo ese día a día sobre las noticias del mundo, la percepción final pudiera ser que éste está en vías de extinción. El hombre no está haciendo lo suficiente para producir ni para detener la catástrofe, contrariamente contribuye a su destrucción. El deshielo de los polos, deterioro de la capa de ozono, cambios climáticos son consecuencias de ello. Fenómenos “naturales” fuera de control e imprevisiones en todos los ámbitos ¿Se acerca la Apocalipsis? Posiblemente si, o no, pero el pesimismo nos embarga, viendo que mayor es la decadencia que las buenas andanzas. Crisis alimentaría en ciernes, vamos en ruta a no producir lo que comemos, la naturaleza humana es fatua y renunció al trabajo. Ya no es sólo problemas de los gobiernos, son problemas de otro orden. El tiempo se difumina entre distracciones y juergas. La parte creativa esta proscrita. La especulación llegó a sus niveles máximos, las cosas valen no por su verdadero costo, sino por el que fija un mercado casi ficticio, estimulado por la burzatilización de los productos o acciones. El hombre se dedicó a “especular” abandonando el trabajo creativo, productivo. Las sociedades tradicionales se acercan a la ruina o presentan crisis estructurales en sus economías. Por supuesto, otras crecen desmedidamente, probablemente hacia mercados que estarán en un plazo no muy largo desérticos de demandantes. Las modas que apabullaron al mundo vanidoso ahora en derrotero a oscurecerse en ese universo occidental, las tiendas tienden a estar vacías. Los modistos tendrán que diseñar otras formas para ganarse la vida.
Los adefesios igual irrumpen con personajes como Mugade, irracionalmente aferrado a un poder que no le pertenece. Crece el populismo en latinoamericana, y los abalorios de una seudo revolución preconizada por un señor Chávez. Hay desbarros en los tórridos campos latinoamericanos, yermos y arrasados sucumbirán. El petróleo se ha convertido en una maldición para la humanidad, es el elemento desestabilizador, pero necesario para mover las maquinarias del orbe.
Pensar que hay cosas nuevas que ver en otros continentes, pero no sabemos si esto será factible. El mundo se encarrila hacia la virtualidad, hacia los espacios breves, sin “romanticismos” ni poesía. La tinta tiende a desvanecerse en los periódicos y restos de las publicaciones. La gente sencillamente no quiere leer, o leer lo más brevemente posible que es casi lo mismo. El ser no halla soluciones sino a corto plazo, no hay planificación, no hay quien le cante a este nuevo universo, pleno de inconvenientes. ¿Se le canta únicamente a la belleza o también al desastre, a la hecatombe?
O volvemos a la realidad del trabajo, tierra y producción o el cosmos se estará muriendo. La creatividad del hombre no puede concretarse únicamente a lo virtual, debe haber una armoniosa conjugación entre ésta y el trabajo productivo. No habrá nación que sobreviva a lo puramente “cibernético” después de haber sido la cima del desarrollo. La vetusta Europa preñada con toda la cultura y saber de la humanidad podría entrar en su mayor estancamiento, cuando las nuevas generaciones consigan maravillas y paraísos lejanos a su geografía. El mundo es una unidad de un todo, no de una sola virtud, la ponderabilidad se perdió en aras de la especulación. Estamos a tiempo de revertir la tendencia destructora de economías, principios y del amor. Las relaciones humanas factor tan importante para la convivencia deberán ser revisadas, ni tantos ricos ni tantos pobres, el futuro equilibrio social será el comienzo de un nuevo “mundo,”que estará cerca de lo tangible y que igual pueda comunicarse a la velocidad del rayo. El trabajo, la ocupación, deberán estar mejor distribuidos con los adelantos fácticos, lo mismo sucederá con el aprovechamiento de las horas/trabajo. Los recursos naturales son tan perecederos como la naturaleza humana. La historia dice que no hay nada que se perpetúe más de un siglo. El petróleo pudiera estar agonizante como fuente de energía y estaremos de cara a una nueva realidad.